21/11/2024 10:00

Ruiz-Mateos rechazó que Hugo Chávez solucionara sus problemas. Sirva este titular y su contenido como homenaje a José María Ruiz-Mateos, ingenio maltratado por una España envidiosa e incongruente incapaz de abrir los ojos ni en estos tiempos en que la estafa política destroza todo como hace 40 años, está vez sin disimulo y contra todos los ciudadanos. Él fue la primera víctima de la mafia socialista en España.

No hay personaje peor e injustamente tratado en el tiempo de la democracia española que José María Ruiz-Mateos. Es un personaje único que despertaba en vida  recelos o pasiones de admiración. Es comprensible que se asocien a su identidad múltiples impresiones que pasan desde la indignación a la consternación, con todo tipo de matices acerca de su labor empresarial y financiera que resulta ser denostada frecuentemente por la ignorancia de sus detractores y críticos. Algo que no es responsabilidad de los ciegos que no han podido mirar más allá de la codificación que los medios de comunicación españoles han ofrecido mediante la manipulación, siguiendo directrices de influencias que han desvirtuado la realidad de lo sucedido con lo que fue la delictiva expropiación de Rumasa en 1983.

Crearon un alfabeto braille a medida de la ceguera histórica que aqueja al español cuando cobardemente no se interesa por saber más de lo que la apariencia pretende dictar.

Para todos aquellos que aún no ven más allá de las sombras del espejismo democrático que han sido estos cuarenta años cuyo balance desastroso estamos conociendo en la actualidad socio-política y económica, hagamos un repaso con el testimonio garante de un servidor que fue su confidente y amigo siendo además su portavoz en los últimos y determinantemente oscuros y dificultosos años de su vida:

Ahora que su cuerpo ha sido también desenterrado no puede imaginarse mayor profanación que la sufrida en vida contra su trabajo, integridad y afán de Justicia frente a las adversidades acaecidas nada casualmente el 23 de febrero de 1983, cuando la carroñera élite de España decidió despojarle de un patrimonio retasado en 3 Billones de las antiguas pesetas; dieciocho mil millones de euros actuales. Exhumados sus restos no cabía peor imaginación que asistir después de fallecer al expolio de su alma por mediación de una familia que no impidió una aberración legal fácilmente eludible si cualquiera hubiera consentido en hacerse una sencilla prueba de ADN.

Las cuitas terrenas no han de ver nada con los sabidurías más allá de las miserias humanas, pero solo la intención moral de permitir que lo desenterraran, lo dice todo sobre quienes lo rodearon pagando con la moneda de la traición una vida entregada a los suyos y a la creación de empleo.

En 1996 fue exculpado de toda imputación acerca las presumibles causas que llevaron al expolio de Rumasa, cuyos instigadores y beneficiarios quedaron en evidencia legal además de convertirse el caso en un delito de gran calibre con la implicación del Estado español en el abuso.

En 1999 se dictaron dos autos del Tribunal Supremo que establecía la devolución del robo patrimonial a falta de una consolidación de balances que jamás hubo intención de presentar.

En este suma y sigue de despropósitos mal intencionados contra el empresario llegó el momento culminante de las trampas inesperadas cuando se perpetró la presunta estafa de Nueva Rumasa con una emisión de pagarés que atrapó a miles de inversores, siendo el propio empresario engañado acerca de la situación empresarial al ceder responsabilidades a terceras personas en el año 2004 que le guiaron erróneamente hasta la hecatombe final.

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No fue responsable ni de las presuntas irregularidades del pasado que de ningún modo iban a justificar el expolio de Rumasa, ni de lo sucedido con el Grupo empresarial Nueva Rumasa con una exculpación explícita de la UDEF que investigó la trama.

Durante los últimos años de su vida trabajamos intensamente un serio proyecto de cesión de derechos de litigio por la Rumasa antigua, estando interesados cuatro fondos de inversión para negociarlos frente al Estado español, ya que se habían trampeado permanentemente todas las reuniones con los gobiernos de Aznar, primero, y de Zapatero después. En el caso de nuestras  negociaciones con un lobby patrimonial el montante era exclusivamente para pagar a los Inversores, su gran caballo de batalla diario, y solventar económicamente las deudas con trabajadores y acreedores.

