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Desde el inicio de la Guerra en 2001 (ver Resumen y Cronología 1709-2011), la situación en Afganistan fué evolucionando más acorde con las decisiones políticas que con el savoir-faire y la capacidad de combate militares. La red Haqqani en el escenario Talibán, cobraba un protagonismo creciente digno de otro articulo.

2012 El Departamento de Estado de EEUU designaba al grupo Haqqani como organización terrorista extranjera (FTO).

Siraj Haqqani asumía oficialmente el control del grupo que, alentado por Pakistan desde 1973, actuaba contra el gobierno afgano, siendo el iniciador de los atentados suicidas, como el de 2008 contra la embajada de India en Kabul con más de 50 asesinados y el de 2009 contra un puesto de avanzada de la CIA en Khost.

 

2013-2014  Siguiendo la política de abandono de Obama, se traspasaba totalmente la seguridad al Gobierno de Afganistán terminando las operaciones de combate de la OTAN.

 

2015  Consecuencia de los anteriores repliegues y restricciones de la Coalición, los Taliban y otros grupos insurgentes/terroristas como Haqqani, Al Qaeda o el EI  dominaban casi un tercio del territorio.

El anuncio de la muerte líder Taliban, mulá Omar, impulsaba más a Siraj agrandando fisuras entre Haqqani y líderes Taliban de Kandahar. Siraj, bajo Mansour, sucesor de Omar, era nombrado emir adjunto de los Talibanes en 2015 con autoridad final sobre el nombramiento de los Taliban como gobernadores en paralelo.

Pakistán “hacía como que” prohibía Haqqani. Pero al año siguiente, el senador Bob Corker denunciaba que Haqqani sólo se había mudado de las áreas tribales (FATA) de Pakistán, donde eran atacados por drones estadounidenses, a los suburbios de Pakistán, donde recibían protección y atención médica.

En junio, los Taliban detonaban un coche bomba a las afueras de la Asamblea Nacional en Kabul y seis Talibanes durante dos horas atacaban con fusiles y lanzagranadas, hasta ser abatidos. Una mujer y un niño morían y 40 civiles resultaban heridos.

Los Taliban iniciaban en Pakistan contactos con el Gobierno afgano para alcanzar un acuerdo de paz. Proceso suspendido al conocerse la muerte, en 2013, del mulá Omar fundador Taliban.

 

2016 Tras el atentado a la Asamblea en Kabul el presidente Ashraf Ghani consideraba imposible negociar con unos Taliban “radicales”. Los Taliban, pretendían un acuerdo de paz “trampa”, jugando a exigir al Gobierno Afgano la salida de las tropas extranjeras y mientras buscaban negociar con EEUU obviando y debilitando al Gobierno Afgano.

China y Pakistán participaban en las negociaciones de paz entre el Gobierno Afgano y los estadounidenses, invitando a los Talibanes a participar.

Para los chinos la inestabilidad en Afganistán era y es un peligro en el W de China y para la seguridad del Corredor Económico Chino-Pakistaní.

El Departamento de Estado designaba al ISIS en Afganistan y Pakistan como FTO.

El 6 de marzo, el presidente Ghani anunciaba al Parlamento que el Estado Islámico había sido derrotado en el Este del país. El 15 se informaba que los militantes del Estado Islámico se habían trasladado a la provincia de Chahar Dara en el distrito de Kunduz en la provincia de Kunar.

Entre abril de 2015 y marzo de 2016 fuerzas estadounidenses y afganas habían eliminado a 1979 militantes de ISIS, herido a 736  y detenido a 965.

Tras la muerte del Mullah Mansour en un ataque con Drone el 20 de mayo, Mawlawi Hibatullah Akhundzada era nombrado emir Taliban. Akhundzada dividía el control operativo de las fuerzas Taliban entre sus adjuntos Haqqani y Yaqoob. La falta de experiencia de combate de Akhundzada daba a Sirajuddin/Siraj una gran iniciativa en la estrategia y acciones militares que se traducía en una ‘Haqqanización‘ de los Talibanes

Obama rectificaba ampliando la autoridad de los militares estadounidenses para acompañar a las fuerzas convencionales afganas en combate antes solo podían ir junto a « Operaciones Especiales»y usar más apoyo aéreo directo (CAS) contra los insurgentes. Al terminar el mandato Obama (2017) quedarían 8.400 soldados frente a 5.500 previstos.

