30/09/2024 20:24
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Nunca he sido muy proclive a la creación del Museo de colecciones reales o lo que hasta ahora ha sido llamado así por quienes han participado en su desarrollo. Digo participado por qué, ¿quiénes quedan de aquel momento, cuando allá por el año 2006, en el que comenzó a construirse ese edificio de más de cuarenta mil metros cuadrados y que lleva gastados cerca de ciento setenta y cinco millones de euros, aunque fue en 1998 cuando se aprobó su construcción?

Presidía el Gobierno José María Aznar y continuaron con la megalómana idea expoliadora, José Luis Rodríguez Zapatero, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, hasta el momento, porque habrá que ver que aún que se hayan, aparentemente, acabado las obras de construcción, en algún momento el Museo, en principio, habrá de realizar las obras necesarias para reparar lo que el paso del tiempo daña en edificios no utilizados y por este ya han pasado 20 años desde su inicio. El Monasterio de El Escorial tardó en construirse 21 años 1563-1584. El reinado de Felipe II dio para empezarlo y terminarlo. Este nuevo edificio lleva dos reyes, Juan Carlos I y Felipe VI, cuatro presidentes del gobierno, que en este caso son los responsables de su construcción y siete presidentes de Patrimonio Nacional: Álvaro Fernández Villaverde, Yago Pico de Coaña, Nicolás Martínez Fresno, José Rodríguez Spiteri, Alfredo Pérez de Armiñan, María de los Llanos Castellanos y Ana de la Cueva. Podría citar el nombre de los gerentes y consejeros del consejo de administración de Patrimonio Nacional que han ido aprobando gastos, cuentas de resultados, tomas de decisiones, sobre los bienes que aquí acabarán y Reales Sitios de donde saldrán los mismos, pueblos que perderán parte de lo que fue su patrimonio cultural, durante cientos de años, y de gastos en un edificio que hay que rellenar.

 

29.050.000.000 millones de pesetas, es decir 175.000.000 de euros. Pero mientras esto sucedía Patrimonio Nacional seguía existiendo y los presidentes del organismo, los consejeros de su consejo de administración, tenían que seguir manteniendo los edificios del Organismo, Palacio Real de Madrid, Monasterio de El Escorial, Palacio Real de Aranjuez, P.R. de la Granja de San Ildefonso, Palacio Real de Riofrío, Palacio Real de el Pardo, Palacio Real de la Almudaina, Monasterio de Yuste, Descalzas reales, La Encarnación,  Las Huelgas de Burgos, Santa Clara de Tordesillas; estos serán los principales expoliados, ya que tienen un uso a su vez museístico y una inmensa cantidad de bienes expuestos al público, que los disfruta en el entorno donde han estado durante nuestra historia o la historia de cada bien. Estos por un lado y las residencias reales, que están al servicio de los Reyes y de la Presidencia del Gobierno, de quien depende el Consejo de Administración del Patrimonio Nacional, por otro. Como ejemplo de las dos sirva tanto la Zarzuela como la Mareta (Lanzarote). Las cuentas anuales de Patrimonio Nacional han sido evaluadas por el tribunal de cuentas en alguna ocasión y con distintas suertes.

Los que no tienen suerte y si es el caso, mala son los trabajadores del Organismo. Todos estos presidentes, cuando son presentados a los trabajadores del mismo o a sus representantes sindicales, escuchan eso de «los trabajadores de Patrimonio Nacional son uno de los valores más importantes del mismo», pero nunca dicen que son lo más barato y denostado del mismo. Sirva de muestra un botón. Mientras el resto de los empleados públicos, en el caso de que haya subida salarial anual en la primera mensualidad de

enero perciben en sus nóminas lo acordado. En Patrimonio Nacional se vienen tardando un mínimo de un año y medio en recibirlas. Así este año 2022, a mediados de mayo se les adeuda la subida de dos mil veintiuno y lo que va del año 2022. Solamente coinciden con el resto de los empleados públicos si lo que hay son recortes, estos son inmediatos y puntuales.

¿Pero a que ha venido esta digresión?, seguramente a que ningún año desde 2006, comienzo de las obras del edificio en cuestión, se ha dejado de aportar millones de euros para su construcción. Sin embargo, para los sueldos de los trabajadores, rehabilitación de los edificios históricos o en el mantenimiento de su precaria plantilla, » el valor más importante del organismo”, siempre ha sido muy cicatero su Consejo de Administración, teniendo por cicatero ser tacaño, ruin o mezquino. Cuando el Consejo de Administración de Patrimonio Nacional habla del Museo de colecciones reales, dice que los bienes, que irán al mismo  desde los reales sitios o monasterios reales, serán  depósitos temporales, pero ya anteriormente otro museo de colecciones reales, que vamos a recordar,  hoy conocido como Museo nacional del Prado, cuyo origen está en las colecciones de los reales sitios y que comenzó con 1510 obras de primer orden de los mismos, Tiziano, Tintoretto, Veronés el Greco, Velázquez, el Bosco, Rafael, Mategna, Durero, Rubens, Goya, por citar algunos, también fueron temporales sus depósitos. 250 años de temporalidad, hasta la declaración de cesión definitiva.

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La última noticia de Patrimonio Nacional sobre el Museo de colecciones reales, es su cambio de nombre. Así ha contratado al “nombrador “de Marcas, Don Fernando Beltrán. Marcas como Amena, Faunia o Rastreator.com son sus aportaciones de presentación para dar un nuevo nombre al Museo. Esto suena a querer crear algo distinto a lo que sería Patrimonio Nacional y las colecciones reales, ese Patrimonio Nacional de la ley de 1982, el que tiene que garantizar y no perjudicar a los ciudadanos de los municipios afectados, con su socialista proposición no de la ley.

 

Pero para que no tengamos que pagar 18000 € por recibir un nombre, yo propongo:

 

EXPOLIATOR. eal.

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REDACCIÓN