Todo por un valor menor de 1.500 millones de euros. La anterior ocasión habría sido una sonada venganza que él no quiso tomar contra el país, España, que amaba. La oportunidad surgió en la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado celebrada en Chile durante el mes de noviembre de 2007. Unas fechas recordadas por el encontronazo dialéctico que tuvo el actual rey emérito, Juan Carlos I, con el canciller bolivariano Hugo Chávez. Un desencuentro que no quedó en agua de borrajas sino que instó a que el gobierno venezolano intentase una cumplida venganza que habría hipotecado el futuro de los españoles. Ejerció de puente legal un abogado alemán llamado Josef Tkaczick- fallecido en el 2015- que fue mediador con el empresario, para comprar dichos derechos de litigio por un valor de 15.000 millones de euros, toda vez que el total de las retasaciones sobre las 700 empresas y 23 bancos intervenidos cubrían un montante estimado de 18.000 millones de euros.

Las negociaciones estaban muy avanzadas y Chávez resuelto a adquirir los derechos solventando el problema histórico de la expropiación de Rumasa cuando se filtró-vulnerando las cláusulas de confidencialidad estrictas en negociaciones de este gran calado financiero y jurídico- la identidad de la otra parte y las causas de la adquisición que implicaban una venganza contra España por lo sucedido en Chile con el Rey.

De inmediato José María Ruiz-Mateos abortó la operación y rompió todos los nexos negociadores, incluso con el intermediario alemán. Nada deseaba más en su afán de Justicia legítima confrontado con el Estado que saqueó su patrimonio y arruinó su trabajo con métodos mafiosos al más alto nivel, que dirimir la afrenta recuperando lo que era suyo después de comprender la gran trampa de la élite española que jamás iba a permitirle el derecho a reivindicar y obtener lo justo. Cuando en sus confidencias numerosas hablamos de este episodio, le pregunté si fue consciente de que todos sus males, los de siempre sumados a los entonces actuales, habrían acabado si hubiese permitido la compra del gobierno bolivariano de esos derechos de litigio para llevarlos a los tribunales internacionales, lejos de la corrupción jurídica mantenida durante décadas.

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Me respondió: “Quiero Justicia grande, Nacho, pero no una cualquiera. La justa. ¿De qué sirve que se haga justicia que quiero si con ella hago injusticia? Yo amo a España y a sus gentes. No quiero morir pensando que mi vida fue venganza y no lo que creo justo”. Luego añadió lo que se convirtió en una coletilla cuando hablábamos de las muchas ingratitudes en un mundo sin justicia:

“Si Dios lo quiere así, por muy duro que sea, Amén”. Y aquel Amén resonaba en el despacho o en su dormitorio con la rotundidad de un guerrero con fortaleza del alma que no se dejó doblegar por las tentaciones siendo el mismo Diablo quien ofreció acabar con sus torturas a cambio de torturar España. El empresario no lo quiso, con valiente heroicidad.

El viernes 7 de abril del 2015 su cuerpo fue exhumado. Estoy seguro de que aquella profanación era solo contra la moral de quienes no impidieron esta aberración cuando habría sido fácilmente evitada. No existe por ello ninguna interrupción de su reposo porque él murió con la conciencia muy tranquila, dando la cara por sus hijos, demostrando un amor inconmensurable  como padre e impidiendo que un sátrapa comprara su existencia aliviada dando a cambio una deuda a los españoles que habría lastrado nuestra economía sine die.

