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Lo confieso. Yo ya no sé si son tontos, torpes, corruptos, traidores, payasos, gilipollas, cobardes, miserables, pasotas, drogatas de sillón. titiriteros, saduceos, oficinistas, monaguillos, banderilleros, conserjes, acomodadores, taquilleros, muñidores, escribanos, conservadores, liberales, demócratas, falangistas, sádicos tontorrones,  blandengues, indecisos, meapilas, centrífugos, niñatos, vividores, enchufistas, hybridos, camaleones… o que están en la inopia, o durmiendo, o soñando, o en la antesala del psiquiatra o haciéndose una paja mental, o en el rastro… o acomplejados y perdedores…o en el zoco de las vergüenzas.. o son una agencia de alquileres o plusmarquistas que compiten en el campeonato nacional de lanzamiento de huesos de aceituna… o son del PP del incompetente  Don Pablo (¡ay, Pablo, Pablito, Pablete, cuánto te echamos de menos!).

(Pero antes de seguir déjenme que me ría con la nueva, novísima y clarísima, portavoz en el Congreso  del Partido Popular … sí, porque risa me ha provocado cuando muy solemne ha dicho en la primera entrevista que ha concedido que ella y su partido están aquí «para servir a los españoles»…exactamente lo mismo que decía siempre en todos sus discursos o en sus declaraciones a la Prensa mi buen amigo José Solís (amigo cuando le llegaron las vacas flacas y se encontraba más solo que la una). Verán.

 — Ministro (yo siempre le llamaba Ministro,  porque eso, aunque lo negaba, le rejuvenecía, no hay que olvidar que fue el  segundo Ministro más longevo de Franco) ¿y por qué decías tantas veces eso de «al servicio de España»?

—  já, já, já… — y se echó a reir como siempre, por algo llegaron a llamarle en sus años triunfales «la sonrisa del Régimen»… cuidado con Solís, que es el político que sabe reir o sonreír mejor del mundo, solía decir Emilio Romero de él a menudo — pues, muy sencillo, paisano (sí, me llamaba paisano porque aunque era de Cabra había nacido en mi pueblo de Nueva Carteya, que están a 17 kilómetros), porque a la gente de los pueblos les gusta saber que los políticos están para resolverles sus problemas… por eso algunas veces cambio y en lugar de decir «al servicio de España» digo «al servicio de los españoles»…eso les emociona y cuando lo oyen hasta se dan con los codos. .. Paisano, trucos, trucos, truquitos…es tan fácil engañar a los pueblos.

( y en esto tenía razón, porque yo fui testigo en uno de sus viajes, siendo Ministro Secretario General del Movimiento y Delegado Nacional de Sindicatos, verle entrar en una fábrica entre insultos y gritos de ¡¡fuera, fuera!!! y salir a hombros)  

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Bien, pues dejemos a la sustituta de «la Cayetana» (mi Cayetana) al servicio de España y de los españoles y vayamos al encuentro del nuevo Partido Popular, el de la moderación, el partido útil que pretende ampliar las bases para ganar en las urnas y echar de la Moncloa al Pedro y al Pablo de la eternidad.

También me causó risa el discurso de ayer de Don Pablo Casado (¡¡ ay, Pablo, Pablito, Pablete, cuanto te echamos de menos!) cuando trató de justificar su suicidio en su deseo de hacer del PP el partido de todos (bueno de todos los que le acepten a él como Jefe, incluyendo a mi guapa Inés y al fiero Abascal)… Y no sé por qué me recordó al Gil Robles que en las elecciones del 36 se lanzó ¡¡ A por los 300 !! y con este slogan: DADME LA MAYORÍA ABSOLUTA Y OS DARÉ UNA ESPAÑA GRANDE… ojo, pero a mí, a mi solo,.. Calvo Sotelo y sus monárquiios que vayan por su cuenta… y de José Antonio y sus falangistas ni me habléis… Aquí no se trata de Principios, ni de Repúblicas, ni de Monarquías, ni de Españas, ni de ricos ni de pobres… Aquí lo único que importa son las urnas y los votos… ¡¡hay que ganar las elecciones como sea!!… ¡¡ Hay que ir a por los 300!!…¡¡ Yo tengo que ser el nuevo Jefe del Gobierno!!!… já, já, já, já, já, já…y lo gracioso es que se lo creyó.  Y  se lo seguía creyendo ya en el exilio. ¿Cuando? ¿Cuándo se va a enterar Pablo, Pablito y Pablete y sus egeas drogados del sillón que aquí ya no hay moderación? ¿O puede haber moderación cuando enfrente tienes a unos contendientes que en cuanto puedan te mandan a Siberia… ¡Ah, y ya me ha salido el nombre que me quita el sueño!…¡Siberia!.  Es curioso, pero cuando Primo de Rivera, el dictador, quería quitarse de en medio a algún «amigo» lo mandaba a Fuerteventura (de donde se podía escapar a París) y cuando Franco, el dictador, se le mandaba a Ronda (donde se hacían poetas)… ¿Y no era Siberia el destino de los demócratas rusos de toda la vida  en cuanto se criticaba a Stalin?. Pues, seguid ampliando las bases, porque por el camino que habéis elegido llegaréis, seguro, a Siberia, la nueva Siberia, la Siberia del comunista Pablo. Por cierto ¿habrá urnas en esa Siberia?. EKATERIMBURGO.

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
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