24/11/2024 10:30
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Recuperado de la desagradable conmoción que me produjo tu diatriba del pasado jueves 22 de octubre en el debate de la moción de censura de VOX al Gobierno, y después de la correspondiente resaca mediática, a ti, Pablo Casado Blanco, te dirijo estas líneas remedando a Ortega y Gasset en una situación con tintes semejantes a la que hoy nos aflige para decirte: no es esto, Pablo, no es esto.

Antes de tu inadmisible prédica ya comenzaste a faltar a quien sin motivo alguno consideras enemigo, calificando desconsideradamente como una «cuestión menor» su moción de censura contra el Gobierno de Pedro Sánchez: si crees que la actual situación política, económica y social no requiere una actuación como la de VOX, tú mismo te inhabilitas para la política.

En tu petulante filípica, además de repetirte más que la sopa de ajo, destaca su lamentable estructura y desorden, revelando un nivel cultural inferior al exigible en los cargos que detentas.

Te descalifica el evidente, injustificado y censurable odio que rezuma tu panfletaria diatriba, debiendo agradecer la lección de educación, paciencia y cortesía parlamentaria de quien consideras tu enemigo que le han impedido darte la respuesta adecuada a tus invectivas, lo que te deja en una incómoda e inestable situación política.

Ofendes y anecdóticamente culpas de las mismas felonías que practicas con tu lamentable actuación, debida a tu incontinente e incurable prepotencia que no acepta que quien ha sido un «siervo de la gleba» de la que tú mismo procedes llevando portafolios ajenos, te mire hoy fijamente a los ojos confirmando que ni sirvas a quien sirvió ni pidas a quien pidió.

Tu orfandad intelectual y urbana te impiden dar lecciones de procedimiento parlamentario y de respeto a los votantes de VOX, cuando no respetas ni a tus más inmediatos colaboradores a los que, hasta el último minuto, has mantenido en la ignorancia de su voto en la moción de censura que nos ocupa.

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Dices que VOX y vosotros no sois equiparables: totalmente de acuerdo, con vosotros ya tenemos bastante para votar junto a los que insultan al Rey, pretenden la desintegración de España, la subordinación del Poder Judicial al Ejecutivo y la abolición de la Constitución, abominando de vuestros progenitores políticos y en algunos casos biológicos, lo que representa una lealtad y principios tan discutibles como vituperables.

Tienes un grave problema intentando apoderarte de un determinado espacio político del que sin ningún título te crees dueño, pareces un saltimbanqui dando saltos a izquierda y a derecha en busca de una quimera llamada centro para conseguir sentarte en el Consejo de Ministros, situación a la que ni España podría aspirar a menos ni tú a más.

Es una completa falacia que proclames tu adhesión al Estado de derecho y a la ley puesto que desde hace más de 2 años, ignorando mis requerimientos al efecto, vienes permitiendo que tus alcaldes vulneren la Ley Orgánica 9/1983, de 15 de julio, reguladora del derecho de reunión, en la tramitación de actos religiosos en la vía pública discriminando consiguientemente a la población católica a la que tu inacción obliga a tramitar sus actos a través de su correspondiente ayuntamiento, al contrario que cualesquiera otros colectivos que tramitan sus actos a través de la respectiva delegación o subdelegación del Gobierno.

Tu cainita y extemporánea perorata, salvo los aplausos y elogios de la izquierda y extrema izquierda que no has rehusado, no ha convencido a nadie que esté en su sano juicio sino concitado el unánime rechazo de la derecha que, al tiempo que denigras intentas liderar sin ninguna aptitud para ello, induce a los militantes de VOX a que exijan la obligada condena de tus ofensas a su jefe de filas, a los gobiernos autonómicos y municipales del PP que apoyan.

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Lamentablemente es preciso reconocer que crearon escuela Audax, Ditalcos y Minuros, lugartenientes y asesinos de Viriato, Marco Junio Bruto, hijo adoptivo y asesino de Julio César, Judas Iscariote, discípulo de Cristo que lo entregó a los romanos para que su crucifixión, el Conde D. Julián, vasallo del Rey D. Rodrigo al que traicionó facilitando la invasión árabe de España, y Bellido Dolfos, asesino a traición del rey Sancho II de Castilla, y los hijos de Witiza que le siguieron en su felonía.

No continúes siendo esbirro de Sánchez, muestra más civismo y vete a tu casa antes de que hagas más daño a España y al PP que Mariano Rajoy.

Autor

REDACCIÓN