19/05/2024 21:39
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¿Y qué va a decir el Rey? ¿Y qué puede decir el Rey? ¿Y qué debe decir el Rey? ¿Y qué esperan los españoles que diga el Rey? ¿Y qué consecuencias puede tener lo que diga el Rey en un año electoral?

Son las 5 preguntas que yo y mis amigos tertulianos nos hemos hecho tras escuchar, una vez más, el famoso discurso del 3 de octubre de 2017 (ver su discurso del 3 de octubre de 2017 Mensaje del Rey sobre Cataluña | España – YouTube )

Por tanto, lo primero que puedo anotar en esta respuesta-síntesis de tres horas de reunión es que, por unanimidad, el Rey no puede decir hoy, en absoluto, un discurso como aquel en el que “crucificaba” a los golpistas de la Generalitat e incluso al propio Gobierno de Cataluña. Mejor dicho, no se atrevería a tomar una postura tan dura y rotunda contra los golpistas de hoy, porque los golpistas de hoy son el propio Gobierno de la Nación, el que le tiene que dar el visto bueno a sus discursos (link sobre cómo está acordado y funcionan los discursos del Rey publicado en “Voz Populi”: Pedro Sánchez le marca el discurso al Rey: el TC «es cosa de los partidos» ), ni se atrevería a decirle o insinuarle (a lo Borbón) a don Pedro Sánchez Pérez-Castejón (el bisnieto del general franquista Antonio Castejón) que está poniendo en riesgo la Unidad de España. Así que si no se atreve a decir algo parecido a lo del año 2017 nos volvemos a las 5 preguntas iniciales:

  1. Pregunta: ¿Qué va a decir el Rey?

Respuesta segura o probable: Que estamos viviendo momentos difíciles y que ahora más que nunca debemos dialogar para entre todos, poder salir de la crisis. Que hay que actuar desde la moderación, el respeto a las leyes, el apoyo a las Instituciones y sobre todo dentro del marco de la Constitución.

  1. Pregunta: ¿Y qué puede decir el Rey?

Respuesta segura o probable: Poco, muy poco ya que tiene que pasar sobre ascuas sobre el problema fundamental que ahora tenemos a nivel político: el tema de los indultos a los responsables del Process, la supresión de la Sedición, la baja de la malversación y la posibilidad de un Referéndum de autodeterminación. Tampoco podrá referirse a lo que está pasando con el País Vasco y Navarra… ni tampoco hablar de la tragedia del paro y de la inmigración… o sea, nada que pueda alterar las relaciones “normales” de la Zarzuela con la Moncloa. Seguro que el Rey se limitará a decir:

Las instituciones deben ser un ejemplo de integridad pública y moral

Y en esa gran tarea, las instituciones tenemos la mayor responsabilidad. Debemos tener siempre presente los intereses generales y pensar en los ciudadanos, en sus inquietudes, en sus preocupaciones, estar permanentemente a su servicio y atender sus problemas. Debemos estar en el lugar que constitucionalmente nos corresponde; asumir, cada uno, las obligaciones que tenemos encomendadas; respetar y cumplir las leyes y ser ejemplo de integridad pública y moral.

Las diferencias de opinión no deben impedir consensos

Para todo ello, el entendimiento y la colaboración son actitudes necesarias que dignifican las instituciones; más aún, las fortalecen, porque generan la confianza de los ciudadanos. Y las diferencias de opinión no deben impedir consensos que garanticen una mayor estabilidad, mayor bienestar en los hogares y den la necesaria tranquilidad a las familias ante su futuro.

Pero sin duda, también la sociedad tiene que desempeñar un papel esencial en estos tiempos de cambio. Las circunstancias, muchas de ellas nada fáciles, que nos ha tocado vivir, sobre todo a lo largo de estos últimos 40 años, nos han forjado como una sociedad fuerte y responsable; y enormemente solidaria, como hemos comprobado desde el comienzo de esta pandemia. Son nuestros valores cívicos, junto al talento, la vitalidad y la energía que tenemos en la industria, en los servicios o el campo, los que deben estar muy presentes en la construcción de nuestro futuro.

Si sabemos adónde nos queremos dirigir, también debemos ser conscientes de dónde venimos:

El cambio tan profundo de España en estas más de cuatro décadas de democracia y libertad ha sido extraordinario, y no ha sido fruto de la casualidad. Se ha basado en el esfuerzo y el sacrificio de muchas personas, de millones de españoles. Y se ha debido a muchas razones: sentido de la historia, grandes acuerdos, generosidad, responsabilidad y visión de futuro.

La Constitución, clave

Ese gran proyecto de transformación lo simboliza y representa nuestra Constitución, con la que nos integramos plenamente en las modernas democracias occidentales y cuyo espíritu nos convoca a la unidad frente a la división, al diálogo y no al enfrentamiento, al respeto frente al rencor, al espíritu integrador frente a la exclusión; nos convoca permanentemente a una convivencia cívica, serena y en libertad.