Héroe como padre y como persona que murió en el “fracaso de los justos” como bien mencionó Juan Pablo II:  Es el hombre que yo conocí y cuyos méritos ocultos saldrán a la luz entre las sombras terrenas Así los ciegos vean, si es que pueden ver y la envidia o el estulto rencor de la mediocridad les deja ver, quizá en otra vida. En tanto, se cumplen 40 años del expolio de Rumasa por parte de la cómplice flor y nata de la sociedad española que hoy esquilma a todos los ciudadanos. Y todavía somos tan imbéciles de pensar que el empresario y financiero fue el responsable de la expropiación. Ignorantes.

Autor

Ignacio Fernández Candela
Ignacio Fernández Candela
Editor de ÑTV ESPAÑA. Ensayista, novelista y poeta con quince libros publicados y cuatro más en ciernes. Crítico literario y pintor artístico de carácter profesional entre otras actividades. Ecléctico pero centrado. Prolífico columnista con miles de aportaciones en el campo sociopolítico que desarrolló en El Imparcial, Tribuna de España, Rambla Libre, DiarioAlicante, Levante, Informaciones, etc.
Dotado de una gran intuición analítica, es un damnificado directo de la tragedia del coronavirus al perder a su padre por eutanasia protocolaria sin poder velarlo y enterrado en soledad durante un confinamiento ilegal. En menos de un mes fue su mujer quien pasó por el mismo trance. Lleva pues consigo una inspiración crítica que abrasa las entrañas.
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Ramón

¿Qué puedo añadir a este comentario cuando yo soy una de las 60.000 víctimas de este infame golpe de estado?

Hakenkreuz

SEÑOR DIRECTOR DEL MEDIO DIGITAL ñtrespana.com, Don Ignacio Fernández Candela, en referencia a un artículo publicado bajo el seudónimo Claire Gruie sobre la Divina Misericordia que atenta ya no contra su lema «verdad, libertad, justicia».
¿Desde cuando insultar gravísimamente a Jesucristo Nuestro Señor es «libertad de expresión» mintiendo como auténticos demonios?¿Quiere usted que exija la EXCOMUNIÓN de todo redactor de este medio si no se disculpan por ese artículo?
Le dejo copia de las razones esgrimidas contra el mismo y paso el artículo también a Javier Navascués, a ver qué tienen ustedes de «católicos» de fieles de Cristo.

La libertad de expresión NO puede ser excusa para llenar un medio digital de tantísimas mentiras satánicas de los que odian a Jesucristo Nuestro Señor, Dios y Hombre verdadero esforzándose en que su Palabra no llegue a los fieles, como hace la autora de este vomitivo panfleto propagandístico, la señora esta que firma como Claire Gruie. De hecho, este artículo no es fruto de esa libertad tan aducida en vano, sino de lo que está fuera del lema que encabeza el medio digital: Verdad, Justicia, Libertad. Este artículo obedece justo a lo contrario, Mentira, odio a Dios y opresión con engaño, quizá porque ya haya tenido amenaza de censura en internet si no obedece a otras líneas editoriales más afines al gobierno marxista y antiespañol actual que amenaza con su censura total. Razones para rechazar este artículo de principio a fin:

La Devoción al Sacratísimo Corazón de Jesús NO es, en modo alguno, incompatible con ninguna otra devoción o mensaje, mucho menos con las que el mismo Señor ha tenido a bien, en su Santísima Voluntad, mostrar al mundo por medio de sus santos y santas. NO hay ni la más mínima incompatibilidad teológica, moral ni de ningún otro tipo entre el culto al Sacratísimo Corazón de Jesús según lo exigido por el Señor a Santa Margarita María de Alacoque en el siglo XVII y el culto a la Divina Misericordia revelado por el mismo Jesucristo a su Apóstol de la Divina Misericordia, santa Faustina Kowalska. De hecho, el segundo no invalida, sino que refuerza muchísimo al primero. Más bien, cabría decir que ambos proceden del mismo Señor Jesucristo, que su coincidencia en muchos aspectos es asombrosa y los milagros de ambas devociones dan fe de su total varacidad. Tampoco hay incompatibilidad alguna entre esos dos cultos entre sí con otras revelaciones obtenidas por santos y santas de todos los tiempos, como por ejemplo el mensaje de santa Catalina Labouré, La Sallete, Bernardette de Soubidou en Lourdes o Fátima entre otros muchos. Todos tienen un mismo origen. Intentar sembrar cizaña entre devociones sí que es propio de masones demoníacos y anticristos políticos que no quieren por papa más que a un ministro de su partido o ideología. A nadie se le ocurre decir que la devoción a Nuestra Señora del Carmen es incompatible con el culto a la Inmaculada Concepción de María o con cualquier otro culto a María Santísima, salvo para los miembros de la satánica masonería en sus innumerables logias y para los políticos de cualquier signo y sus adláteres, siervos todos del demonio cada vez más mendicantes de votos en urnas.

