20/09/2024 17:40
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Denuedo y vigor extremos suelen ejercer los padres, en pos de la salud, formación, libertad y felicidad de sus vástagos… pero, queridos niños, los más psicópatas de todos, cualquiera que queráis atisbar, también tienen hijos.

Desasosiego y estupor extremos suelen provocarme (casi todos) los padres, en pos de la salud, formación, libertad y felicidad que dan a sus vástagos… pero, queridos niños, los más psicópatas de todos: los políticos; velan por vosotros, ya sabéis: “los hijos no son de los padres”.  Salimos de Málaga y entramos en Malagón, dejamos Guatemala por Guatapeor.

Los pocos humanos que hemos tomado la drástica decisión de no traer vida a este mundo… bueno, voy a hablar por mí, pues ni he hecho –ni lo pretendo – un estudio al respecto. Yo, que desde que tengo uso de razón y, por lo tanto, de la sociedad que me rodea, tomé la decisión de no traer vida humana a este mundo (aclaro que soy fan de las plantas, que pese a que nadie suele percatarse, son seres vivos) no salgo de mi asombro (casi) cada vez que contemplo a alguien con hijos. Es acojonante mi sensación de impotencia cuando veo lo mal educados que están los nenes, tanto en casa, como en la escuela. Y de aquellos polvos, estos lodos.  A mis 45 palos he tenido mucho tiempo para hacer amistades, y debido a mi sociabilidad y mi afán de experiencias, he conocido a muchísimos padres más de los necesarios para llegar a la conclusión de que los nenes están absolutamente sentenciados a una vida de estupidez y esclavitud perpetuas. El infantilismo de sus padres, que tienen mi edad, es tan poderoso que se torna invencible. Padres que portan a sus nenes en una cesta de la bicicleta, ese lugar tan idóneo para llevar a un nene. Padres que fuman con los nenes en brazos. Padres que enchufan a sus hijos a la puta tele, a una tablet y/o móvil, padres que hipermedican y vacunan, padres que alimentan a sus hijos peor que al cubo de la basura, padres de clase baja que visten con ropa cara a los nenes; y un sin fin de conductas temerarias impunes que vemos a diario.  Los nenes que sobrevivan…serán padres ídem, y así, ad aeternum.

Actualmente, con el congojavirus, este desquicio parental se ha desbordado por encima de las mayores posibilidades del peor de los padres. Hace meses me harté de contemplar a nenes disfrutando desde sus jaulas, aplaudiendo como si fuera un divertido juego de alienación humana y socialización extremo (muchos de ellos –saqué fotos – poniendo en peligro su vida asomando 2/3 de su cuerpo por la ventana o balcón). Cuando cesó la “obligación” de aplaudir, empezaron a sacarlos a la calle, embozalados, hasta a los bebés en sus carritos. Y si así siguen a fecha de hoy. Tiste no, lo siguiente.

Pero, debido a mi condición de tito, llevo 18 años (por partida doble) vinculado al mundo infantil-juvenil. El corolario de esto es dar gracias a (poned la deidad favorita) por mi ancestral decisión de no tener hijos,  y por mi persistencia en hacer el acto con el que se intentan concebir. Recuerdo el chiste de la promiscua que, arrodillada ante una Virgen, implora: “tú, que concebiste sin pecar, permíteme a mí pecar sin concebir”. Lo clavó el creador del chiste.

Comprobar el sistema educativo actual, y la sociedad liberticida, criminal, tosca y analfabeta que tenemos, es un panorama para que la venta de anticonceptivos se dispare. O para que la abstinencia ídem, que en estos tiempos de carestía todo ahorro es loable y, además, follar no es para tanto, con el paso del tiempo está muy sobrevalorado.

Os enlazo un vídeo mío, que es un divertido ejemplo de la mala educación que los padres y la suciedad de consumo hacen. En este caso… un alimento para deportistas, uno de los alimentos más sanos y completos para los nenes… el azúcar a paladas.

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