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Reconocimiento implícito de que la imposibilidad para el Gobierno Afgano de sostenerse sin ayuda de EE. UU.

2017 Trump, que en campaña electoral 2016, calificaba la guerra como un «error terrible», anunciaba que los EEUU seguirían en guerra, pues sin la presencia del ejército norteamericano el gobierno afgano colapsaría.

Trump anunciaba una postura más firme con Pakistan y aumentaba 4.000 militares hasta 14.000 estadounidenses del total de 16.000 soldados de ISAF.

2018 En Enero Trump se declaraba en contra de las conversaciones con los talibanes.

26 de Febrero los Taliban proponían directamente a EEUU un diálogo, rechazado por Trump, el 28 el Gobierno de Afganistán llamaba a los Taliban a iniciar conversaciones de paz con:

– Un acuerdo de alto el fuego; liberación de insurgentes encarcelados en el país y considerar al movimiento Talibán como un grupo político que pudiera participar de la vida política del país.

A cambio del reconocimiento la legitimidad de la Constitución afgana;, compromiso de respetar la ley y dejar la lucha armada, entre otras peticiones por parte de los Talibán.

Julio. Los Taliban declaraban haber hablado, en Qatar, con Alice Wells, vicesecretaria adjunta del Departamento de Estado de USA, sobre futuras conversaciones de paz en Afganistán. Del Departamento de EEUU “no comments”.

12 de Octubre. Primera reunión, oficial, entre EEUU y Taliban en Qatar con el afgano estadounidense Zalmai Khalilzad como emisario para la paz. Del 14 al 16 de Noviembre los EEUU y los Talibán  se reunían en Qatar, sin llegar a un acuerdo.

20 de Diciembre, un día después de decidir retirar a todas las fuerzas de Siria, Trump decidía retirar en pocos meses 7.000 de los 14.000 mil estadounidenses en Afganistán.

El secretario de Defensa, General Mattis, renunciaba al puesto argumentando que sus puntos de vista no estaban alineados con los del presidente.

Este desacuerdo de Mattis con Trump, similar al de Mc Chrystal con Obama, mostraba el diferente compromiso entre políticos y militares con sus soldados, con los soldados aliados y con la misión. El sentimiento de abandono de los afganos continuaba creciendo viendo lo ocurrido con los kurdos y otros aliados de EEUU en su lucha contra el DAESH.

 

 

2019 A primeros de año EEUU, el Gobierno Afgano y los Taliban llegaban a un principio de acuerdo que implicaba: declaración de alto el fuego, renuncia de los talibán a toda relación con organizaciones terroristas como Al Quaeda y el Estado Islámico y retirada de las tropas de EEUU y OTAN en un plazo de 18 meses.

A fines de julio de, según el Secretario de Estado Pompeo, el Presidente Trump ordenaba reducir el número de soldados estadounidenses en Afganistán para antes de las elecciones EEUU de 2020.

La violencia en el país no cesaba con ataques Taliban a las fuerzas de seguridad afganas, a la poblaciones civiles y a las fuerzas extranjeras, incluidas las estadounidenses, mientras el enviado de EEUU que negociaba con Talibán, declaraba que los afganos estaban más cerca de alcanzar la paz que nunca.

A esto se sumaban los ataques del la Estado Islámico a las fuerzas afganas y poblaciones civiles.

A principios de septiembre, cuando Estados Unidos se disponía a firmar un acuerdo de paz con los Talibán en Camp David, debido al ataque Taliban del 5 de septiembre, en el que morían 12 personas, entre ellos un soldado estadounidense y uno rumano, Trump cancelaba las negociaciones.

