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RESUMEN

En este artículo se demuestra que la filosofía de Suárez tiene por base una gnoseología anti nominalista y anti escotista, haciendo de su filosofía una superación y rechazo de ambas escuelas. Por último, se deja una prueba de que la gnoseología de F. Suárez tiene su inspiración, en detrimento de la escuela nominalista y escotista, en Santo Tomás de Aquino respecto al conocimiento del individuo material.

INTRODUCCIÓN

El singular, el ente concreto, es el depurador de los apriorismos y arbitrariedades que pesan siempre en los cimientos de todo sistema, por ello, tratar esta cuestión es fundamental, pues ¿de qué nos sirve un concepto de ser que no tenga proximidad con el ser concreto con el cual se contrasta y del cual parte? ¿En qué se diferenciaría de una mera ficción si no tiene tal proximidad? Y es que la aproximación del pensamiento y el ente en concreto o individual constituye por sí misma la base esencial de toda gnoseología. ¿Si hay poca o mucha aproximación en qué afecta el conocimiento humano? SI atendemos a la noción tradicional de la verdad (la mente adecuada a la realidad) ¿Cómo podría haber verdad si mi mente no puede adecuarse a un individuo material como un hijo en cuanto tal y no en cuanto el hijo de naturaleza común con todos los seres de los cuales se dicen hijos? SI quitamos de objeto adecuado a nuestra mente lo singular entonces mi hijo en cuanto tal es incognoscible absolutamente y como tal, y ya que la vida humana es, en lo que tiene de más elevado, una vida intelectual ¿Se puede quitar de esta vida humana en su nivel más elevado, todo lo que es propio de la vida personal? Parménides sentenció que “es una misma cosa el Pensar con el Ser”1, y teniendo en cuenta que pensar implica los individuos concretos materiales ¿cómo el ser va a prescindir de ellos y el pensar ser obstruido de conocerlos?

CUATRO ACUSADORES

Al respecto, es muy conocida la acusación moderna al doctor eximio y piadoso, Francisco Suárez, de ser nominalista, un discípulo de Ockham, por su postura gnoseológica respecto de lo singular. La acusación tiene asidero, a saber, ya que la filosofía del conocimiento es el clima ideológico en que alienta y vive todo sistema, esta teoría no puede nacer de la nada ni de una mera casualidad, es decir, ha de partir de una posición adoptada respecto del ente en su expresión más exacta y viva: el singular. El problema es que las conclusiones de las acusaciones son totalmente desmesuradas y poco serias al momento de intentar probar el supuesto nominalismo en Suárez, pues se pretende identificar el “directismo crítico”, respecto a lo singular o concreto, con la filosofía nominalista que es esencialmente agnóstica y ametafísica. Esta acusación nominalista tiene principalmente su génesis en tres autores, a saber, LEÓN MAHlEU OP2 y los jesuitas JOSÉ MARECHAL3 y CARLOS GIACON4 . Pero hay una acusación más, desde la misma óptica se le acusa a Suárez de ser escotista, acusación hoy famosa por el prof. LEOPOLDO PRIETO5.

Según Mahieu, que no supo adentrarse en el pensamiento del eximio jesuita español6, Suárez se hace ockhamista por taras heredadas de parte de Ockham, ya que le parecía en su modo de pensar y escribir su fiel discípulo7, y movido por sus objeciones nominalistas y su temperamento intelectual que le predispone a desconfiar en el entendimiento (?), admite Suárez, traicionando al tomismo, la tesis del conocimiento directo e inmediato del singular material8.

Marechal SI hará una crítica distinta, a saber, desde el tomismo-cayetanista condena al eximio:

“Todo se explica -dice Maréchal- si recordamos que Suárez vivía en un ambiente creado por el nominalismo, y que, a pesar de su reacción expresamente realista en lógica, no logró desembarazarse plenamente en metafísica de las influencias que disminuyen (algunos dicen: falsean) el alcance de su meritorio esfuerzo. Suárez, en efecto, como Duns Escoto, como Ockham defendió la tesis sobre el conocimiento intelectual del singular material, la Individuación de las cosas sensibles independientemente de su materia, la identidad real de la esencia y la existencia…”9

Giacon SÍ replica las acusaciones de Marechal SI10. Si en algo es original es en las exageraciones que llevan a afirmar monstruosidades que son incompatibles con Suárez11.

