El P. Santiago Cantera, el hombre que ha vencido a Pedro Sánchez. Por Javier Navascués

La Santa Iglesia Católica Apostólica NO son solo los que ocupan (santos elegidos o burócratas de los políticos) la silla de san Pedro y los sucesores de los Apóstoles (estos sí, como todos los santos, elegidos por el Señor, que no por partidos políticos), sino centenares de millones de bautizados. La Iglesia también son los fieles, no solo la jerarquía. Así que no se diga «la Iglesia», dígase más bien, parte de la jerarquía (que no todos están sometidos a los políticos, anticristos todos, unos por acción, otros por omisión).

Sí, ha sido Jesucristo Nuestro Señor el que por medio de su fiel siervo Santiago Cantera el que ha vuelto a triunfar. Además, ahora, la causa del Valle de los Caídos y de la Santa Cruz más grande del planeta, empieza a ser una causa universal. Ya se empieza a conocer los planes del anticristo en España por todo el mundo y surgen cada vez voces más fuertes en favor de toda la comunidad benedictina y de dejar intacto toda la construcción en manos de los monjes.

Y, no. No hay reconciliación posible, ni la ha habido, ni la habrá jamás, como entre cizaña y trigo, entre hijos del Maligno y los hijos de Dios. Dios sí la hubiese querido, porque ya ha dejado bien claro que quiere que todos los hombres se salven, pero los que odian a Dios y a los suyos (benedictinos con Santiago Cantera a la cabeza entre otros muchos), más soberbios y contumaces que nunca, más envenenados de odio a Dios que nunca, no cejarán en su empeño estéril de destruir la Iglesia de Cristo y todos los signos de la fe en Cristo, sus Cruces visibles a todos que atraen a cada vez más conversos, incluso entre las filas de los engañados por los anticristos.

La Santa Cruz del Valle de los Caídos NO es un signo de «reconciliación», sino de Jesucristo, de su Pasión Redentora y Salvadora. Es el signo de la Salvación y de la Redención de la humanidad que el demonio y sus vástagos, los que trabajan para satanás, no pueden contemplar. Por eso la quieren destruir («resignificar» le llaman). Ningún signo mundano hay en la Cruz del Valle de los Caídos, ni en su base (las virtudes cardinales y los cuatro evangelistas), ni en su estructura. Solo la Cruz de Cristo más grande en la nación más católica de la tierra en estos dos últimos milenios. Es la señal cristiana por excelencia, la que llevan al cuello los que aman a Cristo y están dispuestos a morir por Él, incluso como mártires. Es la amada señal de la Esperanza en la Vida Eterna. Y eso es lo que los anticristos masones y rojos no pueden soportar que viva en la memoria y los corazones de los fieles y de cada vez más conversos en todo el mundo. Cristo es el infierno de los que le odian, por eso no pueden soportar su Cruz y la quieren dinamitar, como hicieron con el Alcázar de Toledo en 1936 (entonces el capitán de los héroes fue Moscardó, también odiado hoy por los mismos de entonces, los enemigos de Dios, de España y los suyos). No pueden soportar la Cruz, porque odian a Cristo, odian su Palabra, odian a sus fieles y su Iglesia Católica, que les corroe el alma por su soberbia incorregible, odian que los españoles amen al Señor y sean católicos y odian el bien y el perdón (pues los que allí moran, los benedictinos, predican sin descanso el perdón a sus perseguidores, como deben y como se lo ha mandado el Señor mismo, pues del Señor es la venganza, y solo de Él). Ven en la Cruz su máximo peligro, les recuerda su inexorable futuro en el infierno y eso les atormenta y enloquece cada vez más. Además buscan en la persecución a la Iglesia Católica, humillándola de esta manera y ultrajando al Señor mismo de este modo, pues quien persigue a los de Cristo son anticristos y enemigos.

Lo de la «resignificación» debe ser contestado contundentemente por todos los fieles, pues el Valle de los Caídos y la Santa Cruz del mismo es patrimonio nacional, es decir, de TODOS los españoles, no solo de los que han ido a votar a los socialistas, a los comunistas, a los etarras, a los que odian a España y los españoles en Vascongadas y Cataluña, a los animalistas, a los ecologistas, al partido abortero de Isabel Díaz Ayuso, etc.. El patrimonio nacional es de TODOS y no se debe alterar en ninguna nación del mundo. Para ello hay que recurrir a la defensa del patrimonio de la humanidad ante tribunales internacionales:

¿Se debe «resignificar» el Museo del Prado, vendiendo al mejor postor o destruyendo todos los cuadros de todos los pintores antiguos y en su lugar exhibir grafitis progresistas modernos?
¿Se debe «resignificar» el Palacio Real de Madrid, sustituyendo las obras de arte y estatuas de reyes por estatuas de la Pasionaria, de Azaña, de Negrín, de Largo Caballero y de todos los que han odiado a España y a los españoles católicos?
¿Se debe «resignificar» el Monasterio de San Lorenzo del Escorial eliminando todo vestigio de las monarquías españolas de los últimos siglos y conceciéndoselo a logias masónicas republicanas y socialistas?
¿Se debe «resignificar» el Camino de Santiago desde Roncesvalles hasta Santiago de Compostela cambiándolo por el paseo de Pedro Sánchez por el norte para ganar los votos moros y «desagraviarlos» por la Reconquista y por el «Santiago y cierra España»?
¿Habría que resignificar el palacio de la Generalitat construyendo una enorme estelada en la fachada para ganar los votos de los enemigos de España?
¿Habría que «resignificar» museos, monumentos, catedrales, palacios, al gusto de los políticos de turno para ganar votos en las elecciones democráticas?

¿Consentirían los franceses «resignificar» la Torre Eifel construyendo en ella una mezquita de varias plantas entre su estructura y coronándola con una media luna e inscripciones del Corán para que el gobierno francés lograra votos de los musulmanes impidiendo que Le Penn ganase las elecciones?
¿Consentirían los ciudadanos de USA la «resignificación» de la Estatua de la Libertad colgándole una bandera con varios colores conmemorando la ideología LGTBI y retocando la estatua para que pareciese una Drag Queen afeminada, medio hombre, medio mujer, todo ello para ganar el voto sodomita y expulsar o apuntalar así a Donald Trump en las próximas elecciones?
¿Consentirían los alemanes en «resignificar» La Puerta de Brandenburgo pintándola todo de verde y quitando las estatuas que la coronan y sustituyéndolas por un escudo de esos hippies de «haz el amor y no la guerra» con estatuas de animales selváticos, perros con dueños en bici «ecológicos» y anagramas de Greenpeace solo para que Alternativa para Alemania no gane las elecciones?
¿Consentirían los rusos en «resignificar» el Kremlin eliminando el Mausoleo de Lenin y poniendo en su lugar un busto enorme de Vladimir Putin y poniendo estatuas de él en los altares de las iglesias ortodoxas de Moscú y otras ciudades rusas solo porque Putin está muy respaldado en Rusia?
¿Consentirían los italianos en «resignificar» la Ciudad del Vaticano, expropiándola y asignándosela a los okupas italianos para desfacer el entuerto de Benito Mussolini en San Giovanni in Laterano hace algo más de cien años, todo para contentar a los votantes ateos de izquierdas italianos y echar a Meloni del poder democrático allí?
¿Consentirían los portugueses en «resignificar» Fátima destruyendo el santuario y la Basílica de allí y construyendo en su lugar un gran compás de logia masónica y una hoz y un martillo para «desagraviar» a Rusia comunista?
¿Consentirían los ingleses en «resignificar» Trafalgar Square quitando estatuas y edificios y poniendo en su lugar estatuas de adultos con niños paquistaníes en actitud demasiado «cercana» para compensar los abusos del imperio británico en el pasado y atraer votos paquistaníes en uno u otro sentido?
¿Consentirían los ingleses en destruir todas las reliquias egipcias, persas, etc. del Museo Imperial Británico para «desagraviar» el imperialismo racista del pasado y no hacer apología del dominio de indios, paquistaníes, sudafricanos, kenianos, etc.?
¿Consentirían los mejicanos en «resignificar» Guadalupe derribando de allí todo recuerdo de la Santísima Virgen María y de san Juan Diego, y poniendo en su lugar un homenaje a los millones de indios asesinados por la barbarie azteca durante siglos de sacrificios humanos y canibalismo prehispano, todo para que gane AMLO o Sheinmabum las elecciones con el apoyo del genocida narcotráfico exterminador de allí?

Por cierto, «resignifiquemos» las sedes de los partidos políticos, sindicatos, patronales, osgs (ongs) y demás lugares políticos como centros de acogida para mujeres embarazadas y decidan felizmente tener sus hijos (no se arrepentirán jamás) a pesar de habérseles propuesto criminalmente abortar. Se necesitan niños y niñas españoles católicos sanos y felices Se necesitan centros para estas mujeres y para centralizar la ayuda a las mismas, así que requísense y «resignifíquense» esos locales como LOCALES PRO VIDA.