17/05/2024 13:50
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Como advertía Balmes, hay medios que nos conducen al conocimiento de la verdad, que es la realidad de las cosas, y obstáculos que nos lo impiden. Para lo primero tenemos las reglas que el gran pensador catalán señalaba: percibir con claridad, exactitud y viveza; juzgar con verdad, y discurrir con rigor y solidez. En cuanto a los obstáculos, indudablemente tendríamos la ilusión, que puede llegar a obnubilar el juicio por el deseo de conseguir lo que se desea intensamente.

    VOX ha sabido conectar con la realidad, cosa que no hicieron otros, que, con enormes posibilidades (franquismo sociológico), no supieron ver el contexto nacional e internacional en el que había que operar con sentido pragmático, a fin de conseguir una cuota de poder suficiente y determinante para rectificar el caos que se inició en España, al fallecimiento de Franco, salvar lo importante y proyectar un nuevo futuro. (1) … Se olvidó que para ganar hay que tener posibilidades de vencer. Por ello, estar de acuerdo con las ideas, no necesariamente implica estar de acuerdo con las formas, aunque uno tenga que arrostrar el calificativo de “diletante”.

    Falta de sentido de lo real que queda meridianamente clara por parte de algunos (patriotas bien intencionados), en la oportunidad que fue 23-F de 1981, que, sin posibilidades para su objetivo, rechazaron concretar lo bueno, y posible (solución Armada), por preferir emprender la consecuencia de algo que creían mejor, pero imposible, a tenor de las circunstancias nacionales e internacionales. Se volvió a olvidar que para ganar hay que tener posibilidades de vencer.

    Y, ¿qué era concretar lo bueno, y posible? Haber acabado con ETA, con lo que hoy no estaríamos hablando de un lastre insuperable, sino de un triunfo. Y rectificar la deriva de las Autonomías, devolviendo competencias, y de forma definitiva, al Estado. Y eso, señores, nos guste o no, sólo lo podía hacer un Gobierno de “concentración nacional” tras un acto de fuerza protagonizado por el Ejército con la autoridad del Rey.

    Votar VOX no es depositar nuestra esperanza en este sistema, porque este sistema no cree en la justicia ni en la verdad, al no sustentarse en categorías permanentes de razón, sino en decisiones de voluntad. Votar VOX es ganar un terreno que no tenemos y marcar líneas de demarcación para que otros recojan el testigo. Así de simple, pero así de importante. Por eso, poner palos en las ruedas a VOX, es, en cualquier patriota, un acto de inconsciencia.

    España necesita bastante más que elecciones. Por supuesto que sí. Pero si queremos encontrarnos un día con algo que reconquistar, necesitamos, y urgentemente, rectificar su rumbo: regenerar sus instituciones y su sociedad civil, hoy a la deriva; y su modelo de configuración político-territorial que, como lo definiera el profesor Sánchez Agesta, es “una excepcionalidad constitucional”, un coste económico y político al costado de la Nación que sólo beneficia al independentismo y a la oligarquía política.

    Ahora bien, no nos engañemos. Serán nuestros nietos quienes lo enmendarán todo, iniciando una rectificación histórica, otra Reconquista, sostenida con los valores Dios, Patria y Justicia.

    Uno de ellos será proclamado Jefe, Rey o Caudillo. Uno de ellos será el siguiente a… Don Pelayo, Isabel y Fernando, Carlos I, Felipe II, Luis Daoiz, Pedro Velarde, Jacinto Ruiz, Manuela Malasaña, Agustina de Aragón y Francisco Franco.

    Puede ser el suyo. ¡Bienvenido-a sea!

(1) Dicho con el mayor respeto y reconocimiento a la insigne figura de Don Blas Piñar.

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Pablo Gasco de la Rocha
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