17/05/2024 05:45

Pobre Justicia nuestra, tan digna y meritoria que la han sorprendido con el pie cambiado en el desfile de la democracia, convertido en paseo de intrigantes, con los delincuentes porfiando para convertir la ilegalidad en norma y perseguir el mandato imparcial de los jueces. El desánimo es palmario cuando el mal se troca en benigno y la bondad pasa a ser pecado. Cuando toca a rebato una corneta tardía que marca el principio de la batalla contra las leyes, desde la confiada poltrona del criminal erigido en perseguidor de inocentes. ¡Cómo ha cambiado la democracia travestida, cuando los estafadores han indagado sobre las debilidades de un sistema de libertad aparente! ¡Cómo ha degenerado para que unas minorías infectas decidan sobre decenas de millones y den la vuelta al calcetín de los tribunales, con la toma de malhechores hasta en el Constitucional, por si no hubiese sido poco prostituir la fiscalía!

Pobre Justicia sobrepasada que deja expuestos a los magistrados por cumplir con el deber de la conciencia y la ardua labor del arbitraje en una España sin dignidad. Pobre Justicia nuestra que la impotencia la sonroja; atada de pies y manos aun estira el cuello para que no se tense la soga tendida por los maleantes que se burlan de sus sentencias. El mal personificado llegó con trampas y chulería para que un muerto de hambre se subiera en el Falcon, después de hacer carrera política entre vapores de sauna. El que ha abierto la puerta para que el crimen majadero se suba a tu chepa, encubriendo sus delitos que no son pocos y mostrando la desvergüenza que es toda, pobre tú, Justicia.

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Pobre Justicia, cómo la han engañado mimetizando a los forajidos con las togas embarradas en los campos desolados de una ley confiada. El ultraje de la mentira convertido en instrumento de tortura, presto a vengarse de los hombres y mujeres honorables que quieren linchar unos desaprensivos. Justicia como un roído calcetín dado la vuelta para cubrir las pezuñas del diablo que cocea a placer el bien cosechado. Criminales fuera del banquillo para colocar a los jueces ante la nulidad de las leyes, cuando se ha asaltado el honor y no queda sino la esperanza de que un día reaccione esta Justicia humillada, de pie cambiado, tan vulnerable y expuesta… hasta que se revuelva con la fuerza de la verdad que asiste a los mantenedores del orden, sin arredrarse, buscando el modo de devolver al delincuente a su espacio exiguo de cárcel, pues quien no merece respeto no se le obedece, ni quien manipula los órdenes es digno de salirse con la suya.

Despierta Justicia, no ofrezcas el cogote para descoyuntarte, resiste y fortalécete con la memoria de los honorables, porque aún te quedan energías para disponer de esperanza, recurrir al ingenio y si es posible a la fe perdida. Justicia por la libertad, jueces en condiciones de dar la batalla contra el criminal que desde la apariencia política, despluma al antojo el código penal y te trata como a una gallina. Ya basta, revuélvete y sal del gallinero de la rutina, el Pueblo se harta.

Si cierto es que la apariencia engaña, la Justicia ha de ver más allá de esa apariencia. Un análisis concienzudo de las actitudes delictivas de sus atacantes, incluidos los que comanda Sánchez, aguzará el ingenio para ver una realidad que los malhechores esconden. Tras las leyes está la solución al abuso político, al asalto de la imparcialidad judicial y es cuestión de experiencia coger el truco y sorprender al enemigo, y trocar las tornas del ataque para convertir la defensa de la Justicia en un golpe definitivo contra los delincuentes que la acechan. Un golpe de timón, una circunstancia cambiante, una oportunidad sorpresiva puede constituir un punto de inflexión para que esta pobre Justicia nuestra asediada, encuentre la forma de resarcirse y llevar al banquillo a la panda de forajidos que busca venganza, estafando a todo un país y silenciando a los que pueden juzgarlos. Una pobre Justicia rearmada dejará de ser pobre para cumplir con su deber sin cortapisas, siendo la principal el estafador de La Moncloa; el que tiene sobradas posaderas para sentarse en el banquillo de los acusados, expulsado del poder y mejor con prisas. ¡Despierta, Justicia, tú puedes!

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Editor ÑTV ESPAÑA
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