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“A Coruña avanza” es el lema elegido por la candidata socialista -la actual alcaldesa- para las próximas elecciones municipales, un lema que, a la vista de como está la ciudad, no parece el más acertado salvo que le apostillase, como en el título de este artículo, “en bicicleta” ya que, a lo que se ve, merced a las obras realizadas por esta señora, es en lo único que se puede avanzar, eso y en patinete que casi se me olvida.
Que esta señora y su troupe se atrevan a utilizar como eslogan de campaña este de “La Coruña avanza” es una auténtica tomadura de pelo del todo ajena a la realidad de esos penosos cuatro años que lleva gobernando la ciudad, rodeada de un montón de incompetentes, una parte de ellos ni tan siquiera coruñeses como el caso del auténtico cerebro de la troupe, a la sazón nacido en Sierra de Outes.
Desde 2019 hasta hoy, La Coruña no ha dado ni un paso y mucho menos hacia adelante, más bien todo lo contrario. Ya lo hemos dicho más veces, la política municipal coruñesa se rige, punto por punto, por los mismos postulados por los que se rigió la de la marea entre 2015 y 2019 que llevó a nuestra ciudad a vivir los cuatro años más oscuros y sectarios de nuestra historia.
No solo no se hizo nada; no se acometió obra alguna; La Coruña desapareció como ciudad referente; perdimos el liderazgo en Galicia; no volvimos a liderar nada. De aquella ciudad de conciertos de primeras figuras, de magnas exposiciones, de grandes obras, de congresos de primer nivel, incluso de fútbol internacional, pasamos a una urbe mediocre, ralentizada, sin ambición y sin un proyecto de futuro.
Ahí se quedaron las obras de la Intermodal que si se construye será gracias a la Xunta de Galicia, el mismo caso que la ampliación del Hospital para el que tuvo el gobierno autónomo que exigir la aportación municipal bajo amenaza de cancelar el proyecto. Tampoco se acometió la tan necesaria ampliación de la avenida de Alfonso Molina y, en la llamada Ciudad de las TIC, el Ayuntamiento no ha aportado, hasta ahora, ni un euro. Para colmo, Granada ha recurrido la ubicación de la Agencia de Inteligencia Artificial que, en primera instancia, iba a tener su sede en La Coruña. En resumen, que durante los últimos cuatro años esta señora y su troupe no han hecho nada que merezca la atención de nadie, más allá de destrozar avenidas con su obsesión insana de colocar una red de carriles-bici por toda la ciudad que, prácticamente, no utiliza nadie.
La Coruña continúa mal iluminada y ya no sirve la burda excusa de que así los coruñeses podemos ver mejor las estrellas; La Coruña sigue sucia y las ratas campan a sus anchas sin que nadie les ponga coto; no se utilizan detergentes ni insecticidas, posiblemente porque hacen daño al planeta como dirían los ecologistas de salón, lo que está provocando que muchas especies arbóreas tengan que ser arrancadas de parques y jardines, aunque nadie da explicaciones de ello. La Coruña se ha convertido en una ciudad impracticable donde el que se quiera alojar en un hotel del centro tiene que hacer auténticas piruetas para llegar a él y, para eso, cargando con las maletas, circunstancia esta que no animará a los visitantes potenciales que se pensaran muy mucho acercarse a nuestra ciudad.
Parece que para esta señora tan solo merece su atención la hostelería hasta el punto de que hay establecimientos que abren sus terrazas ocupando la mayor parte de las aceras y no permitiendo el libre paso de peatones, no hay más que acercarse a la avenida de Montoto para comprobarlo. Incluso, otras ocupan la parte de la calzada destinada a aparcamiento de vehículos con el fin, sin duda, de limitar más la posibilidad de aparcar por aquella máxima, con la que esta señora se lució, de que “el que tiene una vaca tiene que tener un establo” y, por tanto, los propietarios de vehículos tienen que tener garaje. ¡Increíble!
Se trata de seguir, paso a paso y de manera acelerada la perniciosa y globalitaria “Agenda 2030” que, con fervor, apoya su jefe de filas en Madrid. Esa que pretende que sustituyamos nuestras laconadas y el chuletón de toda la vida por la ingesta de grillos y otros insectos, aduciendo la “salud” del planeta; la misma que pretende encerrarnos en nuestros barrios, cual guetos, y así controlar todos nuestros movimientos bajo la excusa de vivir en un mundo más ecológico y más bucólico, paseando en bicicleta y patinete.
Por lo demás, esta señora no ha hecho nada. De hecho, si se nos ocurre bajar a la calle Real, otrora orgullo de coruñeses y forasteros, nos encontraremos con el mismo mercadillo de vendedores ambulantes que permitió la marea. Mantas tiradas en el suelo y sobre ellas, bolsos, juguetes, carteras, paraguas, etc. Un auténtico batiburrillo que, en ocasiones, hace la calle intransitable, aunque la culpa la tienen los industriales que abren negocio en esta rúa que no exigen al Ayuntamiento la presencia de su Policía Local para impedir este mercadeo o de lo contrario negarse en redondo a pagar los impuestos municipales.
