20/09/2024 22:41
Getting your Trinity Audio player ready...

La gangrena gaseosa es tan peligrosa que si se quiere salvar la vida del paciente no hay más remedio que amputar los órganos afectados. O amputación o muerte.

 

En la Wikipedia se puede leer esto sobre la gangrena: ‘Se llama gangrena a la necrosis y posterior descomposición de tejidos orgánicos causada infección, trombosis o deficiencia del flujo sanguíneo (isquemia). Normalmente es el resultado de insuficiencias críticas del suministro de sangre, a veces causada lesiones y consiguientes contaminaciones bacterianas…

La gangrena causada una seria infección bacteriana en una herida es llamada GANGRENA HUMEDA. La gangrena causada por la falta de circulación en una herida o área afectada se llama GANGRENA SECA… y hay otro tipo de gangrena más peligrosa: la GANGRENA GASEOSA, que es una infección que produce gas dentro de los tejidos gangrenados. Es una forma mortal de gangrena usualmente causada la bacteria ‘Clostridium perfringens’. Debido a su tendencia rápidamente expansiva es considerada una EMERGENCIA médica… La gangrena gaseosa es tan peligrosa que si se quiere salvar la vida del paciente no hay más remedio que amputar los órganos afectados. O amputación o muerte.’

Pues bien, ese es el problema de hoy del PP. Que por la vía del Secretario General, ese personaje al que llaman don Teo, el fullero compravotos de Murcia, ha entrado la gangrena y no la gangrena húmeda ni la gangrena seca, sino la gangrena gaseosa, la más peligrosa de todas… y como no es hora de señalar todo lo mal que está haciendo en el Partido en esta ocasión me voy a limitar a recordarle al señor Casado lo que ya están diciéndole los comentaristas de más postín de la Prensa de hoy. El tema de Madrid y el enfrentamiento con doña Isabel Díaz Ayuso ha llegado a un punto del camino que ya no bastan los pactos ni los acuerdos de despacho. Ha llegado la hora del bisturí y ya no hay otra salida que operar. En este caso el señor Casado tiene dos opciones: o se carga al de la gangrena o se carga a la que, de momento, le está salvando el sillón.

Al señor Casado solo le puedo decir una cosa. Un Partido no puede vivir en los despachos (como un periódico no se puede hacer solo en las redacciones) un Pardito tiene que salir a la calle y tiene que saber lo que opina la gente, los amigos y los enemigos, los blancos y los negros, los azules y los rojos, los obreros y los empresarios, los pobres y los ricos, los jóvenes y los viejos. Pues señor Casado, abandone sus miedos a enfrentarse a los hechos, y salga a la calle y comprobará que hoy la calle no está con su poderoso (“sí, yo le di todo el poder”) Secretario General y por culpa suya empiezan a alejarse de usted… y eso ya lo habrá visto en los actos donde acude con doña Isabel Díaz Ayuso a su lado, ¿Para quién son los aplausos? ¿Quién se lleva los aplausos?

Yo le aseguro que si hoy usted fuera valiente y convocara un Referéndum entre los suyos y en una especie de Moción de Confianza se enfrentara con doña Isabel Díaz Ayuso, usted perdía casi seguro.

Y eso es lo que usted le debe a su mano derecha, su mano izquierda, sus ojos, sus oídos, y hasta su mente. Ha unido usted su futuro político a un hombre que le está llevando al abismo… y como de sabios es rectificar, rectifique… o como decía Napoleón: “General, si ha metido usted la pata, sáquela cuanto antes, porque si no lo hace usted perderá”

¡¡¡ Bisturí !!! ¡¡¡ Bisturí !!! ¡¡¡ Bisturí !!!

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.