Madrid, 12 de febrero de 2022: esperemos, como en Canadá, inolvidable manifestación contra la PLANDEMIA. Por Luys Coleto

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Manifa en la Villana y Cortesana de Cortesana. El próximo sábado 12 de febrero. Comienzo en el Arco de Moncloa a las cuatro de la tarde y, desde allí, hasta la Plaza de Colón.

La calle es de todos (también, por supuesto, del difunto Manuel Fraga)

Y a ver si nos parecemos, siquiera algo, al resto del planeta. Bruselas, pasado fin de semana, sin ir más lejos. Purificador fuego. Contra la mierdera y masónica ué, sobre todo. Pero prefiero Canadá. Más de 50.000 camiones y más de un millón de personas de todas partes del país norteamericano caminando hacia Ottawa, la capital del país, en la mayor protesta de la historia del país. Serpea hoy gloriosa comitiva de setenta kilómetros de longitud por las carreteras que conducen hacia la capital canadiense.

El movimiento se llama Convoy de la Libertad 2022. Transita escoltado por la policía canadiense y es recibido en cada localidad por la que pasa con fuegos artificiales y un apoyo popular masivo, que desmiente continua y fehacientemente la rídicula pretensión de las ilegítimas y terroristas autoridades, con Justin Tradeau a la satánica cabeza, de tratarse de una iniciativa «marginal y minoritaria». El payaso Tradeau, cobardeando un poquito más, se “aísla”, mientras, por dar «positivo»: una burda, muy burda manera de que alguien no le recuerde masivamente y a la puta jeta que es un hijo de la grandísima puta.

Canadá y más allá

Camioneros chapando todos los accesos hasta que el citado y repugnante primer ministro canadiense acabe con las medidas adoptadas: todas liberticidas. La población parece haberse dado cuenta masivamente de que justamente el control y el aislamiento pretendido no es el de fantasmales virus, sino el de la población en general.

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Convoy de la Libertad 2022 ha recaudado más de seis millones de dólares en donaciones y no solo está ganando atención mediática, sino que ya existe un movimiento que pretende replicarla en distintos lugares de Europa y en Australia, que, junto a Canadá, es uno de los países que ha impuesto restricciones más salvajes y desproporcionadas desde el inicio de la PLANDEMIA, además de falsa pandemia. En la capital belga, por ejemplo, 7 de febrero en una marcha análoga para la que hay apuntados ya 160.000 voluntarios en el canal de Telegram https://t.me/FreedomEuro (parece que ahora se entiende mejor por qué en Alemania pretenden prohibir Telegram, como cualquier otra red social que funcione como un libre, libérrimo altavoz para la gente sin poder).

Que España vuelva a llamarse España, no Bozalistán

Y lo dicho, en nuestra patria común, tan amada y tan odiada, el día 12 de febrero. Que vuelva a llamarse España. No la puta y actual Bozalistán que da verdadero asco. Los mismos que berran vacuas flatulencias acerca de la España imperial, con el bozal todo el día en el puto jeto. A cagar, rojigualdas “patriotas” de pulserita. O, si preferís, a Parla. En fin.