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La presión izquierdista contra la organización FN se acentúa tras las elecciones municipales de abril de 1979, al constatarse que dicha opción política había alcanzado representación dentro de las instituciones democráticas. Desde esa fecha hasta la toma del Parlamento por el grupo de teniente coronel Tejero, en febrero de 1981, se producen numerosos atentados y agresiones –detallados y divulgados en su momento- contra los hombres e intereses de Fuerza Nueva, que superan el centenar largo de incidentes violentos. Pero, como hemos indicado con anterioridad, no todas las violencias contra el movimiento de FN han sido conocidas ni descritas.

Curiosamente, el primer muerto es un concejal recién elegido por una candidatura independiente en la localidad barcelonesa de Esplugas de Llobegrat, cuyos candidatos    habían recibido varias amenazas telefónicas de muerte. Se trataba del farmacéutico Manuel Florentín Pérez, simpatizante de Fuerza Nueva, según la organización piñarista(1), siendo tiroteado por tres desconocidos dentro de su propia farmacia. Y es que ni siquiera los ediles ni alcaldes independientes se libraron de la persecución por la izquierda radical: mismamente, un mes más tarde, el alcalde de Ceuta fue amenazado de muerte, al igual que su familia, merced a una carta anónima fechada en Granada, conminándole a que retirara el retrato de Franco del consistorio municipal en un plazo perentorio.

Con todo, la violencia contra los militantes de FN había comenzado días atrás, con ocasión de las manifestaciones del primero de mayo. Así, en la ciudad de Salamanca, el local de FN volvió a ser atacado con ladrillos, piedras y palos por los manifestantes de izquierda, siendo brutalmente agredido el jefe provincial, necesitando ser asistido en un centro hospitalario, precisando varios puntos de sutura en la cabeza. Mientras, en la capital de España, una manifestación de anarquistas ataca al joven transeúnte José Molina Navarrete, golpeándolo con bates de béisbol, palos y cadenas, siendo herido en la cabeza con un punzón y acuchillado a la altura del ojo: la causa de tal agresión fue que el servicio de orden le halló una pegatina de Fuerza Nueva, tras forzarle los bolsillos… Un día  más tarde, un grupo de izquierdistas propinaría una paliza a un simpatizante de FN que caminaba por el barrio madrileño de Malasaña, golpeándole incluso con un martillo e  hiriéndole con una navaja en el abdomen, necesitando quince puntos de sutura para su sanidad(2).

No obstante, como modelo de asesinato premeditado, hemos de referirnos al artefacto explosivo colocado en la cafetería California 47 de Madrid, que causó nueve muertos y más de sesenta heridos. Pues bien, el 26 de mayo, el grupo terrorista GRAPO colocó un artefacto explosivo en uno de los baños del local. La cafetería, que había sido amenazada en varias ocasiones, era muy frecuentada por los activistas y militantes de FN, habida cuenta de que la sede nacional del partido se encontraba muy cerca, en la calle Núñez de Balboa, dándose la circunstancia de que los jóvenes de FJ y de otros grupos afines    solían colocar sus puestos de venta e información al lado de dicha cafetería, en la calle Goya. Hubiera sido mejor para los criminales terroristas poner la bomba en la sede de FN, pero ello era muy difícil, habida cuenta el férreo sistema de seguridad del partido. Por lo demás, esta circunstancia era conocida por todo Madrid, incluso para la prensa progresista que denominaba la cafetería como Fascifornia 47. Por lo tanto, que la cafetería sufriera un atentado solo era cuestión de tiempo. No en vano, el 27 de julio, el sótano que se hallaba justo debajo de las instalaciones fuerzanovistas de la calle Núñez de Balboa sería objeto de un incendio provocado, que pudo ser sofocado gracias a su descubrimiento por elementos de la Policía Nacional que escoltaban el edificio.

La sorpresa ruin fue cómo la prensa progresista, comenzando por Diario16, intentó confundir a la opinión pública, sosteniendo que el atentado había sido obra de la ultraderecha… Misma interpretación canallesca que la agresión sufrida por un militante de FN en la ciudad de Bilbao el dieciocho de junio, cuando fue apuñalado cerca de la sede del partido, con ocasión de un acto de afirmación nacional celebrado en el cine Consulado, con presencia estelar de Blas Piñar, quien impartiría un clase de españolidad sobre la lengua vascongada, y donde algunos asistentes fueron atacados con bombonas lanzadas desde los edificios colindantes; no en vano, días antes, los terroristas vascos habían asesinado en Vergara, al militante de FN, Luis Berasategui Mendizábal, mientras se hallaba plácidamente en un bar de la localidad.

