22/11/2024 01:23
Getting your Trinity Audio player ready...
La verdad es que el debate de la «Moción de Censura» de VOX fue lo que ya se sabía que iba a ser (y no por la tontería esa de la aritmética, de la que hablaré también después): un triunfo más del Gobierno del nuevo Frente Popular y una carcajada muy especial del Rey Eteocles al ver cómo se le rendía el «barbitas» de Génova. Pero, lo que nadie se esperaba fue que «Don Pablo» se suicidara en público y con la televisión en directo. ¿Cómo podía esperarse que el señorito Casado atacara al líder  de VOX, Santiago Abascal, de la manera sañuda y extravagante que lo hizo en su pataleta de niño asustado que ve que le quitan su juguete… sabiendo que eso era suicidarse de cara a las urnas?
               PORQUE SUICIDIO ES QUE LE APLAUDA LA IZQUIERDA
                           Y LE GRITE LA DERECHA… LOS SUYOS
          Y eso es lo que ha pasado, al menos lo que yo he sacado en conclusión, tras escuchar los piropos socialistas y comunistas, lo que he detectado en la calle y lo que he leído ayer y hoy. Miren, de las muchas horas que me pasé ante el televisor, de la pequeña encuesta que me he hecho entre amigos, militantes y votantes del PP (al menos hasta ahora)  he sacado una conclusión tripartita: Santiago Abascal perdió en el Congreso, como estaba previsto, pero ha ganado en la calle (y si hubiese elecciones ahora mismo barría al PP), Pablo Casado se equivocó de destinatario, estoy seguro que si el buen discurso que se montó para destrozar al líder de VOX lo hubiera dirigido contra el embaucador Pedro Sánchez hoy sería el Dios de la Derecha y he visto, con pesar, mejor dicho, he comprobado, que hay Gobierno comunista para rato (¿para rato? ¿o para un siglo?) y que le asegura la mayoría que consiguió con su traicionera Moción. 
                  Pero, antes de seguir no me resisto a recordar unos datos de 1936 que pueden servir para calibrar mejor lo que ha sido este debate, el Debate de VOX.
                 ¿Saben ustedes que pasó con las elecciones famosas del mes de febrero de 1936, que le dieron el triunfo al Frente Popular, integrado por socialistas, comunistas, nacionalistas independentistas, anarquistas y republicanos radicales?
                 Pues que fueron las últimas que se celebraron en España (porque ya no hubo más urnas ni en la España roja ni en la España nacional). Lo mismo de ahora ¿o cree usted que aquí va a haber elecciones y urnas después de dos años más de este Gobierno y teniendo el Poder los dos enfermos que lo tienen?.
                Y otro detalle curioso:  que las Izquierdas (el Frente Popular) obtuvieron, por las buenas o por las malas, 263 diputados, 156, las Derechas y 54 el Centro… La Falange, la extrema derecha, según izquierdas y derechas, ni UNO.
                Y en votos, que las izquierdas tuvieron 4.430.000, 4.367.000 la CEDA Y 548.000 el Centro… y  6. 800 la Falange, ¡sólo 6.800.!
               Pero sucedió que justo un año después, febrero de 1937, la CEDA ya no existía y su líder, Gil Robles, ya estaba en el exilio, jodido y arrepentido de su posibilismo moderado y centrista y la Falange tenía, sí, no se asuste señor Casado, UN MILLÓN  de militantes con carnet y dos millones de simpatizantes.
                Pues, me da la impresión, señor Casado, que eso es lo que le va a  pasar a usted y a su PP moderado después de su» brillante e inteligente» (el Iglesias dixit) discurso contra el líder Abascal. Según me han dicho usted y sus egeas celebraron con champán ayer tarde su gran victoria sobre Abascal («Hasta aquí hemos llegado») exactamente igual que hicieron Gil Robles y sus pelotas al saber que los de José Antonio no habían sacado ni un diputado, aunque sí tuvo el detalle, la Democracia es así, de felicitar por teléfono a Don Francisco Largo Caballero, el Líder, ya indiscutible del PSOE, y a Don Manuel Azaña, líder de sus cinco amigos.
             ¡Que iluso, Señor Casado, que iluso!… y veo que sigue dormido, que todavía no se ha dado cuenta que «esto» ya no es una Democracia, ni un Estado de Derecho (como le decía el otro día en un artículo de alerta) y que «esto» ya no es la España de la moderación del 78… Lo siento, Señor Casado, su discurso del Debate ha llegado tarde (¡Dios, y se lo dijo sin caretas el propio podemita venezolano, Don Pablo Iglesias, «demasiado tarde» le dijo). Por lo que se ve, por lo que vimos, usted sigue pensando que en el Centro está la victoria en las urnas y todavía no se ha dado cuenta que ya no hay Centro, porque ya no hay Izquierdas ni Derechas, lo que hoy hay es una España que quiere aplastar a la otra y otra que no quiere ser aplastada. Así  de claro. Exactamente igual que en 1936. Sin darse cuenta que «esto» ya no es una lucha de clases, que «esto» ya es una división clara: a un lado los que quieren ser y seguir siendo España y al otro los que les importa un bledo España o seguir siendo españoles… ¡Y ahí no hay Centro!
              Pero, dicho esto, le quiero trasladar algo de lo que he recogido en mi encuesta particular entre los suyos, militantes o votantes. Unos despotrican contra usted porque piensan que se ha equivocado de enemigo, que los de VOX, aunque con todas las diferencias políticas que usted quiera, son hijos de los mismos padres, mientras los otros son hijos de otros padres. Otros me decían que es una torpeza romper tan descaradamente con VOX  porque siempre necesitará sus votos y más si quiere ser Presidente del Gobierno… y los que más que usted es un pastelero y que tarde o temprano pagará lo que ha hecho…¡Ah, y otros dicen que si fueran ellos les abandonaban en Madrid, Andalucía, Murcia, Castilla-León y donde quiera que gobiernen por ellos!.
                 Bueno, pero por lo que se ve es lo que usted y los suyos (aunque no olvide que los suyos son solo los que tienen sueldo asegurado o viven del Partido) han querido, tal vez, o seguro, pensando que pueden ganar las próximas elecciones… y ese es su gran arror, porque, y no lo dude, en España ya no habrá más elecciones (como no las hubo más en Rusia tras el triunfo de Lénin) y si las hubiere serán como las del Cháves o el Maduro.
                 Así que si quiere seguir siendo demócrata y de Centro vaya preparando sus maletas y comprándose un «chalé» en Montreux.

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
LEER MÁS:  ¡Basta ya! Por Julio Merino
Últimas entradas