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Falleció Luis Roldan, murió el dirigente socialista que fue el primer civil en dirigir el benemérito cuerpo de la Guardia Civil. Luis Roldán fue icono de lo que ha significado el socialismo en España, sobre todo en la década de los 90, de lo que conocemos como “Felipismo”. Con el transcurrir de los años, las fechorías de Roldán casi son un juego de niños con lo que estaría por venir.

El dirigente del PSOE Luis Roldán, había anunciado su salida como Director de la Guardia Civil, por solidaridad con José Luis Corcuera como ministro del Interior. Pero su marcha iba a ser todo menos tranquila. Roldán, militante del PSOE desde 1976, sería el primer civil al frente de la Benemérita, lo cual había despertado grandes simpatías entre los sectores llamados progresistas, mientras que gran parte de la población, lo habían visto como un menosprecio al cuerpo, al poner al frente del mismo a un civil. La derecha pronto sucumbió a los encantos de Roldan, por su contundencia en la lucha contra el terrorismo de ETA. También en sectores feministas fue bien visto, por ser él quien lideró el ingreso de mujeres en la Guardia Civil.

El 23 de noviembre de 1993, el periódico Diario16, desvelaba que Luis Roldán poseía un patrimonio superior a los 400 millones de pesetas, e incluía dos pisos, tres chalets, un dúplex, cinco parcelas urbanizables en la costa y una finca. El valor de una de estas propiedades era superior a los 180 millones de pesetas. Todo estaba repartido entre Madrid, Zaragoza, Pamplona, Cizur, Cambrils y Rioja. Un patrimonio que parecía difícilmente conseguible con un sueldo de 400.000 pesetas netas mensuales, que era el sueldo fijado para un director de la Guardia Civil. El nombre de  Luis Roldán se convertiría en sinónimo de la corrupción socialista.

 La información había llegado a Diario16 por parte del periodista José Luis Cervero, ex sargento de la Guardia Civil expulsado por Luis Roldán de la Benemérita en diciembre de 1987, tras ser condenado por estafa. Cervero había sido el vehículo de venganza de los miembros de la UCIFA, que consideraban que Roldán les había dejado tirados. La reunión se produjo el 12 de mayo de 1993, cuando los de la UCIFA facilitaron a Cervero toda la información relativa a Luis Roldán que poseían. Roldán denunció que era víctima de una conspiración. Pero la clave no era la intencionalidad de Cervero, sino saber si la información era o no verdad, era o no cierta.

El escándalo iba creciendo conforme se iba auditando la gestión de Roldán al frente de la Guardia Civil. Se descubría que un general de Brigada de la Guardia Civil asignado a su equipo, Manuel Llaneras, de la Jefatura de Servicios y Apoyo de la Guardia Civil, era socio de la empresa Construcciones Salido, que recibió contratos de la Dirección General de la Guardia Civil que lideraba Roldán, con valor de casi 2.000 millones de pesetas.

El Congreso de los Diputados formó una Comisión de Investigación para interrogar a Luis Roldán, que tuve que comparecer el 5 de abril de 1994 para declarar que “No tenía ningún elemento para pensar que había cometido ningún tipo de ilegalidad”, y para asegurar que no pensaba hablar de su patrimonio personal, amparándose en la Ley de Secretos Oficiales:

“Después de trabajar duramente y de jugarme el pellejo durante siete años contra el terrorismo, se me está tratando como a un delincuente. Se está vertiendo basura sobre mi familiar y se me está haciendo un juicio a priori vulnerando la presunción de inocencia”, dijo un Roldán escenificando tremendo enfado.

 

En esa comisión de investigación, también compareció el socialista Ferrán Cardenal, el sucesor de Roldán en la Guardia Civil, que en su comparecencia del 6 de abril defendió a su antecesor y aseguró que le constaba que había habido miembros de la UCIFA conspirando contra Roldán, y que a esto se podían deber las informaciones en contra de este.

