Desinformación respecto a la salud de Julio Iglesias. Por Jose Ángel Sánchez

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Hemos de reconocer que aun los mejores países tienen sus talones de Aquiles y son capaces de realizar autenticas atrocidades hacia lo que le es propio y suyo. No deja de ser un auténtico suicidio el tirarse piedras contra su propio tejado, pero bien es cierto que el caso de España es cuanto menos particular y peculiar.

La relación de España con sus más grandes ilustres y personajes ha sido siempre un encuentro de amor y odio. El amor generado por el éxito incontestable que beneficia a la Marca España, pero por otro lado rebuzna una envidia patológica innata también generada por dicho éxito arrollador. El caso más pragmático de la actualidad lo encontramos en nuestro español mas universal, esto es Julio Iglesias.

No encontraremos un personaje de la calidad humana, y por supuesto artística semejante a las cotas históricas que ha colocado este señor en el planeta. Más de 55 años de carrera a sus espaldas, 6500 conciertos, y cerca de los 400 millones de discos vendidos, lo colocan como el artista más vendedor de la historia. Los mayores reconocimientos habidos y por haber (menos el Princesa de Asturias curiosamente de su propio país), lo ensalzan como el número 1 en cuanto a datos se refiere. Aquí no entramos en gustos musicales ni ideologías políticas, sino en meros datos estadísticos irrefutables.

Con semejante currículum vitae, cualquier país se estaría peleando por lograr al menos su segunda nacionalidad, algo así como si Cristiano Ronaldo o Messi pudieran lograr la nacionalidad española o si Rafa Nadal pudiera llegar a ser francés por un instante. En lugar de apreciar a nuestros mejores y más grandes ilustres representantes, una parte mediática de este país, muy localizada en platos de televisión de la farándula, se dedican a intentar destrozar y desprestigiar lo que durante muchos años a base de esfuerzo, constancia y perseverancia ha construido Julio iglesias.

Y es que muy tristemente tenemos que reconocer la mendicidad, desinformación y mediocridad de gran parte de la mal llamada prensa informativa. Supuestos periodistas que son incapaces de contrastar la información recibida, y de intentar lanzar bulos con el único objetivo de poder salir algunos minutos en sus fracasados canales de YouTube o tener su minuto de gloria en prensa amarillista. Las conclusiones a las que llegan serán ciertas cuando aporten pruebas incuestionables, y no antes.

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Julio iglesias siempre ha sido cómplice y amante de la prensa, pero de la que informa y realiza una labor crítica constructiva, no de aquella que especula, miente y tergiversa. Desde hace muchas décadas le ha tratado a cuerpo de rey otorgándoles exclusivas sin recibir contraprestación alguna y haciéndoles ganar millonadas vendiendo cientos de miles de ejemplares por el mero hecho de aparecer su nombre en portada. Y es que precisamente su nombre es sinónimo de éxito y de ventas, quizás por esto muchos lo usen a sabiendas de que, quizás de manera equivocada, Julio opta por no defenderse y guardar silencio.

A sus casi 79 años, Julio se encuentra ultimando sus memorias, una posible mini serie para una importante plataforma de streaming norteamericana, y ultimando su comienzo de gira para el mes de noviembre que muy seguramente le llevará a retomar algunas de las fechas que tenía programadas antes de la pandemia.

Mientras tanto reporteros y periodistas de oscura reputación profesional publican estas últimas semanas informaciones contradictorias y falsas acerca de la salud de Julio aseverando que se encontraba con graves problemas de movilidad. Informaciones que de manera ipso facto fueron negadas por el supuesto autor de dichas afirmaciones.

Preocupación mundial acrecentada ¡por unas fotos de Julio entrando en un centro médico de hace casi 5 años¡, que nos las quieren hacer pasar como si fueran actuales. ¿Qué demuestra en el día de hoy, unas fotos de hace años? No se trata de nada nuevo para el cantante, pues hemos de recordar las numerosas ocasiones que durante los años 80 y 90 se llegó a afirmar su muerte en avión, romances que nunca existieron, o insinuando cierto tipo de adicciones que jamás se han dado.

El resultado es que toda esta parafernalia y especulación nace de unas afirmaciones de El Puma que nunca se han producido (negadas por él mismo, y difundidas por un periodista argentino), y de un supuesto periodista que publica unas capturas de imágenes de hace casi 5 años en una clínica. ¿Qué hay de extraño que alguien vaya a realizarse un chequeo o visita médica? ¿Pisar un centro médico es sinónimo de estar muriéndose?

Que de estos dos acontecimientos hallan rizado el rizo llegando a ser una cuestión de estado y llegar a semejantes barbaridades, nos habla de cuán bajo es el nivel de este tipo de prensa y cuán lejos se encuentra de su labor de informar. Sus más allegados como es el caso de Pepe Domingo Castaño, Ramón Arcusa o incluso el mismo Puma entre otros muchos ponen en jaque estas informaciones.

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Cuando eres un número 1, es normal que alguien se encuentre en la diana de la información, pero una cosa es informar y otra es pretender destruir y hacer daño a una persona de la cual no ha hecho otra cosa en su vida luchar por vivir, cantar, encantar y hacer feliz a la gente con sus canciones y con su música. La prensa de este país debería de hacer una labor de introspección para cuestionarse si verdaderamente están realizando aquello que supuestamente ha de hacer un periodista en cuanto a su labor de contrastar para poder informar a la población.

Mientras la envidia corre a raudales, lo que sí sabemos y conocemos es que recientemente a finales del mes de junio, Julio iglesias ha vuelto a mediar a favor de los intereses de su país España junto con la presidente de la comunidad de Madrid Ayuso para poder cerrar diversos encuentros con algunos de los inversores más influyentes de EE. UU para que puedan invertir en la capital madrileña.

Recuerdo aquellos bonitos versos del maestro Discépolo que decían: “Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor Ignorante, sabio o chorro, pretencioso estafador Todo es igual, nada es mejor Lo mismo un burro que un gran profesor”, parece que se cumplen para cierto tipo de prensa mediática. ¡Larga vida a Julio¡¡Te esperamos pronto en tu casa ¡