28/09/2024 16:01

Bajo este anglicismo está apareciendo una forma cultural dañina de difícil aprehensión racional que forma parte de la ola popular que se cierne, especialmente, sobre la juventud.

“Woke” quiere decir “despierta” y quiere ser una provocación del estilo “¡quéjate!”, “¡denuncia!”, “¡protesta ante el poder!”, “¡alíneate con nosotros!”, etc. todo ello inserto en una forma de vivir sin normas sociales, en una “anomia”. En algún aspecto recuerda al anarquismo posmarxista del París de mayo del 68, pero en el caso de la cultura “woke” no aparece la racionalidad. Se cuestiona la aritmética, participa de la revolución de la conducta sexual, pero va más allá fuera del amor libre del “haz el amor no la guerra” e impulsa la homosexualidad o la perversión sexual.

Una de las características de la cultura “woke” es fomentar el enfrentamiento en los asuntos binarios. El marxismo afirmaba que la historia la mueve la lucha de clases para modificar las relaciones de producción y, para ellos, la historia no tiene ninguna otra causa eficiente que esa lucha hasta el punto de que oí decir a un marxista que “el pueblo judío no tiene historia”, ya que no advertía que hubiera lucha de clases en el Antiguo Testamento. Análogamente el “pensamiento woke” introduce la lucha en el seno de la convivencia pero no protagonizada ni por la clase obrera ni por filósofos como Marcuse, en el mayo del 68, sino fomentando la lucha en cualquier ámbito, padres contra hijos, hombres contra mujeres, demonizando a todo lo masculino, llegando a afirmar que hay que combatir la razón “porque es masculina”.

En los Estados Unidos de América y en Canadá, uno de los temas binarios con los que se ha generado el enfrentamiento es el racismo o antirracismo, no dejando posición intermedia que pondere otras circunstancias, llegando a provocar reacciones asfixiantes de la libertad de expresión por el solo hecho de manifestar en la universidad alguna idea que no les sirva a los “woke” para el enfrentamiento”.

Ciertamente nos encontramos con una concepción del hombre desligado de la trascendencia. Estamos ante una nueva rama del frondoso árbol de poner al hombre por encima o al margen de Dios, algo que empezó con el Renacimiento, el Protestantismo y la Ilustración, la Revolución francesa y la Revolución soviética, línea humanoide con la que convive el mundo de la economía liberal que aprovecha los avances de la ciencia y sus asombrosas aplicaciones técnicas, es decir, lo que constituye el liberalismo económico, que es lo que ha dado lugar al capitalismo alcanzando una extraordinaria potencia con la aparición de la electrónica, teléfonos móviles e internet, todo ello fomentando y basándose en el individualismo con el habitual “I” es decir, “yo”, que se aplica en los “I pad” y en los “I phone”.

En España hay un tema binario sobre el que se demoniza a quien manifiesta algo en contra de la opinión decidida por los poderes. Un ejemplo que me viene a la memoria y que ocurrió hace más de veinte años, fue que a Mercedes de la Merced se le acabó su carrera política en el partido popular por afirmar la obviedad de que en tiempo de Franco se habían construido muchos embalses, y hace unos días han pedido el cese de una Consejera en Valencia por decir que Franco es un personaje histórico. En estos temas binarios o estás conmigo o estás contra mí.

Este sistemático enfrentamiento binario, se opone a la convivencia y a entendimiento entre el hombre y la mujer, entre padres e hijos, entre el empresario, los técnicos y los obreros, entre los de izquierdas y derechas. Todo hay que vivirlo en la lucha. Sin embargo, la historia no la hacen los que luchan sino los que saben por qué luchan.

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Nada nuevo bajo el sol. El hombre llega a desentenderse de su origen, no tiene en cuenta, lo que ha recibido, tampoco se cuestiona qué es la naturaleza en la que vive y no se pregunta por qué él, tiene alma racional; en definitiva no le interesan las pregunta esenciales; el hombre ve que cada año crecen los cultivos y no sabe por qué y actúa a partir de ese crecimiento del que se alimentan los seres vivos, y al vivir en un estado de bienestar, el hombre va dejando de utilizar correctamente la razón, el logos, olvidándose del Verbo aunque con la Encarnación de Éste se construyó la civilización occidental y la mayoría de los hombres a los que vino, ya no le reconocen y viven como si no estuvieran creados a imagen y semejanza del Creador, uno y Trino, porque su esencia es el amor.

José Luis Montero Casado de Amezúa

Autor

Jose Luis Montero Casado de Amezúa
Jose Luis Montero Casado de Amezúa
Ingeniero Agrónomo.
A lo largo de su trayectoria profesional, Montero Casado de Amezúa ha desempeñado diferentes puestos de responsabilidad en el Ministerio de Agricultura, como jefe provincial del IRYDA en Cáceres (1981-1985), subdirector general de Coordinación Institucional (2002-2004), director general de SEIASA (2012-2014) o vocal asesor en la Dirección General de Desarrollo Rural (2014-2020), entre otros.
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