13/06/2024 20:20
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Como moraleja queda el ejemplo que la dama guerrera dejó para la posteridad, hasta hoy, cinco siglos y medio después, cuando quedan tan pocas virtudes y reinan todos los vicios. Hoy ya nadie tiene valor ni muere por la familia, o por la Patria, ni por nada, entre otras cosas porque esos principios apenas existen. España se estaba formando, cuando terminaba la Reconquista al conquistar el reino moro de Granada. Acababan los reinos de taifas y la Edad Media, y España iba a ser grande, como lo sería poco después, con Felipe II en cuyos dominios no se ponía el Sol, al extenderse su imperio desde Filipinas hasta América.

Pasaron muchos años desde entonces. Si en 1492 se descubre América y conquista Granada que pone fin a la Reconquista, en 1476 se fecha la batalla de Peleagonzalo, junto a Zamora, adonde se le atribuye a la Dama su participación; 16 años antes de la unificación de España en 1492. Aún es una época de transición entre la edad media y la moderna, ya que el reinado de los Reyes Católicos marca este cambio. Son muchos años desde que se data la existencia de la Dama guerrera hasta hoy, o sea: 2022-1476= 546 años. Cinco siglos y medio que se habla de la Dama de Arintero.

Cuando pasen otros cinco siglos y medio, a partir de hoy con tanto medio técnico y de comunicación, ¿constará en alguna parte que le hemos rendido hoy aquí este homenaje? Será difícil y máxime cuando hoy están borrando la Historia. Y la de la Dama ya está eliminada del Museo del Ejército con la Sala de Heroínas de España, donde se lucía con su cuadro pintado por un Teniente Coronel y su expediente núm. 20.140, cuyo contenido desconocemos. Fue allí depositado en 1946 -Museo del Ejército, entonces en Madrid-, por Fray Luis Alonso Getino, natural de Lugueros. Los historiadores dan el máximo valor a este expediente.

La historia de la Dama arranca de la oralidad del romance popular que no firmó nadie cuando pudo ser escrito, o se cantaba y recitaba en aquella antigüedad y que fue sufriendo ciertas modificaciones y plagios a lo largo del tiempo que desvirtuaron el original. Estamos en el inicio de este género en España que en este caso es un romance épico, y noticiero que viene de la Edad Media, y ha ido evolucionando hasta hoy. También a mediados de este siglo XV (1450) empieza la imprenta a funcionar que lo cambiaría todo. Hoy no existe otro documento que este romance anónimo copiado de la oralidad, que de fidelidad a la existencia real del personaje. Fue escrito en letra de imprenta y consta en partituras musicales. Todas las versiones literarias son aproximaciones y contradicciones del original. A tenor de lo verosímil, es un hecho cierto que pudo ser muy parecido a como se ha contado a través del tiempo. No puede escribirse tanto de lo que no ha existido nunca. De la nada no puede salir más que la nada. Si esta gesta de la Dama fue mentira, entonces los que escribimos no decimos una verdad.

También -algunos- arguyen que la Reconquista no existió, ni la Dama, cuando estas montañas están llenas de pruebas. Si seguimos por ahí al final no existimos ni nosotros mismos. Ahí están por ejemplo los escudos de Armas de la Dama o las labras heráldicas que resisten por los pueblos de la ribera del Curueño. La Dama consta en el romancero español, en la Literatura, en el teatro, hasta en el cómic y miles de libros. Hay muchas pruebas de su existencia, aunque no sean exactas, porque no pudieron ser de otra manera. En aquel tiempo esta hazaña de amor y muerte, se forjó oculta en el secreto que al final se descubrió, y costó la vida a la protagonista que se había jugado desde el principio.

Otra cosa es la necesidad humana de agarrarnos al mito para poder vivir. Y en función de él y de una historia tan bonita como es ésta, propia para novelar, se han escrito muchas novelas que fabulan este hecho. Muchas han aportado datos para verificar la historicidad del personaje. Como las de Antonio Martínez Llamas, o las de nuestro vecino que vivió en Cerulleda, Jesús Fernández Santos, que escribió sobre la Dama, titulando «La que no tiene nombre». ¿Cómo que no tiene nombre, llamándose Juana?

Curioso es lo que dice Juan José Sánchez Badiola, historiador de la Universidad de León: «Pese al protagonismo que la tradición de la Dama de Arintero ha tenido en la montaña leonesa y los numerosos intentos de encontrarle una justificación histórica, todavía no se ha logrado demostrar la existencia del personaje ni establecer si de ella se derivan leyendas o romances, o si por el contrario fueron los hidalgos de Arintero quienes adaptaron a sus intereses una fábula difundida desde antiguo por la región». (Esto último igual le hubiera sobrado)

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La Cándana como supuesto final de la peripecia guarda diversos testimonios de la Dama de Arintero, y de la devoción que le profesan como es la Cruz renovada conmemorativa, y leyenda de honor, en la bolera donde dicen que murió. Al parecer, al pararse al juego de bolos que allí se celebraba al ser domingo. También dicen que al ver a sus primos que en este pueblo residían. Fue cuando sus perseguidores le dieron alcance para robarle los privilegios reales. En la lucha por defenderlos la acuchillaron. Nada se sabe de sus restos mortales. Y poco de los privilegios, pues muerta la Dama, se los habrán quitado los soldados de la reina para justificar el cumplimiento de su orden, y como llevándole su cabeza. No son creíbles las especulaciones que se hicieron a partir de este punto. Todo lo demás, se sale del cuento. Arintero pueblo natal, y La Cándana, pueblo de su muerte cuando regresaba, son el principio y fin de esta epopeya que se nos antoja real, como la vida misma. Lo acreditan documentos reproducidos por copistas y amanuenses que evitan su destrucción por el paso del tiempo.   (Acaba mañana)

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