Pues bien, como la prensa antipiñarista no podía justificar ante sus lectores los continuos ataques perpetrados contra la organización roja y azul a lo largo y ancho del país, empezó a insinuar que tales atentados eran obra de oscuros ultraderechistas, como haría de nuevo en diciembre de 1980, con ocasión del homicidio de Juan Ignacio González, secretario por entonces del Frente de la Juventud y antiguo jefe de Fuerza Joven al menos hasta el estío de 1978. Pues bien, hasta la prensa comunistoide se adhirió a tal táctica calumniosa-propagandística: en agosto, sería asesinado un panadero en Arganda del Rey, simpatizante de Fuerza Nueva, atribuyéndole el diario Mundo Obrero la responsabilidad de la muerte a la extrema derecha(3)… La insistente violencia contra los hombres de FN arreciaría el 28 de mayo en la ciudad de Málaga: el estudiante universitario Pedro L. Martínez Suárez, militante de Fuerza Nueva, seria tiroteado desde un coche a gran velocidad, cuando se encaminaba a la sede provincial, recibiendo un impacto de bala en el vientre, siendo evacuado por sus camaradas a un centro hospitalario(4). Y, a finales de junio, en la noche del 22 al 23, un establecimiento de muebles sito en la ciudad catalana de Tarrasa fue objeto de una explosión, ardiendo todo el inmueble, por mor de militar en Fuerza Nueva el hijo del propietario: el edificio fue pintajarreado horas antes con la inscripción “facha” y después del atentado se recibió una llamada telefónica anónima en un periódico local, con la siguiente advertencia: “esto les ha pasado por fascistas”. Y, dos días más tarde, Luis Felipe Alonso Lorenzo, miembro de FN y candidato al Senado por la provincia de Zamora, recibió en su escuela sanabresa una carta-bomba procedente de Madrid, calculando los artificieros de la Guardia Civil que el artefacto poseía una potencia explosiva de dos granadas de mano. Por idénticas fechas, el servicio de información  de la Guardia Civil informaba a José María del Nido, jefe regional de Andalucía, que estaba siendo seguido concienzudamente por la organización terrorista GRAPO, con intención de asesinarle, hasta el punto que los terroristas habían barajado, como la mejor opción para consumir el homicidio, la puerta de su domicilio y entre las cuatro y media y cinco de la tarde, siempre que se encontrase a solas. Tres días después de recibir esta comunicación policial, unos presuntos terroristas intentaron secuestrar a la hija menor del político sevillano, casi al mismo tiempo que el secretario provincial del partido, Manuel Polo, era objeto de un seguimiento por un coche ocupado por cuatro individuos, sospechándose que se trataba de un comando del GRAPO que buscaba la Policía. En fin, el grupo marxista-leninista no pudo matar a del Nido, pero sí a un inspector de Policía en la capital hispalense el 25 de mayo. Como tampoco pudo asesinar en Madrid a la fuerzanovista Maribel Lorenzo, miss Europa 1974, gracias a que los terroristas pudieron ser detenidos antes de cometer el homicidio programado para el 28 de mayo.

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La conducta sanguinaria del GRAPO hace meditar sobre su peculiar sistema de información, que someto a la consideración de la audiencia. Dicho grupo terrorista, había reclutado sus principales activistas en el noroeste peninsular, pero su accionar contra Fuerza Nueva fue insignificante en las provincias norteñas. En cambio, en Madrid o Sevilla, su actividad delictiva fue muy notoria, por lo que cabe sospechar que la dirección informativa de la organización se servía de notas e indicaciones proporcionadas por individuos o grupos de extrema izquierda, mucho más fanatizados o con menos lazos de vecindad que los izquierdistas del noroeste.

Por lo demás, la ola terrorista de la primavera y verano de 1979 afectaría también al Ejército, que sufriría el tremendo ataque del hotel Corona de Aragón, tras prender fuego los terroristas la parte baja del edificio con el objeto de quemar seguramente los familiares de los jóvenes tenientes allí alojados a la espera del acto oficial de entrega de despachos en la Academia General Militar, entre ellos la familia Franco y otras sagas castrenses de gran abolengo, provocando 78 defunciones y un centenar de heridos. El Gobierno Civil de Zaragoza atribuyó el incendio provocado a una churrería de la cafetería del hotel… de la misma manera que el Gobernador Civil de Madrid dejó correr el bulo de que los responsables de la cafetería California 47 habían sido extremistas de derecha; eso sí, ordenando retirar las coronas y las flores que anónimos madrileños de FN habían depositado a las puertas de la desgraciada cafetería durante los días sucesivos…

