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Desde luego del 9,8% de Marzo pasado, no. Esta es la inflación media de todos los cerca de 500 artículos, de todas las regiones que entran en la cesta que el INE considera para su estimación del IPC. Pero esta no es la cesta de la compra diaria de la mayoría de los españoles en que los productos de alimentación, más los consumos energéticos en casa y para ir al trabajo son los que más pesan, hasta más de un 90%.
Otra cosa que nadie nos cuenta: los precios nunca bajan, los precios se acumulan y cuando se dice que baja la inflación es que sube menos que el mes o el año anterior. Por ejemplo, si el mes anterior fue de un 3% y este del 5%, la inflación ha subido dos puntos porcentuales. Si por el contrario, en vez de un cinco por ciento hubiese sido del 1%, el IPC habrá descendido dos puntos, pero se ha registrado una subida de un punto sobre la del mes precedente. La inflación bajaría solo si fuese negativa, es decir si los precios ponderados en su conjunto hubiesen decrecido.
La inflación es a la economía lo que la hipertensión a la salud, Ambas van minando de forma silente los dineros de los ciudadanos, devaluando su valor, en el primer caso y la salud de las personas, en el segundo.
La inflación es también el mayor impuesto de los más pobres, ya que los precios suben de manera indiscriminada para todos y no es lo mismo que, por ejemplo, un kilo de carne suba de 100 a 150 euros a quien gana 1.000 € al mes, que a quien gana 5.000.
La tabla de más arriba recoge 18 productos que hemos seleccionado de las 200 subclases de productos (de 500 artículos totales) que el INE considera en su cesta de la compra, cuyo consumo es imprescindible en cualquier hogar. Considerando la media simple de estos artículos, éstos no han subido un 9,8% sino un 23,3% y si atendemos a la ponderación o el peso de cada uno de ellos, el 23,3% subiría hasta un 34,8%. Tres veces y media más de la media general que nos dicen los políticos y abren los telediarios.
Esto quiere decir que cada hogar tiene su propio IPC que no es otra cosa que el correspondiente a los productos que este hogar haya consumido en el mes o período de referencia. Lo que mes a mes nos ofrece el INE y difunden los medios de comunicación, no es más que una media ponderada de los 500 artículos, equivalentes a los 200.000 precios recogidos a todo lo largo y ancho de toda España. Algo, que como todas las medias suelen encubrir la realidad de las cosas, de ahí el conocido chascarrillo del medio pollo y el pollo entero.
Pero, hablemos de la inflación que hablemos, ya estamos a la mismísima puerta de los dos dígitos y mucho nos tememos que no se detendrá ahí. Nada nos extrañaría volver a ver aquellos tiempos de UCD de finales de los años 70 e inicios de los 80 en que en media superábamos con creces la veintena de puntos porcentuales. La diferencia es que entonces hubo los Pactos de la Moncloa que contribuyeron a volver a la senda de una cierta normalidad y ahora no solo no se toman medidas, sino que se encubren las causas y los efectos bajo las culpas de lo que fuera acontece.
Con inflación de dos dígitos creciendo, el fin de la compra de deuda por parte del BCE, la inevitable subida de los tipos de interés y la prima de riesgo, una deuda estatal desbocada en manos de terceros países (China) y grandes fondos de inversión globalistas, o alguien nos rescata de nuevo con drásticas medidas nunca vistas en nuestra economía, o quebramos como nación. Que será lo más probable.
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