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El siguiente periodista es Pla, al servicio entonces de los regionalistas conservadores catalanes de la Lliga. Se presentan una colección de artículos escritos por Pla, algunos de ellos sobre el terreno. El título de los artículos de Pla está en negrita. Algunas de las observaciones son muy ajustadas; verdaderamente dan en el clavo.
El momento actual es una crónica general, con referencias a los precedentes y al desenlace de la revolución. La gran preparación del alzamiento:
Se encontraban tantas armas y municiones y de tanta calidad, que se tenía la impresión de que estaban en juego cantidades fabulosas de dinero y, fatalmente, se preveía que el movimiento estallaría en términos de un dramatismo feroz.
Sobre Cataluña (Pla escribía para la prensa catalana):
Diremos solo que Cataluña sigue con su historia trágica, y que solo eliminando la frivolidad política que hemos vivido últimamente se podrá corregir el camino emprendido.
Desenlace de la intentona, con la euforia de la derecha:
Al empezar la sesión del Congreso, el entusiasmo era indescriptible. La entrada del señor Lerroux en el hemiciclo ha sido saludada con vivas delirantes y diversos. La Cámara ha aprobado de forma fulminante la ley restableciendo la pena de muerte y la concesión de un suplemento de crédito para el orden público.
Todo este empuje, que hubiera permitido encarrilar la república, se perdió. La división de la derecha (republicana, posibilidad y monárquica), el obstruccionismo de Alcalá-Zamora y la falta de un objetivo claro a largo plazo hizo que se durmieran en el éxito.
Tendencia hacia las formas autoritarias de gobierno. Mas reflexiones. Reafirmando lo comentado:
Es indudable que la opinión critica abiertamente al Gobierno por su supuesta benevolencia.
La reacción ciudadana es visible, ciertamente, pero es débil. La debilidad proviene de que la opinión no ve una acción coherente de gobierno. Hay como una suerte de asfixia de rumores que nos abstendremos de recoger. En general, los observadores más acreditados prevén la producción de las condiciones objetivas de formas autoritarias de gobierno. Es un momento de gran fermentación interna, y la opinión tiende, a simple vista, a eliminar todas las matizaciones para ir francamente a las formas de espíritu más esquemáticas.
El movimiento de Asturias visto desde Moscú:
Los agentes diplomáticos en Berlín comunican que, según la prensa de Moscú, el movimiento de Asturias no tiene nada que ver ni con la táctica socialista ni con la anarcosindicalista y que se trata de un movimiento comunista de enorme trascendencia en la historia de la revolución mundial. Todo parece indicar, en efecto, que la táctica desarrollada en Asturias es un fenómeno desconocido hasta ahora en la Península y que se trata del primer movimiento de gran estilo llevado a cabo, según la táctica moscovita, por los comunistas del país.
El señor Lerroux, pese a tener ante sí una oleada de opinión que pide fusilamientos y juicios sumarísimos, no piensa apartarse del camino de la más estricta legalidad, y más bien quiere ser magnánimo.
La toma de Oviedo:
Habiéndose celebrado la Fiesta de la Raza y habiendo sido medio fiesta en Madrid, la gente se ha echado a la calle y la animación ha sido considerable en todas partes.
Se considera que el marxismo ha recibido un golpe mortal tan fuerte al menos como en Italia, Alemania, Austria y, por un camino más normal, Inglaterra. Ahora los socialistas se convierten en delirantes defensores de la táctica evolucionista de Besteiro. Notoriamente, este partido utiliza a sus hombres según los momentos.
La gente se va separando de este partido de esnobistas, de exministros y de exembajadores que tantos estragos ha hecho en el país.
El campo de las izquierdas era reducidísimo. Ahora ya no existe. Todo el mundo sabe que los señores Azaña, Botella Asensi, Martínez Barrio y Maura se han separado de la legalidad republicana.
… el triunfador de estos últimos días es el ejército. El señor Lerroux tocó un timbre, el del estado de guerra, y la oficialidad y la tropa formaron con automatismo, con un vigor indudable.
Todas estas esperanzas quedaron frustradas… la “victoria sin alas” que dijera Jose Antonio.