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También participaron en esa comisión José Barrionuevo y José Luis Corcuera, que aún eran diputados del PSOE, para reivindicar la labor ejemplar de Roldán como Director de la Guardia Civil. Sería la última vez que el PSOE defendiera a su compañero.

Pero no eran los de la UCIFA los que estaban acosando a Roldán, sino la jueza de instrucción Ana Ferrer, que encontraron cuentas de dinero de Roldán, de hasta 20 millones de pesetas, que este no había incluido en su declaración fiscal, lo que abría el camino para procesar judicialmente a Luis Roldán. En ese momento comenzó a rumorearse que quizá Luis Roldán podría estar planteándose fugarse de España. El ministro del Interior, Antonio Asunción, se apresuró a ratificar que Roldán no se iba a fugar de España, que había hablado con él y le constaba que seguía en el país. Incluso se llegó a asegurar que Asunción había afirmado que “se jugaba la mano derecha” en esa afirmación.

El 29 de abril de 1994, la juez Ferrer decretó la prisión de Luis Roldán, pero la policía no logró encontrarle. Ya no estaba en España, se había fugado ante las narices de todas las fuerzas y cuerpos de la seguridad del Estado que dirigía Antonio Asunción que, o bien había sido un pardillo, o bien había sido cómplice de la fuga de Roldán. Para dejar claro que era lo primero y no lo segundo, Antonio Asunción compareció ante los medios de comunicación el 30 de abril de 1994, para anunciar su dimisión como ministro del Interior. Ese mismo 30 de abril de 1994, José Luis Corcuera, asumiendo su error de haber estado defendiendo la honradez de Roldán, también anunció que se retiraba de la política renunciando a su acta de diputado. No así Barrionuevo, que se encontraba investigado por el caso GAL y prefirió mantener su acta; Corcuera también sería imputado por el caso Fondos Reservados, pero él optó por afrontar el proceso sin aforamiento. Durante el primer mes de Roldán fugado, se difundieron las imágenes del que había sido director general de la Guardia Civil, participando en orgias en calzoncillos con mujeres y con un flotador hinchable en forma de foca. Sería el empresario jerezano José María Ruiz Mateos, el que se encargó de hacerle llegar esas fotografías a todos los medios de comunicación. La imagen de Luis Roldan, había quedado destrozada para siempre.

Mientras se especulaba sobre si Roldán estaba perdido en Hispano América o por Indochina, en realidad se había escondido en un piso en Francia, protegido por el espía Francisco Paesa, el conocido como el hombre de las mil caras, colaborador habitual del ministerio del Interior, que había diseñado una idea de negocio, cobrándole dinero a Roldán a cambio de esconderle y negociando con el ministerio del Interior, otra cantidad a cambio de encontrarle cuando fuera preciso. Luis Roldán fue entrevistado mientras estaba escondido, por dos periodistas del diario El Mundo Antonio Rubio y Manuel Cerdán, los interlocutores del periódico con el comisario Villarejo, y a través de ellos, Roldán amenazó con que podía ‘tirar de la manta’ y revelar datos que perjudicarían muy seriamente la imagen del PSOE. Roldán afirmó: “a mí no me van a callar como a Amedo”. En referencia al policía, único condenado por el caso GAL, que hasta ese momento (julio de 1994) aún no había señalado a sus superiores.

Durante ese periodo, Luis Roldán, desde su escondite, mandó cartas a la prensa donde  aseguraba  disponer  de información  sobre  corrupción  o actitudes ilegales, que podía atribuir a dirigentes del PSOE, o personajes muy cercanos al mismo, como eran Narcís Serra, Rafael Vera, José Luis Corcuera, Juan de Justo, José María Rodríguez Colorado, Carlos Conde Duque, Agustín Linares, Agustín Valladolid, Manuel Ballesteros o Baltasar Garzón. Pero en sus cartas Roldán no hablaba de los que habían sido sus cómplices directos de fechorías (Jorge Esparza, Gabriel Urralburu o Francisco Paesa).