El incendio provocado del hotel zaragozano, empleando napalm y magnesio, había ocurrido el doce de julio(5) y una semana más tarde, Fuerza Nueva celebraba en la capital de España un acto político multitudinario en la plaza de toros de Ventas, en conmemoración del 18 de Julio. Pues hasta allí, acudieron varios elementos del GRAPO con intención de sembrar de luto y dolor la fecha indicada entre los fuerzanovistas, quienes días antes habían perdido un significado militante madrileño, arrollado por un vehículo mientras pegaba carteles para dicha efeméride patriótica. Pues bien, escasas horas antes de comenzar el mitin, los servicios de seguridad de Fuerza Nueva fijaron su atención en dos sospechosos que merodeaban por las inmediaciones del coso taurino. Estos individuos, al sentirse perseguidos, sacaron sus armas e hicieron fuego, alcanzando a un joven militante de FN, de 19 años de edad. Los fuerzanovistas lograron detener unos instantes a uno de los terroristas, a quien le ocuparon una pistola de nueve milímetros, pudiendo el agresor zafarse de los perseguidores y darse a la fuga. Como represalia, el GRAPO asesinaría días más tarde al policía Deogracias Hernández, precisando en su comunicado reivindicativo que el atentado había sido perpetrado en respuesta por el enfrentamiento habido con los muchachos de FN, teniendo en cuenta su plan de ataque contra el 18 de Julio(6)… Curiosamente, el Gobierno Civil de Madrid le había impuesto a la organización piñarista una multa de 100.000 pesetas por los incidentes ocurridos tras la celebración del acto de afirmación nacional.

Capturado este comando del GRAPO semanas después, pudo comprobarse que los componentes de dicho grupo habían  atentado también contra las sedes de Fuerza Nueva en Móstoles (mayo) y en Alcalá de Henares (julio) e igualmente contra el local que la Falange poseía en el barrio madrileño de Villaverde, mediante la colocación de explosivos y la provocación de incendios.

En materia de orden público, el primer semestre de 1979 reflejaba una coyuntura que guardaba cierto paralelismo con la época turbia de la II República. Incluso, dos días antes de la matanza de California 47, se debatió en el Congreso el tema de la seguridad ciudadana en España, recordando las intervenciones parlamentarias de Fraga y Piñar las protagonizadas por Calvo Sotelo y otros diputados en los lejanos 1934 y 1936. El líder gallego de la derecha española, por ejemplo, hizo recuento de los altercados contra la tranquilidad pública en el país. Así, desde enero hasta el 24 de mayo, el terrorismo había matado 50 personas, causado 152 heridos, perpetrado once secuestros, seis ofensas graves a la bandera y ocho a la efigie del Rey. Por su parte, la delincuencia había crecido en 1977 un quince por cien; en 1978, un 42 por ciento; y, en 1979, en lo que iba de año, un 109 por ciento…

Afortunadamente, la tensión disminuiría durante el periodo vacacional, ocurriendo solamente algunos incidentes en la provincia de Burgos. Así, el 26 de agosto, tendría lugar un ataque contra los asistentes a un acto político en la villa de Pradoluengo. Desde la mañana, se habían congregados numerosos militantes y simpatizantes de FN en dicha localidad, donde se celebró una misa de hermandad, un encuentro institucional en el ayuntamiento, una comida campestre y una reunión de directivos piñaristas. Como ya hemos indicado en el capítulo anterior, al retornar hacia la capital burgalesa la caravana automovilista, esta fue abordada por unos irascibles izquierdistas que se hallaban escondidos en una curva de la carretera, parando el convoy y agrediendo salvajemente a varios jóvenes, si bien terminarían huyendo. Así las cosas, pocos días más tarde, otros izquierdistas radicales insultarían y atacarían con mazos, palos, cadenas, sillas y bolas de hierro un puesto de Fuerza Joven en el centro de la capital burgalesa, siendo heridos varios fuerzanovistas, presentando denuncia el delegado juvenil del partido, quien se personó en las dependencias oficiales con varias contusiones, deteniendo la policía a uno de  los izquierdistas participantes. Horas después, el grupo implicado intentó agredir a un matrimonio que paseaba cerca de la catedral con una insignia de la bandera nacional. No contentos con tales barrabasadas, la izquierda burgalesa emitió un comunicado, manipulando los hechos y pidiendo la ilegalización de FN. Contestó la delegación provincial de la siguiente guisa: Nuestra denuncia ante el Gobierno Civil, que con su pasividad y tolerancia, permite que estas organizaciones marxistas bajo capa de libertad sigan engañando a la opinión pública de Burgos (…) que poseemos pruebas materiales de los instrumentos usados, de donde los cogieron y por quienes fueron transportados (…) que solo hubo heridos por parte de Fuerza Nueva (…) que nada se dice del ataque e insultos a dos mujeres portadoras de la insignia con la bandera nacional, ni la acción contra otra mujer embarazada (…) que no hay en el comunicado ninguna referencia sobre las heridas sufridas por dos inspectores de policía al intervenir en favor de las mujeres atacadas (…) que caso de que nuestras autoridades no tomen medidas enérgicas pertinentes a evitar estos ataques de la extrema izquierda, nos veremos en la necesidad de defender a nuestros militantes con todos los medios a nuestro alcance(7)…

