
Tarde del 18 de abril, Viernes Santo en Mesina. El estruendo de los tambores retumba en el aire. Una multitud se agolpa en el cruce de la vía San Martino con la vía Cannizzaro y como barcos sobre un océano de gentes, emergen y avanzan las imágenes. Un gran paso representando la Última Cena1 abre el cortejo, portado trabajosamente por treinta cofrades, mientras la banda del “Corpo musicale della Madonna di Dinnammare” la anuncia solemne con sus trompetas, cornetas, trompas, clarinetes, tubas y demás artillería de viento. Bajando por la vía Garibaldi y Primero de septiembre2, hacia la Piazza del Duomo, la ciudad se sumerge en la noche y las calles se incendian con las llamas de los cirios y la luz de las lámparas. A la “Última Cena” le siguen la imagen de “Jesús en el huerto de los olivos” y otros hitos de la Pasión: “Cristo atado a la columna”; “Ecce Homo o Cristo flagelado con la corona de espinas”; “Cristo portando la cruz con el cireneo3”; “Cristo caído”; “Cristo crucificado”; la “Virgen Dolorosa”; “El descendimiento” y “Cristo yacente”.
Tanto el duomo4 como el campanario o torre del reloj5, restaurados e impecables, parecen desmentir el paso del tiempo, aunque la historia nos muestre, en realidad, una lucha tenaz contra las dentelladas de Cronos y la fatalidad. Dañados seriamente en el terremoto de 1783; destruidos en el seísmo del 28 de diciembre de 1908; terminados de reconstruir en 1929, y nuevamente destruidos en 1943 por los bombardeos aliados durante la II Guerra Mundial, resulta increíble que todavía se eleven, majestuosos, en el mismo lugar en que fueron erigidos hace mil años6. Y es que, sin duda, la plaza que alberga la catedral, el campanario y la hermosa fuente de Orión7 –mítico fundador de la ciudad–, ofrece un marco extraordinario donde se reúnen los Pasos para ser bendecidos por el obispo, ante la magna puerta catedralicia flanqueada por columnas sobre leones estilóforos8.
La procesión se reanuda hacia la empinada cuesta que conduce a la vía Maggio. Los tambores marcan un ritmo frenético y algunos pasos ascienden la pendiente a paso legionario para deleite de los presentes, especialmente, la chiquillería. En ocasiones, debido al peso de la imagen, el cansancio de los costaleros y la inercia, el paso se escora peligrosamente hacia un lado de la calle… pero la sangre no llega al río porque cofrades, penitentes y policías se lanzan raudos para conjurar el peligro corrigiendo la desviación. Téngase en cuenta que hay imágenes que más de una tonelada y si alguna llegase a impactar contra la muchedumbre, seguramente tendría graves consecuencias.
Girando a la derecha por la citada vía Maggio, los pasos se dirigen al Oratorio Nuovo della Pace, en el número 24 de la mencionada calle, destino final de la procesión y albergue de las imágenes.
Por última vez, un penitente grita emocionado: “¡Viva Gesù!”, y los costaleros, enardecidos, replican a coro: “¡Viva Gesù!”.
La fachada del oratorio es muy sencilla, encalada y sin decoración alguna. Sobre el dintel recto del portal de piedra puede leerse la leyenda » FIRMITER AEDIFICATA MDCVIIII”. El capataz (“battitore e custode”) golpea con su martillo el metálico “llamador” y el paso se detiene justo frente al portón. Los cofrades depositan con cuidado la imagen y toman aire, sofocados y congestionados por el esfuerzo. Tipos populares, sencillos, a menudo malencarados, que parecen salidos de alguna película de Coppola. Se quitan los voluminosos almohadones o costales que, bajo la casulla, les hace parecer jorobados. Los más jóvenes retiran las traviesas y a pulso, rozando los bordes de la enorme puerta, la Última Cena y Cristo en el Huerto de los Olivos franquean la entrada entre aplausos.
Santiago Prieto 23-04-2025
1 Realizado por Matteo Mancuso en 1846, fue destruido en el terremoto de 1908 y reconstruido después.
2 Fiesta Nacional Italiana.
3 Simón de Cirene, que según los Evangelios ayudó a Jesucristo a cargar con la cruz.
4 En su interior, cabe destacar las estatuas de Santiago el Mayor, realizada por Enrico Tadolini, y de San Pablo, obra de Pietro Canonica (1869-1959). Otras imágenes: San Judas Tadeo, tallado por Domenico Maria Lazzaro (conocido como Mimì, firmaba MM Lazzaro); San Mateo, por Giuseppe Ciocchetti; Santiago el Menor, por Biagio Poidimani; Santo Tomás, por Attilio Selva; o San Bartolomé, por Enzo Assenza.
5 Es el reloj mecánico-astronómico más grande del mundo.
6 La torre del reloj que hoy contemplamos es una reconstrucción del diseñado por los relojeros alsacianos Théodore Ungerer y Frédéric Klinghammer entre 1930 y 1933.
7 Realizada entre 1547 y 1553 por Giovanni Angelo Montorsoli –discípulo de Miguel Ángel–, Domenico Vanello y Martino Montanini en mármol de Carrara. También muy cerca de la catedral se encuentra la estatua de Juan de Austria, obra de Andrea Calamecca (1524-89) en 1573.
8 Elementos simbólico-decorativos con forma de león en la entrada de una catedral. Ejercen la función de la basa o del plinto (sobre los que se eleva una columna). Simbólicamente, custodiaban el espacio sagrado. Muy habituales en Italia, guardando los portales de las catedrales de Ferrara, Cremona, Parma, Módena o Génova.
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