01/10/2024 00:39
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Como es habitual cada año, el conocido festival de Eurovisión ha sido el entretenimiento musical de esta semana, llevando consigo su bagaje ideológico. Este año, como no podía ser de otro modo, el asunto es su postura antirracista; es decir, que entre la farándula se encontraban más cantantes y bailarines negros y había una presentadora negra de los cuatro presentes. El motivo de esto supongo que al lector no le es desconocido por lo que me abstendré de recordarlo. Y para reforzar aún más el mensaje, en el acto del intervalo, la pieza “Music bind us”, aparecen dos jóvenes, un chico negro y una chica blanca, que se juntan y empiezan a bailar y a divertirse al son de la música.

En primer lugar, el hecho de que haya más negros no sólo se debe considerar que se debe a su color de piel únicamente, sino al paquete cultural que trae: su música sigue los ritmos africanos. En un concurso europeo, el que una importante parte de las canciones no tengan un origen propiamente europeo, indica que la música africana la está desplazando. Y esto unido a que aparezcan un chico negro y una chica negra vuelve a reforzar el mensaje de desplazar a los blancos y sustituir con el paso del tiempo su raza por otras.  

Lo que nos están diciendo es que es diverso, es aceptable, es estupendo que se junten dos chicos de razas diferentes. Pues, lo que los grandes grupos de poder quieren es que esto se vaya aceptando, normalizando y de esta forma las relaciones entre blancos empiecen a reducirse.

Esto mismo también se publicita, aunque de forma algo más discreta en el buscador de Google. Esto es algo que cualquiera puede hacer y que invito a que haga para comprobarlo: si en imágenes se teclea hombre blanco o mujer blanca feliz, lo que cabría esperar es que aparezcan únicamente ellos como se ha tecleado, pero en varias imágenes aparecen junto a un hombre negro o una mujer negra. En cambio, si se hace esta prueba con los morenos aparecen solos, sin ir acompañados de ningún blanco.

Por tanto, está a la vista que existe un odio, un desprecio, una aversión a una relación de un hombre y una mujer blancos. Es como si quisieran decir que si estuvieran juntos no serían felices, pues no es una relación abierta y diversa como la de un negro y una blanca. Esto tiene muchas implicaciones, ya que en el hecho de juntarlos hay que analizar el rol que tiene el factor cultural del que proviene cada uno. Cada raza es particular, tiene un sentir y un espíritu diferente, una actitud diferente ante la vida. Es natural que se produzcan conflictos entre razas; éstas (hablando a gran escala) se asientan en un territorio y acaban creando una identidad territorial que les impulsa a defender sus tierras. De esta manera, impulsar la mezcla de razas significa eliminar barreras entre personas, entre territorios; crear una sociedad abierta sin fronteras donde todos están mezclados con todos sin ninguna diferencia entre cada grupo humano. Esto, implica así desarraigar a un individuo de sus raíces patrias y debilitarle moralmente y espiritualmente. Que dos personas de raza distinta se junten, hace que los descendientes puedan sentir confusión sobre su propia identidad, ellos no sabrán hacia qué lado inclinarse y ser fieles, y por ello, tampoco serán capaces de transmitirlo a sus hijos completamente.

En conclusión, que un asunto tan complejo como la mezcla racial sea objeto de una propaganda tan masiva, responde a unos intereses de unas élites. Considero que la cuestión a entender es que existe una guerra contra los blancos y que se están utilizando armas más o menos sutiles, y que si no hay una respuesta firme y contundente, Europa puede acabar convertida en África. 

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REDACCIÓN