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Que los políticos y algunas asociaciones catalanas viven ancladas en un pasado es constatable por muchos aspectos. La independencia y la autodeterminación es una de ellas. La otra es aquella mentira que antes de 1714 en Cataluña se vivía mejor, porque era un país independiente. Todo se rompió por culpa de los borbones que invadieron Cataluña. Esta mentira histórica la han repetido tanto que se la han creído. Con los Austria se vivía mejor. Y no sólo lo piensan, sino que se lo creen.

 

¿Por qué decimos esto? Recordarán que el pasado 7 de agosto hubo un pleno en el Parlament. En él se aprobó que “la saga de los Borbones han sido una calamidad histórica para Cataluña”. Que “Juan Carlos I aceptó la sucesión del general Franco jurando fidelidad a los principios del régimen”. Con lo cual “la monarquía española es la constatación del régimen anterior”. Además acusaron tener un monarquía delincuente, que se ha enriquecido ilegítimamente y toda una serie de despropósitos contra los borbones porque, en el fondo, no han evolucionado desde el 1714, y siguen siendo austricistas.

 

Los letrados del Parlament se negaron a publicar íntegras las resoluciones. ¿Por qué? Sencillamente porque alguna resolución era o podía ser inconstitucional y los letrados si viven en el siglo XXI y obedecen las leyes. Inmediatamente se pidió la dimisión de Xavier Muro, secretario del Parlament, por botifler. Esto es, por borbónico. En este punto ha salido a la palestra una asociación que avala la publicación íntegra de las resoluciones. Se llama Col·lectiu Maspons i Anglasell. Potros que son austricistas. Francesc Maspons i Anglasell (1872-1966) fue un abogado y catedrático de derecho civil en Oñate (Guipúzcoa). La clave es que se especializó en derecho catalán. Como miembro de la Mancomunidad de Catalunya trabajo en la defensa de este derecho. El colectivo reivindica el derecho público catalán previo al 1714.

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¿Por qué les encanta viajar al pasado? En primer lugar, porque en su ánimo aún creen que en aquella época Cataluña era un país independiente. En segundo lugar, porque son austricistas. En tercer lugar, porque siendo todos ellos hijos del franquismo reniegan de él. Y en cuarto lugar, porque no quieren respetar una Constitución aprobada durante una monarquía borbónica.

 

Este colectivo se remonta a las Cortes realizadas en el 1599, en la recopilación de derechos publicados en el 1704 y, sobre todo, en las Cortes celebradas en Barcelona e el 1705, presidida por el archiduque Carlos. A los políticos catalanes les encantaría que Felipe VI convocara elecciones -como antaña- y ellos pudieran pedirle prebendas al Rey y este sucumbiera a sus designios. Lo que no dices es que el decreto de Nueva Planta de Felipe V respetó el derecho civil, mercantil, penal procesal y parte del administrativo catalán. No fue hasta el 1888, con la aprobación del Código Civil, cuando se unificó a nivel territorial. Con lo cual, el decreto de Nueva Planta supuso una bocanada de aire fresco, ante una sociedad caduca y en decadencia. Por no decir que se aplicaron ciertas restricciones -castigos que con el tiempo se ablandaron- al traicionar Cataluña a Felipe V.

 

Se demuestra que la política catalana tiene que evolucionar, Las mentiras han hecho mucho daño a todas las instituciones. Quieren volver a un pasado que no fue ni mejor ni peor, simplemente diferente. Y en ese pasado están anclados ERC y en los partidos que se están formando con los restos de la antigua Convergència. La clave de todo esto la hemos dicho antes. Todos los problemas nacen de aquel pudor al no querer reconocer la herencia de sus padres y abuelos. Reniegan de su pasado porque ellos quieren ser puros y no lo son. La pureza fue mancillada por unos padres y abuelos que fueron alcaldes franquistas, hicieron negocios durante la dictadura y todos ellos levantaban el brazo cuando Franco visitaba Cataluña. Por eso prefieren ser austricistas. Pues no desean enfrentarse a la cruda realidad.

Autor

César Alcalá