Agresiones impunes y medios cómplices. Por Filípides

El pasado 10 de febrero fueron agredidos en España los periodistas Alvise Pérez y Josué Cárdenas. El primero se encontraba siguiendo las protestas de los agricultores y ganaderos contra la ruinosa y criminal Agenda 2030, cuando fue atacado por la policía sin justificación alguna y sin previo aviso¹. El segundo fue tirado al suelo por un miembro de la “seguridad” del PSOE en un acto del Partido en Galicia ante la pasividad de dos policías nacionales allí presentes, que no quisieron detener al agresor².

Salvo muy honrosas excepciones, la prensa, las radios y televisiones nacionales y locales no dieron cobertura a estas noticias. Y no nos sorprende. Hace tiempo que a nuestra pseudodemocracia se le ven demasiado las costuras, empezando por esos medios de comunicación subvencionados por el Poder para mantener engañada, desinformada y enfrentada a la ciudadanía.

Sabemos que el ministro socialista Fernando Grande-Marlasca da instrucciones políticas e ilegales a la Policía Nacional y conocemos la infiltración y promoción en el Cuerpo de fanáticos socialistas sin escrúpulos. Ya lo vimos con la destrucción de pruebas durante la investigación de los atentados del 11 de marzo de 2004, pero también hemos podido comprobarlo recientemente en la brutal represión de los manifestantes de Ferraz o de los agricultores. Por no hablar de la chusma adscrita a la UFAM (Unidades de Atención a la Familia y Mujer), capaz de tramitar denuncias por presuntas agresiones sin pedir siquiera un parte de lesiones, y de presionar a los acusados para que declaren sin la presencia de un abogado.

Y como ya me sé la excusa para camuflar la ignorancia voluntaria esgrimiendo “dudas” respecto al mensajero o al medio, léase la propia página web del Ministerio del Interior; donde no sólo se asume la discriminación del varón, sino que se indica a los agentes –en realidad se les exige– unas pautas conformes a la perspectiva o ideología de género: “Los integrantes de las unidades UFAM reciben una formación policial reglada en materia específica en el ámbito de la violencia de género, doméstica y sexual, contando además con diferentes herramientas tales como la “Guía de actuación policial y violencia de género” de la Policía Nacional, disponible para la totalidad de los agentes, la cual incorpora la perspectiva de género a la actuación policial con el objetivo de garantizar los derechos de la víctima de estos delitos y contribuir a que reciba un trato adecuado y especializado por parte de la institución policial”³.

Por cierto, con el resultado que ya conocemos: cientos de nuevos funcionarios “especializados”, miles de intervenciones al año y millones de euros gastados… para NO cambiar la estadística. Aunque, eso sí, con la inestimable complicidad de los medios, se esconde a la opinión pública el brutal aumento de los delitos sexuales y la nacionalidad y procedencia de quienes los cometen. Mientras, con la colaboración de esos mismos medios, se esconde la entrada masiva de inmigrantes ilegales en España y se oculta la necesaria colaboración del Estado –y la Comisión Europea⁴– con las mafias dedicadas al tráfico de personas.

Por descontado, el dinero destinado a la subvención o compra de los medios de comunicación –cuya única función es la distracción, la confusión, la desinformación y la generación de cizaña– sale de nuestros impuestos. Esto es, se nos engaña y se nos enfrenta con el dinero que previamente se nos quita.

La finalidad de todo este gasto en publicidad institucional es doble:

Por un lado, la perpetuación en el Poder mediante el mantenimiento y creación de redes clientelares⁵ que orienten y modelen la opinión pública. Pero, por otra parte –y convendría no minusvalorar esta cuestión– la generación de amenazas imaginarias –como el calentamiento global– que permitan profundizar en la aprobación de medidas liberticidas con el pretexto de proteger a la población. Porque, si bien la inundación de las calles con delincuentes⁶ es una amenaza real para los habitantes de Europa, propiciada y alimentada por los mismos gobiernos europeos, no es menos real la destrucción de la agricultura, el campo y la industria… ¡y la angustia de las masas! bajo la amenaza de un calentamiento global antropogénico.

Naturalmente, todo esto no se puede hacer ni tapar sin la participación activa de unos medios de comunicación, lacayos del poder político, comprados con el dinero de todos.

Las cifras son escalofriantes: 3.000 millones de los presupuestos del Estado para financiar medios de comunicación en 15 años⁷; 440 millones de propaganda gubernamental en 2023⁸; 167 millones de euros en ayudas al cine en 2023; 270 millones presupuestados para 2024⁹… a lo que se añade el gasto a nivel autonómico: 27 millones de euros en la Comunidad de Madrid para engrasar medios de comunicación ¡sólo en 2024!¹⁰, y ahora también “influencers” en redes sociales.

No nos pararemos a calificar la indecencia de algunos pseudoperiodistas con palabras gruesas. No es necesario. Baste con dejar constancia de que entendemos muy bien el porqué del activismo e inquina de ciertos “líderes de opinión” hacia ese partido-“anomalía” llamado VOX; intolerable amenaza para el Sistema, que se atrevió a desvelar recientemente y con detalle el reparto por la Comunidad de Madrid de esos 27 millones de dinero público a quienes presuntamente tienen el deber de informar. He aquí los principales –que no los únicos– beneficiarios de esta evidentísima compra de voluntades: 20 Minutos: 584.918,69 euros; ABC: 505.542,75 euros; COPE: 680.873,30 euros; El Confidencial: 312.262,39 euros; El Diario.es: 129.832,92 euros; El Español: 284.254,98 euros; El Mundo: 699.436,48 euros; El País (Prisa): 612.905,53 euros; EsRadio: 242.415,35 euros; La Razón: 423.871,27 euros; La Vanguardia: 123.609,16; Libertad Digital: 213.170,05 euros; Los 40 (Prisa): 208.864,61 ; Onda Cero: 427.453,66 euros; OkDiario: 372.719,57 euros; SER (Prisa): 615.420,29 euros; Telemadrid: 542.751,01 euros; VozPópuli: 131.990,08 euros.

Naturalmente, esta información no la encontrarán en los medios al servicio del Poder. Sin embargo, algunos seguiremos luchando contra la mentira y en defensa de la libertad y la unión de los españoles aunque no ganemos ni un euro por ello.

Filípides 23-02-2024

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Redacción

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