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En sus enmiendas ERC reseñaba los crímenes contra la humanidad llevados a cabo por Franco durante la guerra civil. Se consideran crímenes de lesa humanidad, o contra la humanidad, aquellas atrocidades y delitos de carácter inhumano que forman parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil, cometidos para aplicar las políticas de un Estado o una organización.
La definición es clara. ERC, durante los años que estuvieron en el gobierno de la Generalidad -exceptuando de 1931 al 19 de julio de 1936- cometieron atrocidades y delitos inhumanos contra una parte de la población catalana, aplicando sus políticas sectarias. Y la demostración palpable son los 26.606 asesinados en Cataluña por no considerarlos “demócratas”. Sobre esto no hablan porque no les importa y por otro hecho. Saben que son inmunes, tienen patente de corso. Nunca se atreverá nadie -ni la derecha cuando gobierne- a juzgar a estos personajes y los crímenes cometidos y que están tipificados. Tampoco se incluirán en la ley de Memoria Democrática a los “demócratas” de derechas. Pero no solo eso, las matanzas de Paracuellos del Jarama y Torrejón de Ardoz, por poner un ejemplo, también son crímenes de lesa humanidad, pero esto a nadie le interesa que se incluya en la ley de Memoria Democrática.
También han quedado impunes, porque se han hecho desaparecer de la memoria pero no de los papeles, toda una serie de asesinatos cometidos contra la sociedad civil. Muchos son los ejemplos que podríamos poner, pero vamos a detallar los más significativos.
En toda Cataluña se asesinó a 254 alcaldes que podemos catalogar de derechas. Muchos de ellos surgieron después del intento de golpe de estado del 6 de octubre de 1934 por Lluís Companys. Tomaron posesión de la alcalde, siendo amenazados que acabarían con ellos. En el momento de estallar la guerra civil cumplieron su palabra. En muchas ocasiones eran asesinados con todos los miembros del consistorio, como afines al alcalde y a la política de derechas. La inmensa mayoría eran payeses y, en algunos casos industriales o propietarios. Su delito no ser “demócratas” y no comulgar con las ideas políticas que se impusieron en Cataluña durante la guerra civil.
Algunos de los republicanos juzgados en Consejo de guerra de 1939 a 1945 formaban parte de las patrullas de control. Estos coches recorrían Barcelona y los pueblos de Cataluña persiguiendo y asesinado a todos aquellos que no pensaban como ellos. Los llamados “coches fantasma” sembraron el terror en Cataluña durante los 10 primeros meses de guerra. Posteriormente desaparecieron, porque ya no había nadie a quien asesinar. Hablemos de dos familias que sufrieron la persecución de un coche fantasma.
El 30 de julio de 1936 fueron asesinados el maestro nacional Luis Piquer Jové y sus dos hijos José y Ángel Piquer Pellicer, en la carretera que va de Parets del Valles a Sabadell. Los persiguieron por ser católicos. Como declaró María de las Mercedes Piquer Pellicer ante el tribunal de la Causa General…
“Una vez finalizada la guerra la policía le pregunto a la viuda, Doña Mercedes Pellicer Casanovas, si conocía a los 30 hombres que habían asesinado a su esposo y a sus dos hijos. La viuda de Piquer respondió: Sí los conozco, pero no los voy a denunciar, pues ahora soy yo sola la que llora la muerte del marido y los hijos; y si los denunciara serían 30 las mujeres que llorarían la muerte de sus seres queridos”.
Aunque ella no quiso decir el nombre de los que asesinaron a su marido y a su hijos, estos fueron Amadeo Pages, Pedro Palou, Amadeo Ramón, Esteban Saguer, José Pera, Proyecto Forns, José Casas, Pedro Xicola, Jaime Masagué y Juan Ramón.
También pasan al olvido los nombres de aquellos que asesinaron a la familia Argemí. El padre, Juan Argemí Guash, fue asesinado en la carretera de la Rabassada, el 9 de agosto de 1936. Sus hijos Jaime, Luis y Francisco Argemí Farrán, los asesinaron en el cementerio de Montcada i Reixach, el 22 de julio de 1936. También se olvidará el nombre de los miembros de los piquetes que fusilaron a cientos de personas en los fosos del Castillo de Montjuic, como Nazario Alibés Casellas o José Colom Vidal, entre otros.
Hay una característica que excluye la Ley de memoria Democrática y es el testimonio directo de las personas. Hemos visto como la madre y esposa de los Piquer no quiso decir el nombre de los asesinos, perdonándoles la vida. Y no es el único caso. Casi todos ellos perdonaron a sus ejecutores. Un ejemplo es el padre de José y Anacleto Dislá Andrés. Esto señor vivía en el barrio del Carmelo de Barcelona. En su mima calle también lo hacía el asesino de uno de sus hijos. Nunca lo denunció. Cada día, cuando este bajaba del autobús y pasaba por delante de su casa, el Sr. Dislá salía a la puerta y rezaba el Padrenuestro. Siempre coincidía que recitaba “y perdona a los que nos ofenden” cuando pasaba por delante de él.
Todos estos y muchos más forman parte de los 26.606 personas asesinadas en Cataluña durante la guerra civil y que ERC no considera demócratas. Todos ellos forman parte de los Crímenes contra la Humanidad que cometieron cuando gobernaron Cataluña con la ayuda de los anarcosindicalistas y el comunismo. También en el resto de la España republicada se cometieron crímenes con las mismas características de lesa humanidad. Todos los tildados como no “demócratas” por ERC y los que han apoyado la ley no tienen derecho a formar parte de la memoria democrática. Con lo cual la ley puede ser de memoria, pero no es democrática al apartar a unos españoles que fueron perseguidos y asesinados por no pensar igual que los otros.
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