El mismísimo Jesucristo Nuestro Señor, exigió de su Apöstol Santa Faustina Kowalska (1903-1938), escribir el Diario de la Divina Misericordia para conocimiento de todos los files católicos del mundo, especialmente de los sacerdotes, además de ordenarle pintar el cuadro para que fuera venerado en todas las parroquias y hogares de católicos (puntos 48 y 49 del citado diario) y el rezo de la Coronilla de la Divina Misericordia para obtener la Misericordia de Dios para los pecadores, incluso los más abyectos y con aparente imposibilidad de salvación, para librarles de la Justicia divina (¿quién se cree a salvo de la Justicia de Dios?¿Quién puede resistir a la Justicia de Dios?). La veneración de esa imagen, difundida a partir de 1943 con el cuadro de Adolf Hyla, pintada en Polonia, así como el rezo de la Coronilla (en Radio María se emite todos los días a las 14:50 horas hasta la hora santa, las 15 horas) y otras prácticas que el Señor nos transmite por medio de la santa, han traído innumerables milagros y gracias a cada vez más millones de personas. Impedir que el culto a la Divina Misericordia se extienda sí que es trabajar para la Masonería, para la política y para satanás, padre de todos ellos.

En cuanto al Diario en sí, no descubre nada nuevo respecto al principal atributo de Dios y que le llevó, por amor al mundo, como expresa el Evangelio de San Juan, tan profusamente citado por el propio Señor, a encarnarse de la Virgen María Santísima para llevar a cabo la obra salvadora y redentora, pues tanto amó Dios al mundo que le entregó su Unigénito para que el mundo se salve por Él. Y sólo podemos salvarnos por Él y en Él. Dios es Amor y Misericordia en grado infinito y así quiere que todos los hombres y mujeres del mundo le conozcan, no solo como un Juez implacable y Justo, pues solo aplica la Justicia cuando ya no le damos otra opción posible. Dios solo castiga cuando ya no le queda otro remedio y la pérdida de un alma, su condenación voluntaria al infierno por rechazar la Misericordia de Dios, sume al Señor en una profunda tristeza, pues hasta el último momento trata de salvarla. Dios quiere salvar a toda la humanidad y nos anima a rezar, a rezar todo lo que podamos y sin complejos ni excusas ni prejuicios de ninguna clase, a hacer obras de misericordia y amor desinteresado, vacías de todo amor propio, nos anima a amar a todos, a aceptar toda cruz que permita en nosotros para nuestra salvación eterna, a que entendamos que el sufrimiento tiene un valor incalculable para nuestra salvación y la de los demás, parientes incluidos, nos anima a que le conozcamos y le amemos sin reserva alguna, a que amemos incluso a los que nos odian. El Diario, dictado a la santa polaca, va destinado a TODA la humanidad y es PERFECTAMENTE CONFORME CON EL NUEVO TESTAMENTO Y LOS SANTOS EVANGELIOS.

