03/12/2024 18:09
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Estudio:

«Se denomina estudio al esfuerzo que una persona dedica a entender o aprender algo».

Estudio:

«Acción de estudiar, ejercicio o esfuerzo del entendimiento o la inteligencia para comprender o aprender algo».

Eso es lo que nos viene a decir el Real Diccionario de nuestro Idioma Nacional. No creo que el vocablo Estudio en nuestro diccionario esté incluido en el apartado de insultos, menosprecios y vejaciones cuando se hace uso de él, respecto a una persona.

 Al menos eso es lo me que inculcaron mis maestros (qué bien suena) en el reducido tiempo que, por desgracia, asistí a sus clases.

También se utiliza el estudio a los burros cuando ha de valerse de ellos para desplazamiento personal o para labores agrícolas. ¡Bueno, bueno! Me cuentan que no existe nada sobre la faz de la tierra, en su subsuelo ni en su atmósfera que no sea objeto de estudio en este presente y en el futuro. Lo cierto es que no deja de ser gilipollesco el lagrimoteado enfado de la señora Irene, de su séquito de enchufatis y de unos cuantos memos, incluidos la cuota del PP, que siempre aparecen encabezados por la «Batukada». Esos, que no falten.

Estudio. Y es que hace falta tener un enfermizo cerebro; un auténtico amasijo de mierda en la sesera, para sentirse ofendido a alguien al que presuntamente se le reconoce (hay casos que necesitan tener mucho valor y un alto grado de benevolencia) que ha debido hacer ese sobre esfuerzo mental sin acabar espatarrada/o.

«Su único mérito es haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias». Doña Carla Toscano tuvo la osadía y el descaro  de ¿Qué…? Ninguna persona que viva sanamente en pareja tiene que sentirse insultada porque alguien la considere estudiosa de… al no ser que la poca conciencia, o algo que se le parezca a tan noble prenda, que conservase tan inofensiva palabra sin previo propósito, la dejase desnuda (en sentido imaginario) ante si, y ante toda la Sociedad por su «altísima escalada», sin más piolet que el de su pareja.

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Me cuentan de un sujeto que consiguió mesa y servicio de restaurante en el mejor restaurante de los EEUU, sentando a su muñeca inflable a su lado. Pero él lo pagó de su bolsillo ¡Nos ha jodio!

Somos millones de mujeres y hombres normales que vivimos felizmente emparejados gracias al estudio previo, luego constante, al que unos y otros hemos «enganchado». Conociéndonos en profundidad es una buena herramienta para triunfar en el matrimonio.

Autor

Eloy R. Mirayo
Mi currículum es corto e intranscendente. El académico empezó a mis 7 años y terminó a mis 11 años y 4 meses.
El político empezó en Fuerza Nueva: subjefe de los distritos de C. Lineal-San Blas; siguió en Falange Española y terminó en  las extintas Juntas Españolas, donde llegué a ser presidente de Madrid.