22/11/2024 00:31
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Últimamente se ha puesto de moda inventar días destinados a esto y aquello, en ocasiones a auténticas chorradas.

Creo que existe hasta el día del huevo frito, de la tortilla de patatas, etc., y que conste que son dos excelencias culinarias de nuestra cocina.

Echo en falta el Día del Subnormal Político, pero que por mor de la corrección, deberíamos llamarlo el Día del Discapacitado Político.

Y, en el caso de España, ese día debería ser declarado fiesta nacional, ante el elevado número de imbéciles que nos circundan, y me atrevería a decir que hasta nos oprimen, e intentan anular, silenciar, ridiculizar, etc., pues saben que su pobre argumentarlo, de primero de primaria, no se sostiene.

¿Y quiénes son esos colectivos, en mi modesta opinión…?

Pues, en primer lugar, ese treinta o cuarenta por ciento de españoles que no votan, pero que luego están los cuatro años siguientes criticando al gobierno de turno en las barras de los bares, reuniones familiares, y en su fuero interno.

Son personas que dicen que no les interesa la política, sin darse cuenta de que su nula participación pública hace que ese espacio que dejan libre, sea ocupado por los “otros”.

Hemos dejado la política en manos de los partidos y partidas, sin que haya una sociedad civil que sirva de contrapeso a quienes trabajan solo en beneficio de sus propios intereses, pero nunca del bien común.

También aquellas personas que votan a partidos que tienen una ideología contraria a sus principios…

Por ejemplo, los católicos –y quiero pensar que somos mayoría en la sociedad española- que votan a partidos que defienden el aborto, la eutanasia, etc.

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Aunque, en este supuesto, los Obispos, la Conferencia Episcopal, etc., deberían entonar el mea culpa, con el consiguiente propósito de enmiendas, pues llevan décadas sin orientar debidamente el voto de los fieles, creándoles zozobra, inquietud, y desconocimiento de la realidad.

Vivimos en una sociedad donde hay exceso de información, debidamente manipulada, además, pero con una total falta de formación en la mayoría de las personas, que les impide “digerir” las noticias, convirtiendo en muchas ocasiones la anécdota en categoría.

Los “políticamente correctos”, pertenecientes en su mayoría a la derechita cobarde, que no son carne ni pescado, y que están representados por el PP, y algunos partidos regionalistas.

Son gente que nunca dicen lo que realmente piensan –en el supuesto de que piensen algo-, sino que se limitan a expresar lo que dice la mayoría social, debidamente manipulada por los medios de comunicación social, o más bien de deformación social…

Creo que son los tibios de los que habla la Biblia, y sobre los cuales no deberíamos hacer otra cosa que escupir, simbólicamente, por supuesto, pasando olímpicamente de ellos, pues no son nada.

Cadáveres ambulantes.

En definitiva, mientras la Patria se resquebraja, los separatistas siguen trabajando contra España (pero eso sí, debidamente subvencionados por un desgobierno que son meros mandados del NOM, Nuevo Orden Mundial),  por medio de los partidos políticos, la seguridad social está dando sus últimas bocanadas, nos esperan pensiones de miseria, etc.

¿Nadie tiene la culpa de esta situación…?

Sí, en primer lugar un rey que pinta menos que Pichorras en Pastriz, un gobierno que trabaja activamente en contra de los españoles, y la indiferencia, el pasotismo y la estupidez de millones de españoles.

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En fin, que Dios nos coja confesados.

Y, por favor, los últimos españoles que queden, antes de la destrucción de la Patria, que apaguen la luz; está carísima.

 

 

 

Autor

Ramiro Grau Morancho