Si el mensaje fuera «diabólico» NO incitaría a nadie a rezar la Coronilla de la Divina Misericordia, cuyas gracias, millones de personas las han experimentado ya, alcanzan, rezada con humildad, incluso la salvación de las almas en agonía. De hecho, el propio Señor nos urge a rezar por los agonizantes la Coronilla. El Señor nos anima a rezar dicha Coronilla, también el Via Crucis a las tres de la tarde, hora santa de su Santísima Muerte. Anima a los fieles a confesarse con frecuencia, llamando al sacramento de la Penitencia o confesión, la «fuente de la Divina Misericordia» y revelando a todos que Él mismo nos espera en el confesionario, que el confesor es su «pantalla», que le rendimos la mayor gloria si acudimos al confesionario arrepentidos a buscar su perdón y Misericordia, anima también a participar en la sagrada Eucaristía con la mayor frecuencia posible estando en gracia para recibirle a Él mismo, para unirse a nosotros. Nos pide encarecidamente que confiemos en Él y en su Misericordia, que jamás nos abandona, que si nos confiamos a Él nos protegerá como a su misma gloria. Le duele, por encima de todo, nuestra desconfianza hacia Él, que ha muerto en la Cruz por todos nosotros. Por eso exige que a pie de cuadro se escriba «Jesús, en Tí confío». Especialmente le duele la desconfianza de sus almas elegidas. Muestra a la santa polaca lo que ocurre en cada Eucaristía, donde Él mismo aparece ensangrentado cuando el sacerdote lleva a cabo la consagración, actualización de la Muerte Redentora de Cristo. Además, el propio Señor orienta a la santa en sus ejercicios espirituales, en sus meditaciones, repito, citando en especial el evangelio según San Juan, el apóstol amado (¿sería tal cosa posible en un mensaje masónico? ¡Cuánta satánica estupidez hay en el mundo! Y lo peor, cuanto falso profeta que no teme atentar contra el Espíritu Santo atribuyendo mal a Jesucristo mismo y rechazando su Misericordia), la consuela y anima en sus duras pruebas para salvar las almas, como a tantos y tantos santos y santas a lo largo de la historia, afirmando en repetidas ocasiones «No temas. Yo estoy contigo», es decir, que Dios no nos abandona nunca, a nadie. Que somos nosotros, los que le dejamos y le despreciamos para nuestra desgracia presente y, quien sabe si futura. Además somete a la santa polaca a pruebas y sufrimientos terribles que muchos santos previamente a ella han soportado, pruebas de dolor y sufrimiento durísimas, la noche del alma y las penas que sufren las almas en el infierno, que le es mostrado con un detalle que ningún otro santo o santa lo ha podido describir, como también le mostró el purgatorio. El Señor se le muestra a la santa en su juventud ensangrentado, como estaba ante Pilatos, pidiéndole que atendiese su llamada con las palabras «¿hasta cuándo me vas a hacer esperar?» en medio de la frivolidad de un baile. El Señor mismo se le presenta en el convento en el que ella está como un menesteroso, para probar su caridad. El Señor se le presenta, con llagas en manos y pies y le explica que los dos rayos que parten de su Corazón herido, representan el agua y la Sangre Preciosísima que brotó cuando fue traspasado por la lanza del romano en la Cruz, que significan el sacramento del Bautismo y la Misericordia con la que redime y salva a las almas, tan preciosísimas para Él. Exige de la santa polaca que le ayude a salvar las almas difundiendo el Mensaje que le hace escribir, contenido en el Diario. Le pide la instauración de la Fiesta de la Divina Misericordia el primer domingo despúes del de Resurrección, en cuya proclamación jugó un papel decisivo, como afirma el propio Diario y como confirmaron los hechos, el cardenal Pacelli, futuro Pío XII, luego éste papa, a diferencia de lo que expresa la autora de este artículo demoníaco plagado de mentiras, es precisamente el que más trabajó para celebrar esa fiesta que pidió el propio Señor, con la promesa de perdón al que confesase arrepentido ese día. Además, Pío XII, no prohibió el Culto a la Divina Misericordia, como sí se haría con posterioridad a él, durante los pontificados de sus dos sucesores inmediatos.

