21/11/2024 20:39
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No era mi intención inicial, en el momento de dar comienzo a esta trilogía de artículos relativa a la falsamente llamada pandemia (con la colaboración imprescindible no sólo de los responsables políticos sino también de los medios de comunicación de masas, tanto audiovisuales como escritos para la materialización de esta operación de Guerra Económica, contra naciones y pueblos soberanos, al servicio de corporaciones globalistas para la implantación de una Dictadura de Gobierno Mundial) como digo, no era mi intención dedicarme a la cuestión “sanitaria” en el segundo lugar sino en el tercero, dado que la considero de menor en importancia frente a las razones de ámbito espiritual, cultural o social.

Pero, la publicación el pasado día 22 de enero de las cifras definitivas relativas al número de fallecidos en el año 2020 me hicieron replantear el orden de publicación y dedicar el tercer lugar de la trilogía al más importante: el motivo espiritual, es decir, aquel que pretende generalizar el uso de las máscaras en todo momento y lugar, incluso en el mismo momento de nuestra relación eclesial o comunitaria con Dios, nuestro Padre, pues se nos ha impuesto de facto (sin causa justificada como veremos más adelante) el uso de las máscaras o mascarillas en el Templo Sagrado que es la Iglesia y al sacerdote en el momento de la Misa, además del uso de elementos de “purificación”, como son los geles hidroalcohólicos, en el momento previo a la Comunión; siendo este hecho una intromisión clara en el Culto Religioso de una Confesión como es la mayoritaria y propia de España, la de la Religión Católica.

La tabla publicada, basada en los datos del Índice Nacional de Defunciones, hace una comparativa de los años 1987 al 2020. Con el fin de poder tener una visión clara, concisa y con perspectiva he decidido escoger los 7 últimos años. En ellos vemos cómo de los 7 años seleccionados (2014 – 2020) sólo el primero tiene una cifra inferior de fallecidos que el presente año 2020 (401.351) y también vemos que el año 2018 tuvo un pico de fallecidos causados por la gripe estacional (si vamos a la hemeroteca y videoteca veremos las noticias relativas a la verdadera saturación de los hospitales completos, tanto en planta como en UCI) con una cifra de 427.971.

Con estas cifras incuestionables no cocinadas, como los centros de investigaciones sociológicas o muchos medios de comunicación cocinan las cifras de los apoyos electorales para la intención de voto o de los llamados estudios de mercado, nos surgen las siguientes preguntas:

¿Qué justifica la obligación continuada, en todo momento y lugar, de un elemento externo al cuerpo como es la mascarilla, dada la falsedad de la pandemia (denominación jurídica internacional cambiada por la OMS hace 5 años – “como hace 25 eliminó la homosexualidad de los manuales de psiquiatría o incluyó el aborto en la salud reproductiva” – eliminando el factor de muertes y manteniendo sólo el factor transfronterizo para la consideración de una enfermedad como pandemia) tanto en España como en el resto de Europa y el mundo? 
¿Son admisibles los efectos perniciosos que se están produciendo por el uso prolongado de la mascarilla como hipoxia, hipercapnia, migrañas, dermatitis, arritmias cardiorrespiratorias y la acumulación de microorganismos en las vías respiratorias? 
¿Será debido, todo esto, a la cuantiosa recaudación que supone en IVA de más del 5% en los últimos dos meses y en el 21% (como el alcohol y el tabaco) en los primeros 6 aprox.?
¿Qué justifica la merma de libertades, de movilidad personal y social tanto de día como de noche? 
¿Qué justifica la degradación jurídica que se está produciendo al incumplirse los principios constitucionales y los tratados internacionales de derechos humanos?
¿Qué justifica el cierre de empresas (pequeñas, pero no las grandes superficies o grandes corporaciones) salvo que sea para producir un efecto de absorción de capital en pocas manos y de eliminación de competencia? 
¿Qué justifica que ese cierre se esté cebando con la hostelería, hoteles y agencias turísticas y no con la construcción, las empresas de catering de las fábricas, centros públicos o colegios profesionales como de médicos y abogados? 
Es más, ¿no se producen los mismos problemas que en la hostelería en el sector de los transportes de corto y largo recorrido?
¿Tiene todo esto relación con que nombres como los del ministro Ábalos, del de Interior, Marlaska y de la ministra Robles estén vinculados a la industria de las mascarillas, geles hidroalcohólicos y de las pruebas PCR? ¿O que el de la familia de Bono en las mismas pruebas PCR y en los respiradores? 
¿Es casual que el BOE publicara las cuantías económicas dadas a los hospitales y centros de salud por ingreso entubado, prueba PCR realizada y por positivo? ¿Y que también se dieran 10 millones de euros aproximadamente a los medios de comunicación de masas para “el tratamiento informativo del covid19”?
¿Es también casual que el presidente del Gobierno Sánchez, el Ministro de Sanidad Illa y su fiel escudero Fernando Soria (pendiente de Juicio en España por Genocidio y Crímenes contra la Humanidad) sean parte del engranaje de la Fundación Bill y Melinda Gates con George Soros en España?
¿Explica lo antes mencionado que diversas asociaciones policiales se hallan organizado para denunciar las presiones recibidas por sus superiores, al servicio del amo político, para perseguir a los ciudadanos que no hacen uso de “las mascarillas reglamentarias o protocolarias” e ir a pillar al “ciudadano infractor”?

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Si queríamos ver lo que supone vivir en una narco-dictadura sanitaria con elementos comunistas y masónicos globales… Aquí está.

Como hemos mencionado arriba, esta es una Guerra con un marcado componente Económico, pero que tiene a su servicio otro, aún si cabe más siniestro por lo que supone de invasión, que es el componente de Guerra Informativa o de Operaciones Psicológicas, siendo la clave colaboracionista, los medios de comunicación clásicos, convertidos en perros guardianes de la verdad y agentes de control mental y social frente a los “negacionistas”. 

Como conclusión, nuestra responsabilidad personal y comunitaria, en redes sociales y contactos particulares, es ser: Soldados Digitales y Ciudadanos Periodistas de la Verdad en esta InfoGuerra; citando al Teniente General Michael T. Flynn: “Digital Soldiers and Citizen Journalists in this Information Warfare”. 

Esto es lo que hacemos desde este Digital comprometido no sólo con la defensa de la Fe Católica, de la Civilización y Tradición Cristianas, y de España, sino con la verdad y el honor o deontología profesional ya sea esta periodística, médica, jurídica o policial.

Última actualización: 22 de enero del 2021

2014

395.659

2015
423.014

2016
409.364

2017
422.150

2018
427.971

2019
418.574

2020
401.359

Autor

Daniel Ponce Alegre
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