Getting your Trinity Audio player ready...
|
Introducción
Este pequeño poemario es una invitación a descubrir la verdad. A través de la poesía, se pretende despertar la curiosidad y la reflexión en el lector, para que juntos podamos emprender un viaje hacia la verdad.
I
El amor por la verdad es la virtud,
Que enaltece el alma y la conciencia,
Y nos lleva a seguir con diligencia,
La senda de la justicia y la rectitud.
Es preferible la verdad a la opinión,
Porque aquella es lo que en realidad es,
Y ésta, solo una mera percepción,
Que en la mente puede ser o no veraz.
La verdad es como un faro en la noche,
Que ilumina el camino de la razón,
Y nos lleva a encontrar el horizonte,
De la sabiduría y la comprensión.
Si queremos ser libres de verdad,
Debemos abrazarla con valentía,
Y dejar de lado la falsedad,
Que solo nos lleva a la oscuridad.
Así que sigamos siempre la verdad,
Y no temamos a la oposición,
Porque al final de nuestra realidad,
Sólo la verdad nos dará salvación.
II
Hombres, alzad la vista al cielo,
Y buscad la verdad con pasión,
Dejad atrás todo conocimiento,
Que no os lleve a la perfección.
Preparaos con celo y con ahínco,
Para recibir la verdad que os redimirá,
Porque sólo ella os dará el camino,
Que a la felicidad os conducirá.
Es deber de todo hombre sabio,
Buscar la verdad con diligencia,
Y no quedarse en el saber caduco,
Que sólo genera más ignorancia.
Por eso, levantad vuestras manos,
Y aceptad con ella la realidad,
Dejad que ella ilumine vuestros planes,
Y os guíe hacia la libertad.
El conocimiento es un camino,
Que nos lleva hacia la verdad,
Pero sólo aquellos que buscan el destino,
Encontrarán la felicidad.
Por eso, preparaos para recibir,
La verdad que os hará libres,
Dejad que ella os haga vivir,
En un mundo lleno de virtudes.
Así que hombres, buscad la verdad,
Con toda vuestra alma y corazón,
Y no dejéis que ningún conocimiento,
Os aleje de la perfección.
III
Entre campos de verdes prados,
Donde la luz del sol brilla intensa,
Se esconden los enemigos de la verdad,
Que conspiran en su malvada empresa.
En la oscuridad de la noche,
Tejen mentiras y engaños,
Que lanzan como flechas mortales,
Para destruir nuestros sueños más sanos.
Pero la verdad es un faro de luz,
Que brilla con fuerza y con esplendor,
Y con su fulgor ilumina las sombras,
Que crean los enemigos del honor.
La verdad es como un escudo de hierro,
Que protege al hombre justo y virtuoso,
Mientras que los enemigos de la verdad,
Se desvanecen como un humo peligroso.
Así que sigamos en nuestro camino,
Con la verdad como guía y escudo,
Y no dejemos que los enemigos de la verdad,
Nos lleven por un sendero tan confuso.
Porque la verdad es un tesoro invaluable,
Que nos lleva hacia la luz y la felicidad,
Mientras que los enemigos de la verdad,
Son solo sombras en la oscuridad.
IV
La verdad es un tesoro inestimable,
una luz que ilumina nuestro camino,
pero si la buscamos de manera aislada,
nos arriesgamos a crear un falso destino.
La verdad no es una idea abstracta,
no se esconde en un mundo irreal,
se encuentra en la vida misma,
en cada acto, en cada palabra, en cada ideal.
No hay peor maldad que prostituir,
a tan hermosa y distinguida dama,
la Verdad es un ser divino,
no merece el maltrato de nuestra mala fama.
La Verdad es una fuente inagotable,
un manantial que nunca se seca,
pero si la esclavizamos a nuestros intereses,
se convierte en un arma que todo lo apedrea.
La Verdad es una luz que nos guía,
una brújula en medio de la tempestad,
pero si la tomamos como nuestra esclava,
se convierte en una cadena que nos esclaviza en verdad.
No podemos permitir que la Verdad se prostituya
por nuestra voluntad y nuestro salvaje instinto,
debemos buscarla en la realidad, amada de ella,
para así salir de nuestra celda, el laberinto.
La Verdad es una compañera leal,
un camino que siempre nos conduce a la luz,
si la buscamos con honestidad y humildad,
la encontraremos en aquel madero, en aquella cruz.
Autor
Últimas entradas
- Actualidad18/11/2024Cornelio Fabro ¿Es su tomismo intensivo el auténtico tomismo? Por Carlos Quequesana
- Actualidad23/09/2024Francisco Suárez y la transubstanciación. Por Carlos Quequesana
- Actualidad28/07/2024Kant y su iluminada revolución. Por Carlos Quequesana
- Actualidad05/06/2024Perú: El orquestador de la caída ha caído. Por Carlos Quequesana