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Dos posibles investiduras porque la estrategia un tanto sucia y esperable consistió en celebrar en Ferraz un triunfo que no le correspondían Sánchez, influyendo así en la percepción de la opinión pública y dando justificaciones a los cancerberos de la prensa comprada para custodiar las puertas del averno donde cuelga el cartel del PSOE. Táctica típicamente goebbeliana y de usos estalinistas , un todo en uno de ventajismo al que no hace ascos quien se ha colado de rondón, adelantándose a un PP al que, por lo pronto, le ha arrebatado la Presidencia del Congreso y váyase a saber si antes a VOX la victoria del 23J. Una maniobra de engaño que Feijóo parece agradecer cuando sus antecedentes entregando en bandeja el Tribunal Constitucional ha favorecido los planes socialistas en detrimento de VOX, el que parece único adversario de los populares dejando que el de La Moncloa haga y deshaga a su antojo.
Llamados los dos candidatos a presentar sendas investiduras , las rondas de contactos de Felipe VI se celebran con el veto independentista que serán socios necesarios para la investidura de Sánchez, en tanto Feijóo presenta como aval consentir con el PNV prescindiendo de VOX, lo que matemáticamente es una absurdez-como tantas otras del candidato gallego-para conseguir siquiera que se contemple una investidura salvo que espere un «acto patriótico» por parte de Santiago Abascal y los suyos para impedir otra legislatura Frankenstein con riesgo de colapso definitivo de la España constitucional.
Es paradójico que con la decisión, Su Majestad puede estar marcando el propio futuro de la Corona cuando amenazan chuzos de punta a la puertas del Congreso y en todo el territorio nacional, agazapados entre las sombras monclovitas los enemigos del Estado español y de los propios españoles.
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