En el Diario de la Divina Misericordia, cuya lectura no dejará de hacer bien a todo el que lo lea y medite ajeno a prejuicios, complejos y soberbia, el Señor enseña a la santa polaca cómo llevar a cabo el combate espiritual, le instruye en la vida espiritual, en el trato que Él mismo tiene con sus «niñas amadas» o almas, en el camino de santidad, en cuáles han de ser las cualidades de un buen cristiano, algo ya conocido por todo santo y santa (humildad, sencillez, sinceridad en la confesión, como si fuésemos niños, obediencia a confesores, directores espirituales, superiores jerárquicos, amor a Dios sobre todos y todo, etc.) y califica a la santa como «la chispa que preparará al mundo para Mi última venida», lo que ha llevado a no pocos equívocos, pues posteriormente el propio Señor afirma que «de allí saltará la chispa que preparará al mundo para Mi última venida» en referencia a Polonia, considerando a no pocos a san Juan Pablo II como esa «chispa».

El Señor anima a la santa a rezar por Polonia, que es muy ingrata con Dios (eran los años que precedieron a la Segunda Guerra Mundial y Polonia estaba muy enferma de marxismo revolucionario. La santa incluso teme, en la portería del convento, a los que odian a Dios y a su Iglesia y el Señor intercede poniendo un querubín en la portería) y que «merece un castigo» tan aterrador que hace estremecer a la santa con los horrores de su querida patria, por lo infiel a Cristo que está siendo.

Santa Faustina Kowalska, como todo santo y santa, no tiene una vida fácil. Su padre se niega a que siga la vida consagrada y no tiene otro remedio que huir de casa para atender la llamada insistente de Dios. La rechazan de muchos conventos y, tras la referencia de una señora que la tuvo año y medio de sirvienta en Varsovia, es admitida en el convento. Su salud es muy precaria. Llegó a morir de tuberculosis con 33 años tras varios años de sufrimiento y de dolor padecidos por las almas amadas de Dios (incluso padece indescriptiblemente por las malas mujeres que asesinaban a sus hijos e hijas en sus vientres, es decir, por el pecado mortal del aborto, ya entonces muy difundido en la vecina URSS y en las democracias). Sus compañeras de conventos, pues alternó estancia en Vilna, Varsovia y Cracovia, la consideraban extravagante, pero ella sorprendió incluso a sus superioras cuando les narraba la petición que le hacían muchas almas agonizantes, incluso el alma de una monja en el purgatorio de la que la santa ni siquiera sabía que había fallecido la tarde anterior. Sus encuentros con la Santísima Virgen María también son frecuentes, urgiéndole la Virgen María Santísima a que se ejercitase en la humildad y en el amor a Dios, así como los encuentros con varios santos y santas como san Ignacio de Loyola al que ve en el altar el día de su santo y santa Teresita de Lisieux, a la que pregunta por el destino de varios parientes cercanos a ella. A la santa polaca le es concedido ver su ángel de la guarda y los ángeles de la guarda de varias parroquias, y recibe también mensajes del Arcángel San Miguel que transcribe en el Diario. Sus encuentros con el mismísmo demonio son otra de las muchas aterradoras pruebas que tiene que afrontar (no son pocos los santos y santas que han tenido encuentros en él). Y el demonio le pide que no rece por nadie, que de nada le va a servir para salvarse, que se condenará de todos modos o que se salvará igual si no reza por los demás (como no pocos que rechazan la MIsericordia de Dios sostienen hoy, sedientos de una Justicia que si recayese sobre ellos mismos quedarían aterrados de inmediato, como si Dios solo juzgase a unos y no a otros en ecuánime correspondencia), que se olvide de las demás almas, que se olvide de la nueva congregación que le pidió el Señor, que desistiese ante tanta dificultad para difundir el culto a la Divina Misericordia (de hecho, el Señor le advierte que todas las iniciativas de salvación que Él mismo promueve personalmente están llenas de dificultades, porque precisamente son de Él mismo. Este artículo es prueba de que lo que viene de Dios tiene muchos enemigos, incluso entre falsos católicos mediáticos que dicen escribir en «libertad, verdad y justicia»). El demonio la amenaza,la desanima, le muestra su rabia y su cólera violenta por seguir siendo fiel a Cristo y por seguir sus indicaciones, en varias ocasiones que ella refleja en el Diario. De hecho, el demonio tratará por todos los medios que el culto a la Divina Misericordia contenido en su Diario no sea conocido por los católicos ni por nadie más. El Señor tiene que consolar a la santa polaca que ve las dificultades de su propagación futuras, como así confirmó el hecho desgraciadísimo (el demonio es capaz incluso de engañar a los propios elegidos) la prohibición del culto dada durante los pontificados de Juan XXIII y Pablo VI (el culto fue rehabilitado en 1979 por el siervo de Dios san Juan Pablo II, que canonizó a Kowalska en el año 2000, vista la enorme cantidad de gracias obtenidas por el rezo de la Coronilla de la Divina Misericordia por parte de personas humildes y confiadas en Dios).