Suárez ha pecado, para estos autores, contra el tomismo aceptando el conocimiento intelectual directo del singular material diciendo que en tal afirmación se siente “el modo de argumentación de Ockham”12 poniendo como consecuencias que: “…lógicamente no pueden ya distinguirse los sentidos del entendimiento ni puede salvarse el compuesto de alma y cuerpo; desaparece la agilidad mental para concebir la verdadera analogía del ente, sus principios reales… etc, etc.13

Este jesuita, hermano de compañía del doctor eximio, escribió en un opúsculo:

«La preocupación de mantenerse en contacto con la realidad concreta hará afirmar a Suárez en gnoseología el conocimiento del singular como tal; de la solución de esta cuestión se seguían las restantes determinaciones gnoseológicas. Así en metafísica, para salvar el singular concreto, el existente en su radical unidad, Suárez negará a la materia el oficio de principio de individuación, no admitirá la distinción entre la esencia y la existencia. etc., etc., etc. Al nominalismo escolástico le había parecido que nuestro entendimiento nada conocía más directa e inmediatamente, y por lo tanto nada más propia y completamente que los seres singulares materiales… Santo Tomás había sostenido la posición rigurosa que niega al entendimiento humano el conocimiento del singular en cuanto tal. Por el contrario, el nominalismo occamístíco había hecho de este conocimiento su dogma fundamental. Suárez, aún no admitiendo otras posiciones nominalistas, se adhiere, según las exigencias de los tiempos, a la doctrina del conocimiento directo del singular… Si bastaba la simple presencia del fantasma en el alma para que el entendimiento se determinase a conocer los objetos en él representados…, bastaba la presencia de los objetos para que el entendimiento los conociese en su misma singularidad, inmediata e intuitivamente, Era el nominalismo de Occam… «14.

Probado que en este tiempo se le ha apellidado “nominalista” a Suárez furiosamente, a diestra y siniestra, por parte de tomistas influyentes de la época, no será esto ignorado por Gallus Manser OP, el cual acusa y reprocha, aunque algo menos alocado que los anteriores, que, basándose en los nominalistas (entre otros), Suárez sustenta toda su metafísica en el conocimiento intelectual directo del singular15.

Respecto a la acusación de Prieto, vale la pena citar directamente:

“La filosofía de Suárez comparte con las noéticas de Escoto y Ockham (no olvidemos, dos autores cuyos sistemas filosóficos se enmarcan dentro del agustinismo filosófico) la pretensión de la cognoscibilidad intelectual directa de lo concreto (o singular)”16.

Este punto lo re confirma sentenciando que “Suárez expresa como propia la tesis de Escoto”17.

Queda así fundado que, por cometer tal pecado del conocimiento intelectual del individuo material es nominalista y escotista ¿Es esto así o quizá se ha caído en un reduccionismo anti suareciano?

