A Dios y a la Patria, solo se JURA. Por Miguel Sánchez

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¡Cuando se juraba, ante la ENSEÑA NACIONAL, con el Águila de San Juan, símbolo cristiano de nuestra Reina Madre, S.A.R. Dª Ysabel y ante un sacerdote, como testigo de la fe en Cristo!

Todos Jurábamos por Dios y la Patria, no había promesas, pues eso es propio de cuando éramos pequeños y le prometíamos a un amigo, que le daríamos una bola muy bonita, si nos dejaban jugar al “Gua”, con ellos.

Esa es mi Bandera y ese mi Escudo, aquél por el que como Caballero Legionario juré y al que le debo amor, sacrificio y lucha y por el que moriré defendiéndolo, porque al hacerlo, no solo defiendo a mi Patria, sino que también defiendo a mi España católica, por la que murieron millones de españoles, a través de los siglos.

Desde 1978, está implantada una Constitución que profana a Dios y a la Patria, porque España siempre ha sido católica y solo ha creído en Dios. Y eso no solo no es “La Carta Magna”, sino que es un Panfleto, que pone al mismo nivel, a la fe en Cristo y a la misma altura de Herejes, Ateos y otras religiones o anticatólicos, que en minoría las procesan.

Gracias a ello, España fue la mayor evangelizadora por todo el mundo y los pueblos hispanos de América y de otras latitudes, lo siguen siendo a través de los siglos.

El mayor orgullo para un español es creer en Dios y defender la Patria, si fuera preciso, derramando la sangre por ellos.

¡A Dios y a la Patria, solo se la JURA!

¡VIVA CRISTO REY!

¡VIVA MI REINA MADRE!

Autor

Miguel Sánchez

Empresario. Licenciado en Marketing y en Dirección de Ventas. Escritor de varios libros, sin publicar, aún. Aficionado a la escritura y a la historia de España.

Caballero Legionario que fue del IV Tercio Sahariano Alejandro Farnesio, en dónde estuvo en Mando Bandera. Escogido para portar al Santo Cristo de la Buena Muerte, representando a la Xª Bandera.

Congregante del Santísimo Cristo de la Fe, Cristo de los Alabarderos y María Inmaculada Reina de los Ángeles, en la Catedral de las Fuerzas Armadas

Luchador nato por el Valle de los Caídos y sus monjes Benedictinos, por nuestro Cristo Redentor, la Familia, contra el Aborto y la Patria Grande, Unida y Gloriosa, desde la muerte del General Invicto.

Amigo, seguidor y admirador de la figura más transcendental y entrañable del siglo XX español, D. Blas Piñar, mi Caudillo, siempre junto a él, tuve el honor de aplaudirle, ovacionarle, dialogar y abrazarle, porque era mi ídolo y lo seguirá siendo por toda la eternidad. Y tengo el orgullo, que de sus magníficos libros escritos, poseo unos diez, dedicados, con cariño y con su pluma de oro, como escritor en la excelencia.

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