Santa Faustina Kowalska emitió votos en 1 de mayo de 1933 y, según consigna en su Diario, rezó aquel día por el triunfo de la Santa Iglesia Católica Apostólica en dos naciones: Rusia y España, que por entonces sufrían el sangriento azote satánico del marxismo en todas sus modalidades, desde la socialdemocracia hasta el bolchevismo comunista pasando por el anarquismo, en medio de un odio creciente a Dios y su Iglesia que se traducía en sangrientas persecuciones y atentados contra consagrados y fieles y llevando incluso al propio Señor a afirmar que no podía soportar a Rusia, afirmación concorde con el mensaje dado en Fátima por los pastorcillos. Ese mensaje sobre Rusia bien pudo haber hecho tener reticencias a no pocos prelados sobre su «oportunidad», pues la política ha envenenado la Iglesia Católica de una manera que solo Dios puede curar.

Con respecto al primer cuadro (hoy se conserva en Vilna), el pintor no reflejó cuernos algunos, pero la santa polaca al verlo por primera vez no pudo contener el llanto, pues le parecía, como es natural, que nadie podría pintar la verdadera hermosura y gloria de Nuestro Señor Jesucristo. Eso de los dos cuernos que inventa el autor o autora del artículo demoníaco, es puro invento manipulado de su logia masónica o secta protestante o política.

Nadie que adore a Dios de verdad y que ame con toda el alma a María Santísima, Nuestra Señora, dejará de rezar a diario el Santo Rosario por rezar la Coronilla de la Divina Misericordia también a diario, ni ninguna otra oración venga del santo o santa que venga, por cierto, la Coronilla de la Divinia Misericordia fue enseñada, como el Padrenuestro, por el propio Jesucristo Nuestro Señor para la salvación de las almas amadas por Él. Quizá la novedad más importante del Diario de la Divina Misericordia es que esa oración puede salvar almas de pecadores sin apenas posibilidad alguna de salvación, por eso nos pide ayuda con su rezo. ¿No habremos pues de rezarla cuando es el mismo Señor el que nos lo exige?

La Coronilla de la Divina Misericordia (punto 476) se reza con un Padrenuestro, un Avemaría y un Credo. Seguidamente, en las cinco cuentas del Padrenuestro se reza:

«Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero».

Y en cada una de las decenas se reza, con santo rosario en mano:

«Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero»

Finalizada la última de las cinco decenas se dice tres veces:

«Santo Dios, santo Fuerte, santo Inmortal. Ten piedad de nosotros y del mundo entero»

Los que solemos rezar esta coronilla, terminamos con una Salve, aunque ésta oración la añadimos, como también podemos añadir el rezo del Santo Rosario en cualquier otro momento del día sin que una oración invalide a la otra. Esta es la famosa Coronilla de la Divina Misericordia, especialmente indicada para las personas agonizantes de las que tengamos conocimiento, que, como toda persona mínimamente inteligente que lee ñtvespaña.com (de otros medios no existe tal categoría, lo siento, pero la verdad es la verdad), comprenderá que jamás puede ser rezada en logia masónica alguna, ni en sede de ningún partido político ni de secta u organización sindical o patronal, todas plagadas de anticristos o demonios encarnados. Si alguien quiere corroborar lo dicho, por su propio bien y el de los suyos y seres amados, que conecte Radio María a las 14:50 de cualquier día, que la emite para todas las personas que buscan a Dios incluso en los medios de comunicación. Y que rece, que rece sin complejo, sin prejuicio, sin soberbia alguna, con humildad y confianza: «Jesús, en Tí confío», «Sagrado Corazón de Jesús, en Tí confío», que es lo mismo.