HISTORIA DE LA CUESTIÓN NOMINALISTA Y ESCOTISTA

Ya es conocido el apotegma del conocimiento platónico que da y entrega el intelecto a las ideas dejando de lado el mundo material, concibiendo como materia, aquella materia eterna platónica, el caos irreductible a formas o moldes cognoscibles. Aristóteles, lejos de resolver la cuestión indica que “ lo universal es más conocido por la razón y lo particular por la sensación, ya que la razón es de lo universal y la sensación de lo particular”18, dejando lo particular en la sombra de la mera sensación. S. Agustín ya reprendió a aquellos que a los que pretendían negar que las cosas sensibles y corporales fuesen conocidas mediante una intuición mental19. Después de Agustín el tema ya no tuvo ni relevancia ni profundidad, ya que la disputa escolástica se centró a partir de entonces sobre la cuestión de los universales, dejando de lado al individuo un buen tiempo. Ya en el s. XIII es cuando la cuestión emerge con fuerza, Mateo d’Acquasparta (1235-1303). Este auto, seguidor de San Agustín dará el mismo veredicto, pero reconociendo la dificultad de explicarlo, a saber, que el singular es conocido directamente, como lo demuestra la Ie, la autoridad y la razón20. Esta posición, con ventajas gnoseológicas respecto a la imposibilidad (oscuridad) del individuo material respecto al conocimiento intelectual, llegará a tener su acrisolamiento con D. Escoto, el cuál se adentra críticamente a la relación universal con lo particular y de su objetividad e independencia de éste. A partir de este punto el individuo material pasa al centro de la especulación filosófica21 hasta que tomó forma exagerada y falsa con las mónadas de Leibniz.

Santo Tomás se erige como un progreso en la comprensión de la intelección individual. En contraste, Escoto se presenta como una exageración y deformación de las ideas tomistas, mientras que Ockham representa un auténtico retroceso en este contexto. Este recorrido filosófico alcanza su punto culminante con Suárez, quien, inspirándose en el aquinate, propone la superación del escotismo y del nominalismo que permeaban las escuelas de su época.

DISTINTAS POSICIONES

Para abordar con mayor precisión la postura anti nominalista y anti escotista del doctor Eximio, veo necesario exponer las distintas posiciones que influyeron de manera significativa en su época.

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Punto de vista de Cayetano

Expondré aquí una de las tesis de mayor fuerza y tradición en la escuela denominada tomista, donde Cayetano es uno de sus máximos exponentes, a saber, la materia es incognoscible y principio de individuación. Si a esto le añadimos que conocer es, según el tomismo-cayetanista, desmaterializar, y desmaterializar es desindividualizar, se da por sentado la conclusión, no es posible conocer lo individual. El problema con esta postura es que se ha quitado el primer escalón, el objeto de la gnoseología, el ser concreto, el ser allí, el ser individual material de la experiencia a partir del cual conozco y adecúo la noción de ente. Y es que sin este objeto gnoseológico ¿cómo sé que el ente no es una construcción apriorística? Al no haber intuición intelectual del ente, del ente gnoseológico o ser singular material, no tengo certeza de lo adecuado de mis ideas con lo concreto objetual del cual parten mis conceptos. Quizá sea impreciso decir que no haya tal, quizá mayor precisión sea decir que el ente singular material queda oscurecido o desconocido debido a que el 50% de su composición queda oculto al conocimiento: la materia del compuesto ente singular material. Aunque esta posición algunos hoy pretenden defender, es importante recordarles que ya algunos de la propia Orden de Predicadores y Tomistas han advertido del peligro que conlleva sostener esta postura22.

Añadamos un matiz más para problematizar, a saber, el entendimiento es a lo más una facultad primariamente receptiva de lo universal; esto acentúa el peligro. Recordemos que la verdad tiene la clásica definición de “adaequatio intellectus et rei” que se da entre el ente y la mente, pero aquí se da entre la forma y la mente, y teniendo en cuenta que la forma no es el ente ni el ente singular material ¿Dónde queda el ente singular material de nuestra experiencia? Oscurecido, de conocimiento mediato a través de la forma ¿pero cómo sé que la forma es adecuada con la realidad individual de la cual parte para a través de ella conocer el individuo del cual parte? No sólo se muestra una desconfianza para con la mente respecto al conocimiento del ser gnoseológico, el ente material singular, sino también una ingenuidad crítica en la gnoseología tomista-cayetanista.