Una encuesta en el norte de España (I) La situación en el País Vasco – La táctica desastrosa de los nacionalistas. Pla se ha desplazado ahora a Asturias y envía diversas crónicas, empezando por las Vascongadas:
… el asesinato del diputado tradicionalista señor Marcelino Oreja Elósegui planea como una pesadilla sobre la población sana de Bilbao, y el incendio del palacio de la Casa Salazar, en Portugalete, palacio que estaba lleno de libros antiguos y de obras de arte, ha producido una crispación violenta en los ambientes burgueses e intelectuales.
Los nacionalistas puros me dicen que no valía la pena inventar la teoría del pueblo-isla (del pueblo no contaminado), haber celebrado la reunión del verano pasado en Zumárraga, haberse constituido en seguidores de Esquerra y de Prieto para acabar yendo a ver a Lerroux y decirle que ellos no tienen la culpa de lo que ha pasado.
Las fuerzas del nacionalismo vasco no han tomado parte en la revolución de forma directa; lo han hecho indirectamente, a través de la Solidaridad de Obreros Vascos, que dependía de ellos.
… la organización obrera vasca contaba con innumerables simpatías. Era, además, una organización que defendía los intereses de los obreros típicamente vascos. Prieto y la UGT defendían a los demás obreros, a los castellanos emigrados a Vasconia.
La hipocresía y doblez de los nacionalistas vascongados, chicos tan finos y resalaos.
Una encuesta en el norte de España (II) El asesinato de Marcelino Oreja – La famosa teoría del desbordamiento
En esta población [Mondragón] hay una fábrica, La Cerrajera, SA, una de las empresas metalúrgicas más potentes del País Vasco, de la que fue gerente el malogrado diputado tradicionalista señor Marcelino Oreja Elósegui.
El señor Oreja era un patrón modelo. Alrededor de la fábrica que dirigía se mueve un conjunto de instituciones sociales modélicas que le acreditaban como hombre saturado de sentido humano. Enamorado de la doctrina social católica y, a un tiempo, del particularismo del país
Parece demostrado, en efecto, que fueron las turbas fugitivas de Eibar, tras ser tomadas la población y la fábrica de armas por el ejército, las que cometieron los asesinatos.
… los de Eibar proclamaron en Mondragón el comunismo libertario, abolieron la moneda y montaron un restaurante en la Casa del Pueblo de la localidad, ¡en el que se comió y se bebió largamente las sustancias sólidas que fueron robadas en las casas… de los demás!
… hemos sido desbordados.
—¿Desbordados por quién?
—Por la Solidaridad de Obreros Vascos, que era el ala izquierda de nuestro partido.
—¡Ah!
Esta teoría es antigua. Si se dedican a la política demagógica, ¿quién podrá evitar que un demagogo más audaz siegue la hierba bajo sus pies y les desbanque? Companys ha sido desbordado por Dencàs. Y Dencàs, ¿por quién ha sido desbordado? ¿Por Badia? Y Badia, ¿por quién habrá sido desbordado? Es la cadena de los desbordamientos.
Una encuesta en el norte de España (III) Llegada a Asturias – Impresión de conjunto – Las causas de la revolución
… los mineros tienen toda la zona asturiana del carbón en su poder.
Solo se puede arriesgar si se cuenta con tropas de un indescriptible valor personal, acostumbradas a luchar a pecho descubierto. Ello explica el envío aquí del Tercio —ya hay tres banderas de estas tropas— y de una mía de regulares marroquíes. Aun así, se observa una creciente prudencia de dichas tropas, prudencia explicable por la impunidad casi asegurada de los sediciosos.
… el ídolo de los mineros asturianos, Belarmino Tomás, se ha constituido, en Langreo, en comisario permanente de la revolución. Belarmino Tomás es la primera figura del socialismo asturiano.
La huelga comenzó el día 5 y fue, en toda Asturias, pacífica y generalmente fría. La huelga empezó a adquirir un aspecto francamente revolucionario el día 6, a las once de la noche, es decir, cuando se comenzó a saber en estas tierras lo que decían en Barcelona los representantes de la Generalitat. Desde las once de la noche del día 6, este país entró en una situación espasmódica. Los obreros de las minas, en masas compactas, entraron en Gijón, Oviedo, Avilés y en los núcleos urbanos de la provincia, y en general se mantuvieron en ellos —excepto en Gijón— muchos días seguidos.