La Constitución ha sido y es la viga maestra que ha favorecido nuestro progreso, la que ha sostenido nuestra convivencia democrática frente a las crisis, serias y graves de distinta naturaleza, que hemos vivido, y merece por ello respeto, reconocimiento y lealtad.

  1. Pregunta ¿Y qué debe decir el Rey?
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Respuesta segura o probable: Pues, S.M. lo tiene claro: lo que no le pueda rechazar la Moncloa (es decir, lo que no pueda molestar a los independentistas catalanes, a los nacionalistas vascos, a los filo terroristas y a los comunistas… pero tampoco debe decir lo que sabe que no debe decir: que aquí no pasa nada, que aquí va todo muy bien y que la crisis económica es pasajera porque tenemos  a Europa detrás y con el entendimiento y el diálogo necesarios podremos superar estos difíciles años.

Buenas noches.

En estos días tan especiales, en los que siempre nos deben unir los mejores sentimientos, os deseo, junto a la Reina y nuestras hijas, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, una Feliz Navidad y que en el año 2019 podáis ver cumplidos vuestros anhelos y aspiraciones.

 

Hoy no quiero dejar de recordar a quienes vivís una situación difícil por razones personales, económicas o sociales; o estáis lejos de vuestro hogar y seres queridos. En estas horas, que han de ser para la alegría y de celebración, nuestro corazón y nuestro pensamiento están a vuestro lado; y nuestro mayor deseo es que todas esas circunstancias queden pronto atrás.

 

A lo largo de los últimos años os he venido transmitiendo en Nochebuena mis inquietudes y reflexiones sobre nuestra democracia; sobre la cohesión social y territorial, la economía y el paro o la educación; también sobre la corrupción, el terrorismo, o la violencia contra las mujeres; una violencia, de tan triste actualidad y que merece siempre nuestra repulsa y condena más enérgica y el empeño de toda la sociedad para erradicarla de nuestra vida. Todas estas cuestiones que acabo de mencionar nos siguen preocupando, por supuesto, muy seriamente.

 

Permitidme que esta noche os hable de algo que también me parece muy importante. Quiero hablaros de nuestra convivencia, de los principios en los que se inspira, pensando en el presente y también en el futuro, en nuestras generaciones más jóvenes, a las que hoy me voy a dirigir especialmente.

Una convivencia que se basa en la consideración y en el respeto a las personas, a las ideas y a los derechos de los demás; que requiere que cuidemos y reforcemos los profundos vínculos que nos unen y que siempre nos deben unir a todos los españoles; que es incompatible con el rencor y el resentimiento, porque estas actitudes forman parte de nuestra peor historia y no debemos permitir que renazcan; una convivencia en la que la superación de los grandes problemas y de las injusticias nunca puede nacer de la división, ni mucho menos del enfrentamiento, sino del acuerdo y de la unión ante los desafíos y las dificultades.

 

  1. Pregunta: ¿Y qué esperan los españoles que diga el Rey?
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Respuesta posible: Esta es la cuestión. Este es el problema. Este es el dilema. Esta es la disyuntiva… porque aquí y ahora hay dos clases de españoles, los que quieren que el Rey no asome por sus tierras y que ya lo que quieren es proclamar otra vez la República y la independencia (el Rey de España ya no es nuestro Rey) y hay otros españoles que están esperando que Su Majestad tenga la valentía y los “…..” que tuvo en aquel discurso importantísimo del 3 de octubre de 2017. A sabiendas de que si se inclina por apoyar la política que está siguiendo el Gobierno con los independentistas y los que no quieren seguir siendo parte de España molestará a los otros españoles que sí quieren seguir siendo de España. Por tanto, aquí sí que se la juega el Rey. Y tendrá que hacer un “encaje de bolillos” para contentar a los hunos y a los hotros. Los catalanes y los vascos ya lo han dicho: no darán el discurso del Rey por las televisiones catalanas o vascas porque no es su Rey. Si se inclina por hunos Ddelenda est Monarquía” y si se inclina por los hotros “Delenda est Monarquía”

 

  1. Pregunta: ¿Y qué consecuencias puede tener lo que diga el Rey en un año electoral?

Respuesta posible: Todas o ninguna. Todas si el “autogolpe” de Sánchez prospera y sigue adelante, pues en ese caso al Rey y a la familia real le conducirán hasta Cartagena…y si satisface a los otros aparecerán 100 Ortegas para exclamar “Majestad, no es esto, no es esto”.

Y poco más hay que decir, solo, y en bien de España, y en bien de todos, que el Monarca y sus asesores acierten con las palabras de esta noche. Porque muchos estamos ya viendo que de esta crisis política, económica y social no se sale por la vía democrática y muchas voces más están gritando ya que aquí hace falta un dictador.

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
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