Punto de vista de Escoto23

El ente se presenta en este sistema tal cual, singular, ciñendo la mente al ente gnoseológico. Pareciera aquí que Escoto ha conseguido una metafísica y el ente bien cimentados sobre el ente de la experiencia, el singular material, pero eso no es suficiente para tal conclusión. Sucede que su posición inicial no es del todo clara. Parte de una desconfianza tal que considera una tal incapacidad de la mente que no puede igualarse (adaequatio) con lo real, sino que EN ese singular se encierra un universal, que no se abstrae como en el tomismo-cayetanista, sino que se conoce EN el singular24. El universal está en la cosa individual25, real y modalmente identificado con él, aunque formalmente distinto (?).

Conclusión: no es el singular ut singular lo que se conoce, sino el singular en razón del universal en él encerrado, quedando en pie el universal como el objeto primario y formal del pensamiento y dejando oscurecido el singular, célula prístina de la gnoseología.

Posición de Ockham

Desde el punto de partida que ofrece el Venerabilis Inceptor, donde se inicia el tránsito desde la lógica hasta la metafísica, se revela que no es la esencia del pensamiento la que se ajusta al ser, sino que, en cambio, el ser se pliega a la concordancia con el entendimiento. La manifiesta simplificación y amputación a la que Ockham somete al ser se torna innegable en este discurso filosófico.

Pareciera que Ockham tuvo una buena intención, dotar de la experiencia del individuo material a la filosofía de tal manera que sea sólida y contrastable con la realidad individual material, pero la vacuna fue peor que la enfermedad.

Ockham procede de Escoto, mas si en Escoto el conocimiento intuitivo no es un dato experimental, sino una conclusión sacada a priori, en Ockham el concepto del entendimiento intuitivo es exclusivamente empírico, expresando inmediatamente una revelación inmediata de la realidad individual, es decir, el conocimiento intelectual es reducido a una fotografía del objeto, fotografía que repercute en su concepción del ente.

Ockham aparece en un tiempo donde la abstracción ocultaba a modo de phantasmata al individuo y la sensación, aunque con un rol positivo para el conocimiento, era insuficiente para acceder al conocimiento del mundo que nos rodea, por lo que tentó un medio más útil e inexplorado, la intuición intelectual, desprovista de todo lo metafísico posible.

Por lo dicho, se entiende su radical postura, el entendimiento ya no requiere la especie, la forma, la naturaleza común, ahora sólo requiere del singular. Aunque intentó solidificar el inicio de una gnoseología, derritió en un golpe fatal todo intento de gnoseología metafísica. No es el inicio fecundo de un sistema, sino su más ruin fin.

¿Qué es el singular para Ockham? Según lo visto, el singular carece de principio de individuación, pues él no admite materia y forma, acto y potencia, es decir, no concibe tal pluralidad de principios del ente, sino ninguno de ellos, razón por la cuál no hay razón de individuación pues todo es individuo. “Eso” que nos da la intuición es el “individuo” singular y material es “eso” en su realidad apariencia y del que no puede dar otra razón más que un “porque sí”, totalmente adornado, a modo de disfraz, con fórmulas filosóficas. Ockham elimina así todo rastro de metafísica, haciendo dialéctica26.

CONTRAPOSICIÓN DE POSTURAS

Realizado ya el recorrido por los principales autores acerca de las diversas soluciones dadas al problema del conocimiento singular material, propongo la siguiente sintetización para apreciar la postura de F. Suárez al respecto:

  1. El tomismo-cayetiano y escotismo parten de que la mente es primariamente “facultas universalium”. Esta hipótesis,que excluye al intelecto al objeto individual de nuestra experiencia, lo oculta, pero no excluye que la mente también lo sea de lo singular27.

Es decir, no se exploró en ambas escuelas la necesidad, gnoseológica, de conocer, conceptualizar, el individuo material de nuestras experiencias. Por lo que los sistemas previos deben ser enmendados, a saber, así como primariamente la mente es “facultas universalium”, así también “facultas singularium”.

  1. Caben así dos nuevas soluciones:

    1. O se intenta una solución de tipo exclusivo: la potencia cognoscitiva queda agotada en el singular.

    2. O se intenta una solución comprehensiva: la mente, aunque primariamente “facultas singularium”, no lo es, sin embargo de una manera exclusiva, a saber, es el primer paso para subir al concepto universal verdaderamente objetivo.

