21/11/2024 13:02
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Nos hemos puesto en contacto con el general Juan Chicharro que, como presidente de la Fundación Nacional Francisco Franco, analiza los últimos acontecimientos en torno a la entrada en vigor de la Ley de Memoria Democrática.

¿Cómo valora el hecho de la reciente anulación de los títulos nobiliarios concedidos durante el franquismo?

La LMD es una ley fruto del odio y para la venganza, a la par que una herramienta más para borrar nuestra historia reciente. Partiendo de estas premisas no resulta extraño que suprima los títulos nobiliarios a los que hace referencia su pregunta. Con esos títulos nobiliarios conforme a la tradición de la monarquía española se ennobleció a personas muy relevantes que se distinguieron en la guerra y también en la paz. Al suprimir los títulos, el Gobierno social comunista practica el ejercicio de la venganza como prueba más evidente de su frustración, odio e inquina social.

¿Hasta qué punto es grave está supresión y sienta un triste precedente?

 Es grave porque atenta contra la tradición y la historia y quizá no sea más que el preludio de uno de sus objetivos finales: la supresión de la monarquía; al fin y al cabo fue Francisco Franco quien designó a Juan Carlos I como su sucesor a título de Rey. Echo de menos un pronunciamiento de la Diputación de la Grandeza y Títulos del Reino toda vez que la legalidad actual de todos los títulos actuales en vigor está basada en un Decreto Ley de 1948 que los restituía y que fue firmado por Francisco Franco con los poderes que le otorgaba su Ley de Prerrogativa. La Ley declara ilegal el franquismo y por lo tanto dicho Decreto Ley es ilegal. ¿Cuánto tiempo cree la Diputación de la Grandeza que van a durar los demás títulos?

La exhumación de José Antonio es un hecho así como el intento de resignificar el Valle. ¿Hasta qué punto peligra la permanencia de los monjes en la abadía?

La Comunidad benedictina se instaló en el Valle con el objetivo de rezar por las almas de todos los caídos en la guerra, de uno y otro bando y para que nada parecido volviera a suceder. Al determinar que las criptas adyacentes a la Basílica y los enterramientos allí existentes adquieran el carácter de cementerio civil, la presencia de la Comunidad benedictina sí está en evidente peligro de su expulsión. Llama poderosamente la atención el silencio sepulcral de la Jerarquía eclesiástica y de la Conferencia episcopal en todo este asunto al igual que lo estuvo cuando la profanación de la tumba del Generalísimo. Es como si les diera todo igual. Tal parece. Me pregunto si dirán algo cuando alguien diga que hay que derribar la Cruz por el peligro de su derrumbe por falta continua de mantenimiento.

Sánchez planea ir de lleno a ilegalizar asociaciones y la FNFF es la primera en el punto de mira. ¿Cómo se preparan legalmente para evitarlo?

Muy sencillo. Nosotros ejercemos nuestro derecho constitucional a la libertad de opinión, expresión y de cátedra, valores consagrados en la Constitución española y siempre sin incitación a la violencia ni menosprecio de nadie. Una Ley no puede coartarnos ese derecho que al ser proveniente de la Constitución está muy por encima de lo que dicte cualquier otra ley. Mientras no deroguen la Constitución – no lo hacen porque de momento no pueden – den por hecho que les enfrentaremos en los tribunales.

¿Cómo valora que Sánchez quiera nacionalizar a los llamados 250.000 nietos del exilio?

Yo, tal como le he oído al insigne historiador Marcelo Gullo recientemente, creo en la españolidad de todos los que un día formaron parte de la España peninsular y ultramarina. Y consecuentemente, aún más, en los que por las razones que fueran se exiliaron o alejaron de nuestra Patria. O sea, no tengo nada en contra de esta medida, si bien me temo que no es más que otra medida populista a las que nos tiene acostumbrado el Sr. Sánchez en año preelectoral. Dádivas por aquí y por allá de todo tipo para obtener votos como sea.

¿Qué otras medidas o amenazas le preocupan más?

Me preocupa por encima de todo la pervivencia de la libertad, que esta ley liberticida que al más puro estilo comunista nos imponen por narices con el único fin de perpetuarse en el poder sea como sea. Me preocupa que al igual que ha sucedido en las provincias vascongadas y en Cataluña se dividan y enfrenten españoles entre sí por hechos acaecidos hace casi 100 años. Me preocupa la indiferencia generalizada del pueblo español que alcanza ya unos niveles de aborregamiento muy notable.

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Me preocupa que esta ley, una más de las ideológicas que este Gobierno nos impone merced a la ayuda inestimable de los enemigos de España, nos lleve a un callejón sin salida y a la ruptura definitiva de la reconciliación alcanzada hace ya muchos años y rota hoy por la inquina del odio, la frustración y las ansias de venganza de unos pocos, quienes sin prisa pero sin pausa han ido paulatinamente imponiendo a los españoles mediante un uso muy acertado de los medios y la infiltración en instituciones y organizaciones. Esta Ley es seguramente el penúltimo paso de una guerra revolucionaria en la que una fracción más o menos reducida, y entre la repulsa o indiferencia de la mayoría de la población, ha conseguido perturbar nuestra estructura política y social con la única finalidad de derrumbarla y sustituirla por otra como una República popular marxista. En el buen camino están ante la parsimonia de la mayoría de los españoles. Al más puro estilo marxista: dos pasos adelante y uno atrás. Al tiempo.

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General Chicharro
General Chicharro
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