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El súbito y «extraño» fallecimiento de Brandy Vaughan , una conocida crítica de los crímenes de FARMAFIA y denunciante de la inveterada inseguridad de las vacunas. Fue el pasado 7 de diciembre 2020. «Casualmente», ese mismo día siete el profesor Jean-Bernard Fourtillan, doctor, ingeniero químico y farmacéutico, exprofesor honorario de Química Terapéutica y Farmacocinética en la Facultad de Medicina y Farmacología de Poitiers, experto en Toxicología y dueño de 400 patentes en el ámbito médico fue detenido. E ingresado en un manicomio. Asesinar o psiquiatrizar a la disidencia, un clásico, tan bolche. Pero no solo URSS. La letal y anticientífica psiquiatría, la pieza más nuclear de la mafia sanitaria, sirve a una atroz maquinaria de control social que, tantísimas veces, se transforma en perfeccionado agente de la venganza social y política. Y la embustera Versión Oficial, obvio, a por los «herejes.
Psiquiatra: narcotraficante y cura, policía e inquisidor…
El filósofo indio Krihsnamurti afirmaba, rotundo, que “no es sano estar bien adaptado a una sociedad enferma”. Evidentemente – tras la plandemia, más- nos vuelven literalmente y concienzudamente locos. La psiquiatría como brazo criminal del Sistema. Metódicos abusos criminales psiquiátricos. Un bata blanca, vulgo loquero: diabólico cruce entre narco y sacerdote, madero e inquisidor, rata de cloaca y etérea cucaracha. Una mayúscula estafa asesina. La locura, como gran lugar común, falaz y rastrero. Como grandilocuente mito contemporáneo. Demencia proyectada por los deletéreos mass-mierda y taimadamente generada por el poder (bio)político, en la línea del celebérrimo proyecto MK Ultra. Y robustecida con nuestros pervertidos estilos de vida.
La cincelada estafa de los comecocos: psicología, psicoanálisis y psiquiatría. La ilógica lógica de los psicofármacos, absolutamente perversa. Drogadicción en masa de poblaciones enteras. Idiotización y control social (previo: mental y espiritual). Una nueva y amaga Naranja Mecánica, con infaustos expertuzos y corruptores de cerebros amenazando con terapias y técnicas para remediar estereotipos sexistas, machistas, racistas. Lo raro, lo que no encaja, el unheimlich freudiano. Primero se asalta la conciencia de la población imponiendo, falseándolo, un modelo según el cual el bienestar y el malestar de los sujetos dependen de un falaz estado bioquímico. Más tarde, se pone al alcance de la mano de dicha población una “cura” en forma de pastilla. Un nuevo soma huxleyano.
A la luz de las leyes que rigen el mecanismo de los mercados, nos encontramos ante el diseño uno de los grandes negocios que mueven el mundo. La criminosa y criminal FARMAFIA. Engañar a la gente y encubrir los problemas bajo la alfombra, un negocio que nunca dejará de incrementarse. Los amos y sus camellos quieren que soportemos el imposible ritmo vital y, mientras, nos proporcionan los “auxilios” necesarios para ello. La imposición del estilo de vida estatolátrico y capitalista tiene efectos secundarios. Las cuerdas se dilatan hasta que se rompen.
La realidad, un colosal manicomio
Universidades, medios de comunicación y consultas vomitan su mierda sin descanso. ¿Estás jodido? Bien, tus niveles de dopamina o de serotonina se encuentran alterados por un desequilibro químico. No te preocupes, te podemos “ayudar”. Obviamente, la desazón que mora en tu cabeza tiene que ver con el padecimiento de tu vida. Y, desde luego, no podemos ni debemos ignorar factores determinantes.
Las condiciones de vida, la esclavista situación laboral, la liquidación de las relaciones sociales, el acabose de las saludables relaciones entre ambos sexos, el aniquilamiento de la vida comunitaria o, simplemente, el aire envenenado que llevamos respirando toda nuestra vida en nuestras urbes de mierda (quien viva en Madrid, que mire hoy al cielo desde algún lugar elevado). Tenemos lo que los amos nos dan.
El manicomio ya no está hecho de correas, muros, barrotes, cerrojos. Se ha vuelto vago, impreciso, incorpóreo. El verdadero manicomio hoy son los psicofármacos. Estamos en presencia de una turbadora mutación antropológica: los psiquiatras y FARMAFIA ya no se limitan a curar a los “enfermos”, también pretenden curar a los sanos. El mundo, Occidente, como gran frenopático.
Psiquiatría, el gran y asesino timo
Psiquiatría, una falacia fracasada. Psiquiatría, una parodia de medicina y ciencia. La psiquiatría, combatiendo contra lo más noble que hubiera podido tener la medicina de antaño. La psiquiatría como pseudociencia y como ideología totalitaria auxiliada por la fuerza y la coerción, sus apoyos no se hallan en la ciencia o en la moral, sino en los jueces y fiscales esbirros del Leviatán. Salud mental: hipernegocio. Y meter el turbo del control social. Fraude psiquiátrico astuto. Violación con otro nombre. Cuando ya los fármacos que matan no bastan, vuelve el uso oculto de del electrochoque. Este es el nuevo manicomio, menos visible, más discreto: diagnóstico y psicofármacos subyugan la escena. Drogando sin cesar al populacho.
Drogando bajo la coartada de la curación. Actos criminales como terapias. Incluidos niños, con la fraudulenta trola del TDAH. Metiendo a criaturas enanas ritalín o concerta en vena. Vamos, en román paladino, anfetas. Tráfico de drogas para niños. La muchachada, futuros consumidores del meganegociete. Las escuelas, ora manicomios, ora ludotecas, diagnosticando, con las complacencias paternas, a todo quisque. El control mental y social infantil llegará después. Y su inexcusable porción de violencia. Trastornos creados por decreto en los sórdidos DSM. Los manuales yanquis. Ahora el quinto. Sus páginas, perfectos envoltorios para recoger las heces de tu chucho.
Se inventan enfermedades para vender drogas. Legales, eso sí. Diagnósticos falsos para obtener provecho económico, La esquizofrenia, paradigma de la industria más pingüe y abyecta de este mandarinato de carniceros. Se achicharran vidas. Los electrochoques nunca dejaron de existir. La lobotomía, psicocirugía, finamente expresado, una escabechina humana.
Psiquiatría mediante, se arrasa con el más elemental sentido de justicia, corrompiendo leyes y moralidad. Un ejemplo sangrante: existe un indeterminado número de abortos coactivos en España a manos de psiquiatras que no quieren que los ciudadanos veamos la catástrofe padece un crío cuando nace después de haber estado sufriendo la “medicación” psiquiátrica que tomaba la madre. Otro ejemplo, tan doloroso también: tutelas de jóvenes y adultos, el hampa del AMTA, pues. O el “asombroso” asunto de los yonkarras. Se promueve la idea de que la adicción es incurable. Nocivo artificio en los diagnósticos de los colgaos del jaco. Más madera.
Almas esclavizadas
Cómo restituir al hombre su alma, en definitiva. Cómo imposibilitar que el monstruoso Estado y el avasallador Capital nos desposean definitivamente de nuestras propias existencias. Cómo aspirar a una hebra de belleza en este perturbado mundo. Y apetecer algo de justicia divina. Si Alguien habitase en las alturas. En fin.
…La falacia de la psiquiatría, el marketing de la locura: excelente docu contra esta panda de tarados. Ellos, sí. En fin.
Autor
- Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.
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