La primera solución (a) es la solución ofrecida por Ockham, postura que desemboca al agnosticismo, la destrucción de la metafísica y la sujeción del concepto de ente y lo real a lo que cada uno perciba y su modo de percibir. Es el apriorismo puro y duro.

La segunda (b) es la solución planteada por F. Suárez, representando así una propuesta original, última y definitiva de las soluciones planteadas por las síntesis escolásticas. Esta solución da la base definitiva (única para su época) a una verdadera metafísica realista crítica. Se aleja de consecuencias agnósticas, así como de exageraciones realistas e idealistas.

El universal ahora está contrastado con aquello de lo cual se abstrae, así el ente no se acomoda a lo que cada quien piense, como en el nominalismo. Y es que, como la Verdad, como se ha dicho, es conformidad «entre Ia cosa y el concepto formal o idea»28, podré también decir que predico un concepto objetivo de la cosa existente, por ejemplo, si digo que Pedro es ser, le predicaré el concepto objetivo de ser (que antes me había sido ofrecido por la realidad, pero que ahora está ya informando mi mente): por tanto, lo que del hombre singular, Pedro, «se predica, es el concepto objetivo» de ser29. Y con ello el ente ya no es un flatus vocis, ahora Suárez rompió el individuo limitador nominalista para abrirse paso a la metafísica objetiva.

Objeción: Suárez llega al universal por medio sine qua non de la comparación, a lo nominalista, sólo que le agrega la correspondencia con la realidad.

Respuesta: Nada más falso, pues él mismo declara que «Se puede abstraer la naturaleza común [universal] por una pura precisión de naturaleza de un solo inferior sin ninguna comparación [ … ] como acaece cuando de soIo Pedro simplemente prescindo las propiedades individuantes, y quedo en la consideración de la naturaleza humana. Por esta noticia puramente precisiva juzgan algunos que no se hace ningún universal. Pero más verdadero es decir, que por ella también se hace el universal absoluto»30.

Ya deja atrás también toda posibilidad de una fabricación del concepto de ente a priori debido a la oscuridad u ocultamiento del ente singular material de la experiencia por un universal en la cosa, como en el escotismo; ahora este último, el ente individual material, es la piedra sobre la cuál todo concepto, idea, se concibe verdaderamente adecuada a la realidad, dando ahora un realce a la definición clásica de la verdad, porque la verdad “Consiste en cierta representación intencional, a saber, aquélla con la cual acaece que el entendimiento por el acto o juicio percibe la cosa, ‘como está en sí [singular, sin recurrir al universal para llegar a ella]. Y así esta conformidad es cierta debida proporción y referencia entre la percepción del ‘entendimiento y la cosa percibida [ … ] Como cuando decimos que esta imagen es apropiada, porque representa así tal como la cosa es, no comparamos la cosa misma representada consigo misma sino la imagen con la cosa»31. Y ya que en nuestra mente está la imagen tal cual se me representa y a partir de ella todo universal se adecúa, se ha destruido el apriorismo y el voluntarismo amenazantes en mis conceptos universales por su referencia a la objetividad de ellas (en relación con el individuo material extramental del cual sí puedo conceptualizar) y se mantiene la adecuación de la mente a la cosa, robusteciendo el concepto de la Verdad en toda su extensión (hay adecuación a a cosa común, o universal, tanto con lo individual).

