21/11/2024 12:00
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A Mónica García, todavía líder de Más Madrid, ya le comparan con el vino Sansón y con la Quina San Clemente que, cuanto más se investiga en esas bebidas, más propiedades nuevas encuentran en ellas.

Mónica García, alias «ME-MA» y «Pistolera», no se había percatado de que tenía un chalet en situación totalmente irregular y en un espacio reservado para la construcción de un Hospital. No sé si eso puede pasarle a cualquiera, si la gente se olvida de que tiene propiedades por el mundo o le surgen de repente como surgen los níscalos en otoño. De lo que sí estoy seguro es de que en vez de liarse la manta a la cabeza y pedir dimisiones de cuanto se mueve, debería tener la dignidad de dimitir, pero antes debe pedir perdón a cuantos lleva años insultándolos, engañándolos y mofándose de los madrileños. Este personaje de cuento verdulero no puede permanecer en política ni un minuto más.

No hay que echar la vista muy atrás para comprobar cómo, apenas hace unos días, la tal Mónica García, de alias consabidos y comunista del niño Jesús en la formación de «patadones» Errejón, salió cual vulgar energúmena de vena hinchada contra Enrique Ossorio, miembro del equipo de Díaz Ayuso. Le faltó tiempo a Mónica para exigir con entusiasmo y mala fe su dimisión «ipso facto». Y todo por cobrar el bono social térmico; un bono que otorga el Estado a las familias numerosas, independientemente de sus ingresos y patrimonio.

Resulta que la ME-MA, que tantos errores ha cometido en su cortita carrera política, consideraba «indecente» que el vicepresidente de Díaz Ayuso percibiera 196 euros anuales en forma de ayuda para calefacción y electricidad.  «Dimita hoy por vergüenza, por saltarse todas las líneas de falta de ética pública», vociferaba quien, apenas unos minutos después, se enteraba de que su familia también cobraba el bono social energético. Lo curioso es que dejó de pedir la dimisión ajena y no se planteó pedir la propia.

Su desorganización familiar ha quedado plasmada en este acontecimiento y debe de ser tal, que demostró no saber dónde llegaba, así como que las actuaciones propias y las del cónyuge o barragán son como las de Doroteo Arango, salvo que mintiera una vez más. No puede seguir ni un instante más predicando para el comunismo de Más Madrid. Debe abandonar la formación, salvo que quiera cubrirse de vergüenza o que le apunten con el dedo para indicarle que es ella la corrupta, la corrompida, mentirosa, boicoteadora, hipócrita, abanderada de la desidia de la izquierda e incumplidora de la ley. Pero tranquilos porque del comunismo se sale. Muchos han salido con honra, aunque la ME-MA no parece tener intención de hacerlo, si bien la «cohorte» de Errejón ya se ha planteado invitarle a que reflexione sobre la posibilidad de abandonar la formación o se quede en las bases. A ME-MA pueden quedarle dos telediarios y una sesión de dibujos animados en la formación comunista a la que ha avergonzado y defraudado.

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Cada vez que se escarba un poco le sale una nueva propiedad en su patrimonio, algo que hay que investigar en serio porque huele a podrido, empezando por el fastuoso ático en la zona noble del Retiro hasta terminar con el chalet de Cercedilla, que lo tiene de forma ilegal y es simple ‘okupa’ de algo que el Ayuntamiento ya le pidió hace dos o tres años la devolución. Nuevo acto de sinvergüenza impropio de quien pretende decir a los demás qué deben hacer y cómo hacerlo.