El hecho es comentado por Piñar en sus memorias, refiriendo el notario madrileño otros atentados y agresiones cometidos durante 1979. Así, el 25 de mayo, un grupo de desconocidos agredió con palos, piedras y objetos metálicos a varios jóvenes de FN, cuando salían de la sede nacional, en las proximidades de la calle Goya, resultando heridos dos fuerzanuevistas con heridas en la cabeza. Tiempo después, inaugurada la nueve sede del partido en el centro de la capital, el militante Miguel Ángel González Andreu fue tiroteado en la glorieta de Bilbao, cerca de la nueva sede del partido, recibiendo un balazo en el vientre. En Valladolid, otro militante de FN fue agredido por varios izquierdistas en un bar de la ciudad castellana el 21 de junio, siendo trasladado por la policía a un centro sanitario. En Málaga, el 29 de septiembre, dos personas fueron agredidas por sindicalistas de izquierda, mientras recibían pan gratuito repartido por militantes de Fuerza Nacional del Trabajo, en una huelga de panadería, siendo evacuados al Hospital Carlos Haya. Parecida agresión ocurriría en Zaragoza, el 16 de noviembre, cuando varios muchachos de FN fueron atacados con cadenas, palos y piedras, resultando heridos tres fuerzanovistas que requirieron asistencia facultativa. Mientras tanto, el 19 de septiembre, ETA había asesinado en Bilbao al coronel canario Aurelio Pérez-Zamora, siendo uno de sus hijos miembro de Fuerza Nueva, acudiendo militantes de la organización insular al funeral y entierro oficiados en Santa Cruz de Tenerife.

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Por su parte, las sedes del partido que sufrieron asaltos, incendios y atentados tras las elecciones municipales de abril fueron las que siguen(8): Tomelloso, Puerto del Rosario, Lorca, Logroño, Medina del Rioseco, Jerez de la Frontera, Parla, Alayor, Santiago de Compostela, Málaga, Madrid (calle Linneo) y Miranda de Ebro. En esta última ciudad castellana, los terroristas causaron daños por valor de 125.000 pesetas en la sede de la colación electoral para las elecciones municipales; y en la noche del 27 de noviembre, fue tiroteado el jefe local de FN, José María Rioja Tobalina, cuando paseaba por dicha localidad burgalesa, saliendo ileso del atentado(9).

Meses antes, varios jóvenes de Fuerza Nueva, que acampaban en la localidad malagueña de Villanueva de Algaidas, también recibieron varios disparos de escopeta, efectuados por los vecinos izquierdistas del lugar; y, en la madrugada del nueve de septiembre, el jefe local de Archidona fue bárbaramente golpeado por un grupo de enmascarados que, tras el ataque, se dio a la fuga. Ítem más, en el mes de noviembre, extremistas de izquierda incendiaron un puesto de venta de FJ en Santiago de Compostela y en Santa Cruz de Tenerife un vehículo intentó atropellar a unos chicos de la organización piñarista que se hallaban pegando carteles propagandísticos.

Por entonces, miembros del sindicato Fuerza Nacional del Trabajo también fueron acometidos en Sevilla, en los locales de la fábrica HYTASA, por los “piquetes informativos” de ideología izquierdista, cuando se hallaban en una reunión laboral, necesitando asistencia sanitaria.