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LA GNOSEOLOGÍA DE SUÁREZ TIENE SU GÉNESIS EN LOS TEXTOS DE SANTO TOMÁS

Suárez va a coger la idea de concepción directa del individuo singular material de una de las principales tesis de Santo Tomás, a saber, “… la semejanza de la cosa [el individuo singular material] que se imprime en nuestro sentido y depurada de algunos grados, llega hasta nuestro intelecto, es sólo la semejanza de la forma”32, a saber, esta semejanza del individuo singular material impresa en nuestro sentido que llega a nuestro intelecto (según la cita tomista), es la representación intencional, cual imagen apropiada de el individuo singular material de Suárez. Se podrá objetar que, para Santo Tomás, de esta semejanza de la cosa individual nada se puede predicar debido a la depuración de algunos grados ¡Y es lo mismo que Suárez entiende de esta concepción! Pues la representación intencional apropiada del individuo singular material es una imagen de cómo la cosa es “en sí”, pero, para evitar equívocos, nada se puede decir de ella, sino sólo en cuanto esta realidad en sí ha sido representada en nuestras conciencias.

CONCLUSIÓN.

Tanto los autores que acusan a Suárez de ser un nominalista o escotista, o leen lo que les conviene, o entienden mal al eximio, o tienen a Santo Tomás y los autodenominados tomistas como autoridades religiosas en lo filosófico y no como autoridades en filosofía33. Suárez, desde sus textos, y en comparación con los que dicen ser su inspiración, ha salido airado y es una superación tanto del nominalismo y escotismo de su época. No sólo su filosofía descansa en una gnoseología anti nominalista y anti escotista, sino que tiene su fundamento en una de las tesis del doctor Angélico.

Suárez no sólo plantea una gnoseología anti nominalista, ni tampoco sólo anti escotista, sino que encuentra su germen en Santo Tomás, del cual se inspira para obtener una metafísica fundamentada en el ente singular, y de esta manera el ente, el ser, la idea de naturaleza, quede totalmente depurada de los apriorismos y voluntarismos que más adelante engendrarán a la filosofía moderna.

Por Carlos Quequesana

1 Fragm. 3. (La traducción de este fragmento corresponde a la versión de J. P. GARCÍA BACCA, El poema de Parménnides, México 1962. N. d. T.).

2 Prof. de Teologia en Lille, en su tesis doctoral «Francoís Suarez. La philosophie et le rapports qu’elle a avec sa theoloqíe» (París, Desclée-Pícard}, 1921.

3 Prof, de la Universidad de Lovaina, en su conocida obra «Le point de depart de la Metaphysíque» (París. Alean, 1923. 26, 27).

4 En su obra «Guglielmo di Occam: Saggio storico-critíco sulla formazione e sulla decadenza della Scolastica» (Milano, Vita e Pensiero, 1941).

5 Profesor titular de la Universidad Francisco de Vitoria. Lo tomaré como modelo de acusación de escotista a Suárez basándose en su publicación Prieto López, L. J. (2017) “La impronta escotista en la metafísica de Suárez: conocimiento intuitivo, actualidad de la materia prima e hipostatización del accidente”, en Logos. Anales del Seminario de Metafísica 50, 207-227.

6 Cfr. Mons. M. D’HERBIGNY. «Etudes» , 169 (1921), pp, 242-243; DE ERCILLA, «Est. Ecle”,I (1922), pp. 98-112; P. DESCOQS, «Arch. de Phil.», II (1924), pp. 123-154 y IV (1926), pp. 82-192, respondiendo a una autodefensa de Mahieu en «Rev. Thom.”, 30 (1925), pp. 250-285: etc.

7 «Francois Suarez…” pp. 499. 501… “Mahieu va rubricando algunas tesis de F. Suárez con las siguientes y parecidas frases: «Suarez, en cela disciple d’Ockam.. .” (p. 504). «En cela encore Suarez suit l’ecole d’Ockam» (505), etc.

8 O. c., pp. 126-128… «Et pourquoi donc? quelle est la cause de cette dépréciation de la méthode déductíve? Si non sa défiance de l’íntellíqence elle-meene… S’ill se défie de l’intelligence c’est qu’ il à été ému par les objections des Nominalistes. L’homme n’échappe jamais compètement à son milieu…» «Le tempérament intellectuel du docteur espagnol né le prédisposait-il pas à celle défíance?» (o. c., p. 283)… «Mahlieu’s work- díce Keeler -on Suarez is frankly disappointed» («The problem of error from Plato to Kant», p. 128. n. 48, en «Anal. Greq.” (1934).