Lo más curiosos de este personaje sonajero es que nunca se entera de nada, como le pasaba a Felipe González cuando –según él—se enteró de la corrupción de Luis Roldán y de la cal viva por los periódicos o del reciente «caso Patxi López y los 15». Ridículo, no, lo siguiente. Tras verse atrapada en sus mentiras, la «pistolera» decía no saber nada. Pero es que tampoco se había enterado en 2021 de que había cobrado de forma irregular los famosos 13.000€ de la Asamblea madrileña, estando de baja. Tuvo que ser la Intervención quien pusiera orden donde no lo había. Ahí empezó a quedar como abanderada del latrocinio madrileño. No duden de que no lo hubiera devuelto, de no ser por la reclamación de devolución que llevó a cabo la propia Administración. Ni siquiera en ese momento hubiera salido del comunismo rabioso, desnortado y estalinista, pero del comunismo se sale, doy fe.

No es delito tener propiedades, pero si son ilegales no es ético y sí patético. Afectadas 80 familias, y destapada Mónica García, la presión mediática hará que se acelere la devolución de la propiedad y acabará perjudicando a todos. Empezó haciendo daño a los madrileños con el boicot y las presuntas comidas con moho del Hospital «Enfermera Isabel Zendal», siguió embolsándose los 13.000€ que no le correspondían, cobrando dos sueldos sin legalidad, poniendo el grito en el cielo por las ayudas del bono energético que publicó el Gobierno central y ahora llega la casa en Cercedilla, ilegal y sin escrituras. Vamos, que vive de ‘okupa’ integral. Ni el aceite virgen de oliva tiene tantas propiedades.

Ahora entiendo que Ayuso insistiera en que no le molestaba que tuviera Mónica tanto patrimonio y viviera como vive. Lo que ella quería es que todos los madrileños vivieran como la Médico-Madre. Parece que la líder del rojerío madrileño lo quiere todo: el chalet, el terreno y cuanto no es suyo como cualquier rojales. «Lo País» y diversos panfletos de desinformación diaria callan como prostitutas engañadas y como «diputeros» socialistas sospechosos y presuntamente implicados.

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A ME-MA hay que reconocerle que, para meter la pata, hacer el ridículo y aprovechar «oportunidades» o insultar al adversario, es única y sin comparación. ¿Y los medios de desinformación afines? Todos escondidos. Ni pío. Y el que píe le cortan el pico, retiran prebendas, ayudas y subvenciones, además de enviarlo al ostracismo. Empiezo a pensar si no será mejor que Mónica García siga al frente de Más Madrid, porque su caso es delirante, además de bochornoso, tanto que así la Izquierda se asegura su merecido destino en la oposición, dentro del albañal y retozando en la cochiquera.

Si el chalet (el DRAE reconoce «chalé», sin «t» final) fuese de un ciudadano cualquiera, hace tiempo que habría sido demolido y sin pagar ni un euro, pero alguien habrá presionado para que el Gobierno socialcomunista le dé una indemnización, que no procede bajo ningún concepto, por abandonarlo. Lo triste es que acabara siendo así. Ya se sabe que, al ser cosa de políticos, entre bomberos no se pisan la manguera. Creo que me volveré comunista porque todos tienen chalet. A Mónica García ya le comparan con el vino Sansón y con la Quina San Clemente que, cuando más se investiga en ellas, más propiedades nuevas encuentran.

Todos sabemos que Mónica García está acabada, menos ella. Si piensa la «pistolera» que está en el ‘Far West’ y que todo vale, se equivoca. El tiempo se lo ha demostrado. ¿Qué creen que hará ahora la ME-MA? ¿Pedirá perdón a los Ayuso tras haber sido exculpados de toda acusación por las muertes de las residencias de ancianos? ¿Acusará al Gobierno central tras sentenciar el juez que la culpabilidad es de ese, sin descartar a Pablo Iglesias? En esta España nuestra, nadie pide perdón, ni se retracta de sus acusaciones. El daño ya estaba hecho.

Ahora dirá la ME-MA que lo del chalet son bulos de la ultraderecha o del hermano de Ayuso. Compruebo que para esta mujer va a ser difícil salir del comunismo, pero de él se sale. No lo duden.

Autor

Jesús Salamanca Alonso
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