Han sido cuatro largos años baldíos en todos los sentidos, teniendo al frente a una mujer que ni ha sabido ni ha querido representar a la mayoría de los coruñeses, negándose a asistir a muchos actos que exigían su presencia como cabeza visible de la ciudad, razón por la que percibe un sueldo muy sustancioso.
A lo que se ve, esta señora solo ha tenido tiempo para disfrazarse de mascarita choqueira en Carnaval, acompañada de toda su troupe a los que también obligó a disfrazarse para formar una comparsa, la comparsa municipal, toda una definición de lo que, en realidad es, el gobierno del Ayuntamiento coruñés con esta señora al frente.
Y ahora nos viene con eso de que La Coruña avanza, ¿hacia dónde?, supongo que a hundirse más y más en la mediocridad más alarmante y eso es, precisamente, lo que tenemos que evitar los coruñeses el próximo día 28, echándola del Ayuntamiento en unión del de Sierra de Outes y el resto de la troupe.
Si queremos recuperar La Coruña qué esta señora se vaya ya y cuanto antes mejor. La oportunidad la tenemos el domingo que viene.
Autor
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José Eugenio Fernández Barallobre, español, nacido en La Coruña. Se formó en las filas de la Organización Juvenil Española, en la que se mantuvo hasta su pase a la Guardia de Franco. En 1973 fue elegido Consejero Local del Movimiento de La Coruña, por el tercio de cabezas de familia, y tras la legalización de los partidos políticos, militó en Falange Española y de las J.O.N.S.
Abandonó la actividad política para ingresar, en 1978, en el entonces Cuerpo General de Policía, recibiendo el despacho de Inspector del Cuerpo Superior de Policía en 1979, prestando servicios en la Policía Española hasta su pase a la situación de retirado.
Es Alférez R.H. del Cuerpo de Infantería de Marina y Diplomado en Criminología por la Universidad de Santiago de Compostela.Está en posesión de varias condecoraciones policiales, militares y civiles y de la "F" roja al mérito en el servicio de la Organización Juvenil Española.
Fundador de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña, del Museo Policial de la J.S. de Policía de Galicia y de la Orden de la Placa y el Mérito de Estudios Históricos de la Policía Española.
Premio de narrativa "Fernando Arenas Quintela" 2022
Publicaciones:
"El Cuerpo de Seguridad en el reinado de Alfonso XIII. 1908-1931" (Fundación Policía Española)
"La uniformidad del Cuerpo de Seguridad en el reinado de Alfonso XIII 1887-1931 (LC Ediciones 2019)
"Catálogo del Museo Policial de La Coruña". Tres ediciones (2008, 2014 y 2022)
"Historia de la Policía Nacional" (La Esfera de los Libros 2021).
"El Cuerpo de la Policía Armada y de Tráfico 1941-1959" (SND Editores. Madrid 2022).
"Policía y ciudad. La Policía Gubernativa en La Coruña (1908-1931)" (en preparación).
Otras publicaciones:
"Tiempos de amor y muerte. El Infierno de Igueriben". LC Ediciones (2018)
"Historias de Marineda. Aquella Coruña que yo conocí". Publicaciones Librería Arenas (2019).
"El sueño de nuestra noche de San Juan. Historia de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña". Asociación de Meigas (2019).
"Las Meigas. Leyendas y tradiciones de la noche de San Juan". Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña (2011).
"Nuevas historias de Marineda. Mi Coruña en el recuerdo". Publicaciones Arenas (2022). Ganadora del premio de ensayo y narrativa "Fernando Arenas Quintela 2022".
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Tiene usted toda la razón y, puesto que mi abuela es coruñesa, que tiene allí mucha familia y que yo visito constantemente la antaño maravillosa ciudad, lo sé bien. Pero me hace cierta gracia esa queja de aquéllos, una parte de los cuales «ni siquiera son coruñeses», no porque no esté de acuerdo, sino porque en Madrid es corriente encontrar a no madrileños entre los altos cargos o aspirantes «a» y, de hecho, los partidos políticos en la actualidad están repletos de personas que ni siquiera son españolas; y nadie, y digo NADIE, protesta, a nadie le parece mal, raro, anormal. Curioso. En cuanto a los disfraces, a las mascaritas, sí, son una de las plagas de nuestra época; todavía recuerdo hace unos años a Rocío Monasterio, Ortega-Smith y Espinosa de los Monteros disfrazados de supuestos «chulos» o «chulapos» en San Isidro, bailoteando una cosa con el lema de que iban a echar a Carmena.