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Siguiendo los escabrosos designios de la tibieza y la indeterminación ideológica de Núñez Feijóo, que se le contradicen con 140 pactos alcanzados en municipios y autonomías después del 28 M, la candidata fracasada María Guardiola mentó las enseñanzas de su madre para enrocarse en el fracaso, desdeñando con falacias los posibles acuerdos con VOX para poder presidir la autonomía extremeña. Miente cuando tilda de ultraderecha a VOX contra la protección de las mujeres y en contra del colectivo LGTBI. Permeabilizada con las instrucciones de la izquierda demoniza un partido constitucionalista con casi 4 millones de simpatizantes. Abogando por la dignidad que no pacta con radicales, estúpidamente asumida por el PP la etiqueta ultra contra el partido de Ortega Lara, esta podemita encubierta tras las listas de los populares ha brindado la oportunidad al PSOE para intentar reconquistar el feudo perdido. Tamaña traición contra sus votantes obliga a que se convoquen nuevas elecciones, una vez rotas las negociaciones con VOX debido a la intransigencia de una Guardiola que se juega a una carta saber hasta qué punto ha empleado con miserable totalitarismo los votos democráticos, arrojados a la basura de la desconfianza donde hurga el socialismo ya recuperada la presidencia del Parlamento.
Con la autosuficiencia que caracteriza a la ignorancia cree que podrá afianzar posiciones para gobernar en solitario, cuando los electores refrenden la confianza hoy decepcionante. No sería extraño que después de la actitud demostrada, fueran mucho menos los votos que podría recibir repitiendo como culpable la cita con las urnas por Extremadura. Seguro que muchos votantes no comparten el escoramiento radical a la izquierda, con el plumero a la vista de todos, de la supuesta candidata liberal.
Con esas tesis de individualismo que defiende la fracasada, revolcada miserablemente en la soberbia del mediocre que presume de triunfo sin haber ganado nada, la derrotada por sí misma ha impuesto una barrera de desentendimiento que afortunadamente no ha sido la tónica pactista poselectoral con las miras puestas en las Elecciones Generales. Con todo, la izquierdista mimetizada con las siglas del PP no ha sido divergente con el mayor escollo de comunicación que es Feijóo, seguro y envanecido con el objetivo de presidir el futuro Gobierno de España sin asociarse con VOX. Una brecha por la que puede colarse otro desgobierno Frankenstein que sería imperdonable afrenta contra millones de ciudadanos que advierten en Feijóo el peor candidato en las más nefastas circunstancias, cuando en los próximos comicios está en juego la supervivencia de España.
Porque de repetirse a nivel nacional el caso de Extremadura con la inmerecida candidatura de una radical en las filas del PP, con esa oxigenación al enemigo común que hará de todo para mantenerse en La Moncloa, puede que inexplicablemente, o fácilmente explicable por la necedad de los adversarios políticos, se pierda la oportunidad de cambiar el desastroso rumbo de autodestrucción programada inconscientemente por los que tienen en sus manos la ocasión de satisfacer las ansias de cambio. Guardiola es solo un síntoma, un mal ejemplo que confunde a los potenciales votantes, pero el verdadero problema es que representa un reflejo autonómico de la propia intransigencia de Feijóo en la política nacional: ese es el mayor problema que Sánchez intentará aprovechar hasta las últimas consecuencias.
Autor
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Editor de ÑTV ESPAÑA. Ensayista, novelista y poeta con quince libros publicados y cuatro más en ciernes. Crítico literario y pintor artístico de carácter profesional entre otras actividades. Ecléctico pero centrado. Prolífico columnista con miles de aportaciones en el campo sociopolítico que desarrolló en El Imparcial, Tribuna de España, Rambla Libre, DiarioAlicante, Levante, Informaciones, etc.
Dotado de una gran intuición analítica, es un damnificado directo de la tragedia del coronavirus al perder a su padre por eutanasia protocolaria sin poder velarlo y enterrado en soledad durante un confinamiento ilegal. En menos de un mes fue su mujer quien pasó por el mismo trance. Lleva pues consigo una inspiración crítica que abrasa las entrañas.
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Don Ignacio, es un placer leerle, pues escribe usted muy bien.
Y dice claramente lo que piensa.
Mis felicitaciones a usted, y a Ntvespana, por acogerle en este diario digital, que leo todos los días.
Muchas gracias, D. Luis, un placer que me lea en este excelente Digital de referencia por la libertad de expresión, colmado de virtuosos profesionales.
Esta moza de podemos con marchamo del PP iba a ser la Presidente de Extremadura y como es una lista y una bocazas…ya no.
Ha hecho un pan como unas tortas la muy estupida