Las ratas unidas jamás serán vencidas. Por Julio Merino

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Y más cuando todo un Ministerio se saca una «Ley de las ratas» para protegerlas (50.000 euros de multa y 18 meses de cárcel a quien se atreva a matar UNA) o cuando los Medios y las Redes se hacen ratas para todos unidos comerse a VOX, el único ser vivo que todavía no se ha dejado comer por el Arco Iris… ¡cuánto disfrutarán hoy la Ministra Ione y su melliza, la simpar y doctora «sí es sí», y todas las ratas de dentro y fuera del Parlamento cuando vean en la pantalla un 52 frente a un 195 y a la nieta de aquel general que tomó Cataluña a cañonazos y hoy preside, ¡con esos pelos¡ el corral de la Pacheca, disfrutando como una enana.

Una «Ley de defensa de los animales» o «Ley de las ratas» ( las de las alcantarillas del fango y la «merde», pero también las de las subvenciones y los Villarejos)…porque, las ratas son seres vivos y como tales tienen sus derechos, entre otros comerse España, las Autonomías, o a VOX, ilegalizándola. Eso ya no es delito, eso es Democracia y Libertad.

Claro, que para mí no es ningún secreto descubrir ratas, pues es un DON que Dios, o quien sea, me concedió al nacer. Huelo una rata a 10 kilómetros de distancia y las conozco mejor que a muchos de mis amigos… ojo, a los ratoncitos. ratoncetes o ratoncetas, también.

Sólo hay que contemplar el mapa de España tal como lo vio un genio llamado F. BARREDO para ilustrar uno de mis artículos de «El Imparcial» cuando se debatían las «Nacionalidades Históricas» y el «Café para todos» (incluso así lo expresé en mi libro «Jaque a España» aunque algunos como Gonzalo Fernández de la Mora, Martínez Esteruelas o Torcuato Fernández Miranda fueron a más, e incluso, votaron NO)

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¿Y por qué le han dado cobijo a las ratas las Ministras Irene e Iona? ¿Cuáles son esos derechos que según ellas tienen las ratas? Naturalmente, tendrán los mismos derechos que las personas. O sea, una vivienda (okupas), una nómina fija (los liberados), una ayudita (las subvenciones), un Partido («Podemos»), un cerebro (Iglesias), una guapa con dientes (la Vestringe), un golfo (Monedero) y, claro está, un Jefe (Don Dios).

Pues, si entre ratas anda el juego ya me dirán lo que va a pasar hoy con la Moción de Censura de Abascal y Tamames (veo a VOX y se me viene a la memoria la primera película que vi en mi vida «El último mohicano») o dónde va España… ¡¡¡Oh, no, no, no, que ahí está don Alberto, el gallego que ni sube ni baja, para acabar con las ratas y salvar ESPAÑA !!!

Autor

Julio Merino: Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.