Muy curioso. Los revolucionarios obreros esperaran a que los políticos se pusieran a la cabeza de la manifestación -por así decirlo- para seguir ellos. Faltaron los políticos.
… se produjeron los acontecimientos terribles de Oviedo, que hacen palidecer los hechos más dramáticos ocurridos en la historia política de todos los tiempos. Oviedo es una población que está hoy prácticamente destruida.
La táctica de las ocupaciones fue como sigue: asedio de los cuarteles de la Guardia Civil o de la Guardia de Asalto. Innumerables matanzas. Ocupación de las tiendas de alimentación y de los almacenes. Instauración del régimen de vales con la abolición de la moneda consiguiente, para obtener cosas que comer, beber o vestir. En ciertos pueblos, este régimen fue mantenido y la revolución transcurrió con una relativa tranquilidad. Pero en muchos pueblos el régimen de vales fue superado por el saqueo franco. En Oviedo, la población fue pura y simplemente saqueada.
Se trata de un caso de enervación de la opinión obrera auspiciado desde la tribuna pública y sobre todo desde el diario socialista de Oviedo Avance, que ha sido dirigido por el periodista madrileño, hoy preso, Javier (Javierito) Bueno.
«No puede figurarse —me decía un ingeniero de las minas de Laviana—, no puede figurarse la pedantería, la cultura primaria y esquemática, la locura interna de esta juventud». En Asturias ha habido, en los últimos meses, un programa político y social único que se resume en esta frase: «¡Como en Rusia! ¡Hay que hacer como en Rusia!».
Las causas ponderables han sido el dinero, enviado en abundancia desde Madrid, las numerosísimas armas, las ametralladoras, los cañones robados en las fábricas de Oviedo y de Trubia —los sediciosos llegaron a tener doce piezas de artillería y abundantes morteros de las fábricas militares—, y en general —como capa— la debilidad del gobierno Samper durante el verano, que ha hecho posible toda clase de movimientos.
Una encuesta en el norte de España (IV) Los aspectos de la situación en Asturias – La ciudad destrozada: Oviedo
… el movimiento ha carecido de líder. Ha sido un movimiento gregario, espontáneo, un alzamiento en masa de los mineros. Unos comités endebles como una hoja que se lleva el viento han tratado sucesivamente de controlarlo. Ha sido imposible.
Careció de líder porque los dirigentes políticos no contaban con la reticencia de la población y cuando vieron que “el pueblo” no tenía ningún interés en aquellos disturbios, se metieron debajo de la mesa, pero espontáneo no lo fue.
El primer comité de Alianza Obrera que funcionó en Asturias estuvo integrado casi exclusivamente por socialistas; dicho comité, al cabo de pocas horas de haberse iniciado la huelga, ya se había tenido que ocultar. El segundo lo formaron los socialistas y comunistas, y duró un par de días. El tercero fue simplemente comunista. Firmó las órdenes y requisó toda clase de cosas en nombre del comité revolucionario de la Alianza Obrera y Campesina de Asturias.
Muy típico; los girondinos preparan el camino a los jacobinos; los mencheviques, a los bolcheviques.
Regreso a Oviedo aterrorizado por el aspecto que presenta la ciudad. No creo que la lucha civil entre ciudadanos de un mismo pueblo haya llegado nunca al extremo a que llegó aquí.
Los setenta edificios que conformaban el perfil urbano de la capital de Asturias han sido saqueados, volados y quemados.
Se tome la calle que se quiera, inmediatamente aparecen casas reventadas, tejados derrumbados, montañas de material humeante derribado, hierros retorcidos. La ciudad desprende un olor insoportable a causa del hundimiento de las cloacas.
La gente, cuando se encuentra por las calles, se abraza llorando. Casi todo el mundo se despidió de la vida durante los nueve días de dominio de las turbas y de bombardeos de la aviación.
Del Teatro Campoamor —que era un pequeño teatro provinciano delicioso, con asientos de terciopelo rojo y molduras de oro— solo queda la fachada,
Del Palacio Episcopal no queda sino un montón de ceniza. La Delegación de Hacienda ha desaparecido. No pudieron derrumbar la Catedral porque sus bloques de piedra resistieron.
