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Los hábitos de consumo cambian, y las personas cada vez recurren más a los medios online para comprar, para informarse o para hacer prácticamente cualquier cosa. Las cifras oficiales lo han dejado claro, y es que solo hay un 8% de hogares en España sin conexión a internet. Cada vez más conectados, cada vez más informados y, en definitiva, cada vez con más facilidades a nuestra disposición.
Precisamente, dentro del sector digital ha estado creciendo un modelo financiero de especial interés para personas que buscan inyecciones rápidas de dinero. Los préstamos en línea poco a poco están superando a unos créditos y préstamos personales que, ciertamente, estaban alcanzando niveles preocupantes en el país. No en vano, algunos bancos estaban teniendo que pisar el pedal de freno endureciendo los requisitos de todo estos productos.
Una medida que, al mismo tiempo, ha llevado a un incremento de las solicitudes de préstamos online. Estos, aunque son una buena solución para apuros económicos, no son productos especialmente ventajosos. Existen soluciones puntuales que sí pueden serlo, como los créditos rápidos sin intereses. Sin embargo, la realidad habitual es que son productos financieros que, a la larga, obligan a pagar siempre una deuda mayor que la adquirida previamente.
Por eso, siempre se deben plantear como una alternativa en caso de necesitar dinero, más que como una prioridad. Aun así, eso no impide que se tenga que recurrir a ellos en ocasiones, y eso tampoco impide que se conozca la importancia de ciertos factores que influyen mucho en cuál solicitar. Hay una variable en concreto que se debe tener muy en cuenta a la hora de pedir un préstamo online: los intereses.
¿Cuál es el problema con los intereses?
No importa el tipo de crédito o préstamo que se vaya a pedir. Sea uno personal online o uno mini también online, siempre hay una variable extra que deben listar las financieras para informar adecuadamente a lo posibles clientes, los ya citados intereses. Estos, siempre indicados en forma de porcentaje, influyen considerablemente en la cuantía total a pagar, de hecho, en ocasiones pueden ser especialmente abusivos y hacer que, lo que parecía una propuesta perfecta, acabe siendo todo lo contrario.
Generalmente, a la hora de pedir créditos por internet, la empresa responsable debe aportar una serie de datos y, de hecho, también debe presentar ciertos cálculos para aclarar al consumidor cuánto va a tener que pagar finalmente. Los intereses, para quien no lo sepa todavía, son un porcentaje que se aplica al importe total del crédito y que, a su vez, crece a medida que crece el tiempo total a pagar.
Es una suma adicional que, por lo general, oscila entre el 0 y el 10%, cifra que se puede ver consultando a cualquier entidad, aunque recomendamos consultar esta web más información sobre minicréditos para ello. Aun así, se han dado casos de compañías que han llegado a duplicar el valor de un crédito a través de los intereses y las comisiones de gestión y tramitación. Gestiones que, por cierto, deberían ser nulas en productos a bajo nivel. En caso de tratarse de préstamos de mayor calibre, entonces sí cabe la posibilidad de que se añadan estos cargos extra. Es algo muy frecuente, sobre todo, cuando se habla de préstamos hipotecarios.
Por eso mismo los intereses son tan importantes. Es más, deben controlarse desde el primer momento ya que, en caso de ser demasiado elevados, se puede interponer hasta una demada para solicitar la devolución de ese importe extra. Desde hace unos años, la ley ha establecido duros criterios con los que proteger a los consumidores frente a cualquier cláusula abusiva en cuanto a préstamos o créditos, y los intereses suelen ser un tema central en este tipo de medidas legales.
Con todo esto, queda claro que los intereses son uno de los primeros factores que hay que controlar en un préstamo o crédito, sea del tipo que sea. Es algo especialmente importante en el ámbito online, ya que hay mucha financiera online de dudosa calidad que trata de aprovechar para generar unos ingresos elevadísimos a costa de un enorme sobrecoste para el cliente. Esto, al final, se traduce única y exclusivamente en problemas, en pagos muy altos y prolongados en el tiempo. En un remedio que es peor que la enfermedad.
Algo que empuja a recurrir a comparadores online, consultar a otros consumidores y, en definitiva, estudiar y analizar muy bien cada caso antes de lanzarse a ciegas a solicitar préstamos por internet especialmente. Es curioso, porque precisamente en este ámbito es en el que más facilidades se da a los solicitantes. Empresas que ofrecen créditos sin ASNEF, que solo piden un formulario con datos, que hacen los ingresos prácticamente en segundos…
Todo facilidades para propuesta que, quizá, no sean tan buenas como aparentan. Hay que dejar claro que existen préstamos y créditos realmente buenos, sobre todo con intereses que sean bajos; pero también que, en caso de poder optar por otras soluciones para cuestiones económicas, siempre es más aconsejable lanzarse a por ellas.
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