En febrero de 1995, Francisco Paesa cerró su negocio con el ministerio del Interior y acordó la entrega de Roldán. Esta se produjo el 27 de febrero de 1995, y el país elegido para la entrega fue Laos, en Indochina. El ministro del Interior Juan Alberto Belloch, compareció orgulloso el 27 de febrero de 1995, para anunciar que Roldán había sido capturado por la policía en Laos y que sería entregado para ser juzgado por sus delitos de corrupción. Belloch negó entonces que aquello hubiera sido una entrega. Pero la fiesta iba a durar poco tiempo. El entorno policial del grupo del comisario Villarejo, tenía los papeles que demostraban que aquello no había sido ninguna redada policial, sino una negociación con el ministerio del Interior en la que Paesa, como intermediario de Roldán, había negociado que este se trasladara a Laos para simular una extradición con el Gobierno de ese país, que incluía que sólo pudiera ser juzgado en España por los delitos de cohecho y malversación. En el propio documento de extradición, figuraba expresamente que Roldán se entregaba voluntariamente. Aquella información fue adelantada por Antonio Rubio, destinatario de las informaciones de Villarejo, el 28 de febrero y publicado en la portada del diario El Mundo el 1 de marzo. Ante el escándalo, Juan Alberto Belloch tuvo que volver a comparecer para reconocer que esa negociación había existido, y explicar que era una medida necesaria para conseguir que Roldán pudiera ser detenido y juzgado en España.

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¿Pero cuánto dinero había robado verdaderamente Roldán? La sentencia se

que se hizo pública el 26 de febrero de 1998, después de un juicio en el que se sentaron en el banquillo Luis Roldán y sus cómplices, Jorge Esparza, ex director comercial de la constructora Huarte, que además era su testaferro, sus ex esposas Blanca Rodríguez Porto y Elisa Rodríguez, el general Manuel Llaneras, Agustín Blázquez y José Lastra.

La sentencia acreditó que Roldán se apropió de fondos públicos destinados a gastos reservados, exigió y obtuvo de las empresas constructoras que pretendían resultar adjudicatarias de los contratos de obras de la Guardia Civil, el pago de elevadas comisiones a cambio de tales adjudicaciones; consiguió de otras empresas, mediante engaño, el pago de determinadas sumas de dinero para la prestación de unos supuestos servicios de seguridad que nunca se llegaron a efectuar, ocultó el considerable patrimonio que fue defraudado a la Hacienda Pública, creó una sociedad, Europe Capital, para cobijar en ella parte de sus ilícitas ganancias y se valió en fin, a través de otros procesados, de una mecánica de ocultación de las mismas en España y Suiza para mantener su opacidad.

En total Roldán se apropió de unos 1.700 millones de pesetas a través de estos procedimientos, con ayuda de Jorge Esparza y Blanca Rodríguez Porto. También fundamental el apoyo del ex directivo del banco BBV Juan Jorge Prieto Pardina, que según parece, ideo la mecánica de ocultación de los ilícitos, pero que jugó con la ventaja de que en el momento del juicio quedó absuelto.

 

Las penas fueron las siguientes:

 

 

Luis Roldán Ibáñez – 28 años de cárcel.
Jorge Esparza – 9 años de cárcel.
Blanca Rodríguez Porto – 4 años de cárcel.
Manuel Llaneras –
Juan Jorge Prieto – Absuelto por prescripción.

 

Según la sentencia, Luis Roldán se enriqueció a través de todas las vías que tenía a su mano como Director de la Guardia Civil, incluyendo el colégio de huérfanos del cuerpo.

Ironías de la vida, las letras que forman su apellido, R, O, L D, A, N, son exactamente las mismas con las que se podía formar otra palabra acorde con el caso implicado: L, A, D, R, O, N.

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