El Banco de España fue atacado y parece que se llevaron, en efectivo y con documentos de las cajas, unos dieciséis millones de pesetas
Todo lo de Oviedo impresiona, pero la destrucción de los cafés debe destacarse, porque no creo que hubiera ocurrido algo semejante en ninguna revolución anterior. Un café, ¿no es la casa de todos, no es el lugar de confluencia de las más diversas ideologías, de los pensamientos más opuestos? La destrucción de estos cafés es un hecho de un sadismo y de una anormalidad total.
Una característica reflexión pequeñoburguesa la de Pla.
Una encuesta en el norte de España (V) La rendición de la zona minera – Anomalías asturianas
En Sama, he podido tener una confirmación auténtica de la entrevista de López Ochoa con el líder socialista minero Belarmino Tomás. Con su rendición habrá acabado pacíficamente esta terrible aventura, y se habrá evitado que la insurrección se eternizara y costara un baño de sangre. Sama de Langreo sobre todo, con La Felguera, son puntos estratégicamente inaccesibles.
Volveremos sobre este punto, porque Chaves Nogales le hace una entrevista al ambiguo López Ochoa.
Belarmino Tomás, por la noche, con los hombres del comité central y de los subcomités, huyó a la montaña. Su salida fue espectacular y el pueblo le aplaudió. Cuando los primeros soldados de López Ochoa tenían a la vista La Felguera y Sama, han encontrado un pueblo de sábanas y toallas blancas en la fachada, con la gente en la calle, en actitud fría pero pacífica.
En síntesis: el alzamiento de Asturias está acabado… hasta el próximo movimiento.
Hay anomalías, en la situación general de Asturias, que dan que pensar. En la provincia asturiana hay cuatro importantísimas fábricas de armas. Dos del Estado y dos de la Sociedad Española de Explosivos. Las del Estado son la de Trubia y la de la Vega (barrio de Oviedo). La primera es de cañones. La segunda es de fusiles. Ambas están controladas por este fantástico organismo creado por el señor Azaña, llamado el Consorcio de Industrias Militares, que ha jugado un papel tan siniestro en el último alijo de armas.
Cuando los revolucionarios se apoderaron de estas fábricas —o sea cuando los obreros de estas fábricas las entregaron—, encontraron una enorme cantidad de material de guerra en Trubia y treinta mil fusiles en la Vega, completamente nuevos, a punto para disparar.
… para vigilar todo este peligrosísimo sistema había un regimiento de infantería —que en el momento de la revolución estaba en cuadro— y un puñado de guardias de Asalto.
Cuando se examina en el terreno concreto la obra militar de Azaña, no se sabe si este hombre fue un inconsciente o un insensato. Los hechos gravísimos de Asturias juzgan con un baño de sangre la obra de un hombre y de un estado de opinión típicamente desorbitada, manicomial.
Atención a esto:
Los sucesos de Asturias no se explican. Superan todo esfuerzo racional, cualquier explicación lógica. La última huelga no tiene explicación en el campo societario. No había parados en Asturias. Todo funcionaba —me dice aquí todo el mundo— a pleno rendimiento. El jornal mínimo en las minas era de nueve pesetas. El ordinario oscilaba entre doce y quince pesetas. La jornada era de siete horas. El jornal mínimo se aplicaba a los trabajos al aire libre, o sea fuera de las minas. Asturias ofrece un indudable aspecto de prosperidad.
Contrastando con estos hechos, ha de observarse que Asturias es un país literalmente saturado de comunismo y socialismo. Las paredes están llenas de rótulos truculentos, en las librerías no hay sino literatura roja, la palabra revolución es la que más se ha repetido en Asturias en estos últimos años.
Basta decir que el señor Melquíades y el reformismo son considerados los fascistas del país para comprender la transformación que han experimentado las ideas.
Los asturianos sensibles están desolados, porque el Día de la Raza, precisamente el Día de la Raza, entraron los moros en esta antigua y tradicional provincia —patria de don Pelayo— para solucionar los problemas del país. La paradoja es enorme, evidentemente, y el hecho tiene un aspecto simbólico muy curioso.
Sí, vaya coincidencia.
Los artículos muestran a un Pla, pequeñoburgués, un tanto zumbón, conservador y con unas aristas de escepticismo que se irán perfilando con el tiempo.
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