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Con los nazis en el poder y consumadas ya la remilitarización de Renania, y las anexiones de Austria y de los Sudetes, el viejo Kaiser Guillermo II escribió al Führer felicitándole por sus éxitos y conminándole a restaurar la Monarquía. La respuesta de Adolfo Hitler fue un lacónico “¡Pobre imbécil!” Fue el último servicio imperial del Kaiser a Alemania, hacer de felpudo para las botas del Führer.

Los Reyes solo valen para la gloria, la épica y la muerte. Vivos y en el exilio se degradan y acaban convertidos en una colección viejas pelucas, como Napoleón Bonaparte rebautizó a los Borbones, en crupieres de lujo o en mascarones para fiestas de snobs multimillonarios indoamericanos. Julio César lo sabía muy bien, por eso cuando le preguntaron qué quería ser respondió: “César o nada”. Y todo lo fue, hasta el punto de que todos los que reinaron después de él no es que quisieran ser como él, quisieron ser él. Y algunos, como nuestro César Carlos, fueron más que él y murieron en la cama sin ver ponerse el sol en sus dominios. Lo dicho, los Reyes valen para la gloria, la épica y la muerte.

Hay algunos Reyes que, al contrario que el exiliado Kaiser Guillermo II, escriben cartas y discursos desde el Trono para restaurar la República con mucho entusiasmo democrático y constitucional, eso sí. Basta con escuchar a Felipe VI, no sólo en Nochebuena, para darse cuenta de que está haciendo el camino inverso del mariscal revolucionario, republicano y bonapartista Jean-Baptiste Bernadotte que acabó siendo coronado Rey de Suecia en 1818. Sardónica paradoja: cuando el mayordomo que le ataviaba para la ceremonia de coronación le quitó la camisa vio, con pasmo y con espanto, que llevaba un tatuaje en el pecho en el que ponía “¡Viva la República!”. A Felipe VI no le hace falta tatuárselo, lo lleva explícito, vía marital, en el libro de familia.

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Al igual que el Kaiser Guillermo II, quizá ése vaya a ser el último servicio de Felipe VI a España, hacer de felpudo constitucional y democrático, eso sí, para las botas de los republicanos. La diferencia es que el Kaiser estaba en el exilio y Felipe VI está en el Trono. ¡Cuánta razón tenía en Führer! “¡Pobre imbécil!”…el Kaiser, claro.

 

 

Autor

Eduardo García Serrano
Eduardo García Serrano
Eduardo García Serrano es un periodista español de origen navarro, hijo del también periodista y escritor Rafael García Serrano. Fue director del programa Buenos días España en Radio Intereconomia, además de tertuliano habitual de El Gato al Agua en Intereconomia Televisión. Desde el 1 de Febrero del 2019 hasta el 20 de septiembre del 2023 fue Director de El Correo de España y de ÑTV España.