En diciembre de 1979, sucedieron los incidentes graves en Sevilla y Córdoba, con ocasión del Día de Andalucía. En la capital hispalense, los manifestantes lanzaron una lluvia de piedras y botellas contra la sede de FN, siendo repelidos por los fuerzanovistas; y, en la ciudad de Córdoba, los encargados de la seguridad de la manifestación apuñalarían salvajemente a dos militantes de Fuerza Nueva, por exhibir la bandera nacional, quedando malheridos y siendo trasladados urgentemente al hospital(10). No contentos con ello, pocos días más tarde, cuatro individuos hieren con una navaja al sobrino del jefe provincial, tras insultarlo por los incidentes cordobeses, siendo calificadas las heridas por los sanitarios de pronóstico menos grave.

Como puede inferirse de lo expuesto, FN soportó una persecución –en absoluto de baja intensidad-, durante todo 1979, cuyo desconocimiento académico nos parece inaudito. Por lo demás, no ha de preterirse que en los primeros siete meses del año referido se registró en España un número de asesinatos políticos que excedía de 150 homicidios, curiosamente la mitad de los muertos contabilizados durante la trágica primavera de 1936, lo que dio paso a la última guerra civil. Y, durante dicho periodo anual, Fuerza Nueva se limitó más bien a eludir dicho acosamiento, recibiendo el apodo de “los clarisas” por parte de los sectores más ultras(11). A fin de cuentas, un epíteto muy similar al endosado a la Falange fundacional por idénticos motivos(12).  

La violencia extrema contra FN continuaría en las semanas sucesivas.

 

(1) Diario de Burgos (25.04.1979), p. 12.

(2) Fue agredido por llevar una insignia con la bandera española, lo que parece ser constituía una provocación para Diario-16… Cf. Fuerza Nueva, Madrid, (12.05.1979), p. 8.

(3) Cf. Así Sucedió, p. 171.

(4) El País, Madrid (29.05.1979). Semanas atrás, otro militante de FN en Málaga resultó agredido por cuatro individuos con palos y barras de hierro, destrozándole una pierna y dejándole en estado grave, siendo su recuperación incierta a corto plazo, según informó El Alcázar el 28 de marzo.

(5) “El Tribunal Supremo asume que el incendio del Hotel Corona de Aragón fue un atentado”, Heraldo, Zaragoza, (11.02.2009), fuente: www.heraldo.es

(6) Mediterráneo, 22.07.1979, Castellón de la Plana, p.11.

(7) Diario de Burgos (04.09.1979), pp. 8 y 9.

(8) En el mes mayo, el chalet que Blas Piñar poseía en la sierra madrileña fue asaltado por la Organización Antifascista Secreta, un grupo violento próximo al periodista Xavier Vinader.

(9) La nota de prensa de FN señalaba que en Burgos, desde tiempo atrás, sus afiliados venían padeciendo insultos y amenazas. No en vano, la petición izquierdista para prohibir FN, formulada dos días antes al Gobierno Civil (por mor de un disturbio entre fuerzanovistas y socialistas), junto con la poca maña del sicario, hacen presumir que la adscripción política de los autores del crimen correspondió a la izquierda burgalesa. Noticias confusas, empero, refieren que el jefe de Fuerza Nueva en Logroño iba a sufrir un día después otro atentado, lo que puede mover a pensar en la existencia de un grupo terrorista organizado.

(10) Fuerza Nueva formularía querella criminal contra el entonces alcalde de Córdoba, el comunista Julio Anguita (ex alumno de Magisterio de la Academia Nacional de Mandos José Antonio). La prensa progresista manipularía nuevamente los hechos, intentando que la opinión pública creyera que los dos heridos graves habían sido heridos por ultraderechistas… Con todo, esta deplorable conducta no llegaría a ser tan abominable como la adoptada por el semanario Interviú en aquel mes de 1979, al publicar un reportaje firmado por el periodista Xavier Vinader sobre la ultraderecha vasca, lo que costaría la vida a dos ciudadanos que serían asesinados por ETA en las semanas siguientes.

(11) Cf. “Blas Piñar, moderado”, Diario de Burgos (28.04.1979), p. 27.

(11) “Para que todo sea incongruente, aquí le hacen tragar ricino al fascismo (…) no es fascismo: es franciscanismo…”, cf. “Al servicio del vóteme usted”, W. Fernández Flórez, ABC, (18.11.1933), p. 3.

 

Fuentes:

ABC, Madrid-Sevilla (1979-1980); Diario de Burgos (1979-1980); El Alcázar (1979-1980); Fuerza Nueva (1979-1980); El Imparcial, Madrid (1979); La Vanguardia, Barcelona (1979-1980).                                       

Archivo Linz de la Transición española.

Archivos y testimonios personales (1977-2017).

Piñar, B. (2004): Así Sucedió, FN Editorial, Madrid.       

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José Piñeiro Maceiras