9 Cah., I. p. 185

10 Ratificamos en absoluto las siguientes afirmaciones del P. N. PICARD, O. F. M., «Quoad haec Marechal jam magnam partem operís absolvit; et Auctor noster (Giacon) simpliciter repetir conclusiones ad quas ille cum Seeberg et Landry pervenit, quin addat vix unam ideam originalem nec demonstrationen vere solidam suarum afflrmationum» («Antonianum», XIX, Jan.-Apr. 1944, p. 92).

11 “Suárez afirma que el principio de contradicción quizás no sea universal” (o.c. , p. 689).

12 O.c. p. 680

13 Idem.

14 O. c., pp. 35-41.

15 Manser OP, La Esencia del Tomismo, c. III, s. 1, II

16 Prieto López, L. J. (2017), p. 214.

17 Id. p. 216

18 Cf. Aristóteles, Física, l. I, c. 5 (189a 6-7)

19 «Ratiocinationern… iIlam philosophorum, qua disputant ita mentis aspectu intelligibilia videri et sensu corporis sensibllia id est corporalia, ut nec intelligibilia per corporis sensum, nec corporalia per se ipsa mens intueri… et vera ratio et prophetica irridet auctoritas… » en español: “ Raciocinación… La luz de los filósofos, donde argumentan que lo inteligible se percibe con la mirada de la mente y lo sensible con los sentidos del cuerpo, es decir, lo corporal, de manera que ni lo inteligible puede ser aprehendido por los sentidos corporales, ni lo corporal por sí mismo puede ser contemplado por la mente… Y la razón verdadera y profética ridiculiza a la autoridad”.(De Civ. Dei, 1, XXII. c. 19).

20 E. CHIOCCHETTI, «Note di Gnoseoloqia», «Riv. de Fil.», Neo-Scol. XXXII (1940), p. 283.

21 Nicolás de Cusa, Giordano Bruno, etc.

22 «Les Thomistes contemporaines… si l’on n’y prenait qarde, en pourrait donner une portée indealiste» (JOURDAIN MESSAlUT, O. P., «Rev, Thom”, 17 (1934~1935), pp. 221-222.

23 Las citas de Escoto aquí citadas son extraídas de: H. Salinas. Daimon. Revista Internacional de Filosofía, nº 82, 2021 pp. 171-185.

24 In Porph., q. 5 n. 4 (OPh, I, 27-28).

25 In Porph., qq. 9-11 n. 15 (OPh, I, 46)

26 Tal es el sentido negativo de este problema en Ockham y tal el sentido de sus expresiones: «Cualquier cosa singular fuera de sí misma será esto; cualquier cosa singular en sí misma es singular.» El ente por el mero hecho de existir es singular, y la posición negativa de Ockham es clara «No debe buscarse ninguna causa de individuación» Cfr. In 1 Sent., 2, 6, P. Q.; id. B.

27 Esto está en Santo Tomás, ver parte final de este artículo.

28 Disp. Met. VIII, 7, 25.

29 Disp. Met. II, 2, 11.

30 Disp. Met. VI, 6, 11

31 Disp. Met. VIII, 1, 6.

32 Cf. TOMÁS DE AQUINO, De veritate, q. 2, a. 5.

33 Esta gente es capaz de acusar de hereje contra el tomismo a cualquiera por decir esto, pero no a otros que plantean hipótesis de la congruidad esencial del tomismo con el liberalismo, tomismo con Amoris Laetitia, tomismo con … (hay citas aisladas para todos los gustos de los cuales se aprovechan).

Biografía de Francisco Suárez. Por Carlos Quequesana

Francisco Suárez es Tomista (Parte I) – Tomistas y tomismos. Por Carlos Quequesana

Francisco Suárez es tomista (parte II) – Las XXIV tesis tomistas, s. 1. Por Carlos A. Quequesana

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