Y, para los que comulgamos de rodillas y en la boca porque no nos sentimos dignos de tocar con nuestras pecadoras manos el Cuerpo Santísimo de Nuestro Señor y porque sentimos que ante Cristo toda rodilla ha de doblarse en Cielo, tierra y abismos, ningún reproche podría hacérsele a Nuestro Señor si a uno de sus apóstoles (ojo, Apóstoles, como san Pablo) se le presentó en la palma de su mano o se le añadió por duplicado porque no quería unirse a otra alma a la que iba como a un segundo calvario. ¿Quiénes somos nosotros para reprochar al Señor que pusiese su Cuerpo Consagrado en manos de una de sus apóstoles cuando nosotros no somos más que pecadores miserables e indignos?¿No nos enseñó el mismo Señor según los evangelios que hemos de humillarnos como los niños para entrar en el Reino de los Cielos?¿Acaso alguno de nosotros puede igualarse a santa Faustina Kowalska, elegida del Señor como Apóstol de la Divina Misericordia? El Cuerpo Santísmo Consagrado de Cristo en la Eucaristía debería ser tocado solo por las manos de los ministros del Señor, los sacerdotes, para evitar todo tipo de profanaciones, sacrilegios, ultrajes o indiferencias, que tanto hieren el Sacratísimo Corazón de Jesús. Pero si el Señor, por medio de cualquiera de sus santos, permite la comunión en la mano a los que son sus santos, sus elegidos, sus amigos, ¿quiénes somos nosotros los pecadores para negárselo y reprochárselo?
Los que comulgamos de rodillas y en la boca lo hacemos así porque estando en gracia, aún no siendo santos, por supuesto, lo mandó el Señor: «Tomad y comed todos de Él, porque esto es Mi Cuerpo». Porque al Señor le agrada que nos unamos a Él en la Eucaristía y le rendimos gran gloria si frecuentamos el sacramento de la confesión. Además, hay que reconocer que también sería sacrilegio comulgar en boca y de rodillas si se está en pecado mortal, por lo que mejor dejar los juicios para Dios mismo y no reprocharle su actitud si quiso descansar en la palma de la mano de una de sus santas elevadas a apóstol como san Pablo, aunque nosotros no osemos jamás hacer tal cosa, dejando que los demás obren o no en conciencia. ¿O es que ahora somos más que apóstoles, más que san Pedro, san Pablo, san Juan, etc., que celebraban como ministros las primeras eucaristías, entonces llamadas fracción del pan?

La tal Claire Gruie ha cometido el pecado contra el Espíritu Santo, con lo cual hace partícipe a los dueños del medio digital de las consecuencias de su artículo. Por el momento estarán tranquilos, pero no es para estarlo. Atribuir maldad de la masonería y demás satánicas perversidades al Diario de la Divina Misericordia es propio de personas que odian a Dios, como los judíos escribas y fariseos. Es un pecado contra el Espíritu Santo, ojo con esto, que no es broma. NO SE PUEDE ATRIBUIR MALDAD A LA REVELACIÓN DE DIOS MISMO. Colgaré este mensaje en la sección de Ignacio Fernández Candela y en la de Javier Navascués, para que tomen las medidas que convenga. También lo remitiré a los obispos. Esto no puede quedar así. Si no se toma medidas contra esta señora o señor, Claire Gruie, pediré la EXCOMUNIÓN de todo redactor de este medio.

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