A principios de noviembre el ministro del Interior interino de Afganistán, Andarabi anunciaba la victoria total sobre el grupo terrorista ISIS. A pesar de esta declaración yihadistas del ISIS continuaban atacando en Afganistán.

En diciembre se trataba de reabrir el proceso de diálogo para un acuerdo de paz, pero otro ataque contra la Base Aérea de Bagram canceló la iniciativa.

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2020 El 29 de febrero la administración Trump, firmaba un acuerdo con los Talibanes en Doha, Qatar, fijando un calendario para retirada de sus tropas y aliados en 14 meses, en una transición sin violencia. Washington obtenía el compromiso de que los Talibanes no permitirían «que ninguno de sus miembros, ni otras personas o grupos, incluida al Qaeda, usasen el territorio afgano para amenazar la seguridad de Estados Unidos y sus aliados”.

El gobierno afgano mostraba su disconformidad por no ser consultados para intercambiar 5.000 talibanes con 1.000 soldados afganos capturados.

Los Taliban respondían el día 2 y 3 de marzo con un ataque a 43 posiciones gubernamentales. EE. UU. bombardeaba a los Talibanes el día 4 de marzo.

A principios de abril los Taliban rompían negociaciones con Kabul considerando que el gobierno afgano liberaba sólo a 100 presos irrelevantes y no a los que ellos querían. Posteriormente, para recuperar el diálogo de paz interrumpido por enfrentamientos entre Talibanes y Fuerzas Gubernamentales, el gobierno afgano liberaba otros 100 prisioneros Taliban y los Taliban liberaban a 20 prisioneros afganos.

El 9 de abril cohetes lanzados por el Estado Islámico impactaban, sin producir víctimas, en la Base Aérea Militar Estadounidense de Bagram.

A finales de mayo, los Taliban decretaban unilateralmente un alto el fuego de tres días para «celebrar en paz y comodidad» e Aid al Fitr / rotura del ayuno del final del Ramadan.

El 3 y 4 de junio, finalizada la tregua del Aid al Firt, los estadounidenses llevaban a cabo el primer bombardeo, sobre talibanes que atacaban posiciones gubernamentales en las provincias de Kandahar y Farah.

El 12 de septiembre, liberados todos los prisioneros reclamados por ambos bandos, incluidos los Taliban más peligrosos, representantes del Gobierno afgano y de los Talibán, se reunían en Doha para un diálogo de alto el fuego duradero y una paz definitiva.

El portavoz Taliban, Abdul Ghani Baradar manifestaba que el movimiento deseaba un Afganistán con un «sistema islámico y que todo el mundo tuviera en cuenta el islam en las negociaciones, y que el Islam no se sacrificara a intereses personales”.

A principios de octubre, los Taliban atacaban la provincia de Helmand y fuertemente su capital Lashkar Gah. El Ejército Afgano lanzaba una contraofensiva con apoyo aéreo de Estados Unidos.

El jefe de las fuerzas militares de Estados Unidos y aliados en Afganistán, Scott Miller, denunciaba el no cumplimiento por parte Talibán del acuerdo de paz, exigía detener su ofensiva en Helmand y contestaba, al cinismo Taliban, que los bombardeos estadounidenses no violaban el acuerdo de paz de febrero.

Continuaban las conversaciones y operaciones camino del 2021.

 

La decisión estadounidense de irse estaba tomada desde Obama y los Taliban lo sabían. La corrupción política afgana preparaba la salida. Los Taliban mareaban la perdiz y Pakistan entre su seguridad interior y fanatismo político-religioso obtenía importantes ayudas exteriores incluido EEUU.

 

El despliegue OTAN fuera de su área del Atlantico Norte había respondido a la respuesta por el ataque a uno de sus socios, EEUU. Esta salida de área plantea una nueva posible ampliación, según los despliegues de EEUU, para defender a sus aliados que podría ser global en los dos hemisferios y en todos los mares y continentes.

De momento, a la espera de Ucrania, la OTAN está en la ecología y el género, y por su parte la EU en las sanciones económicas.

 

Vicente Díaz de Villegas y Herrería

Soldado de España

Autor

REDACCIÓN