13/05/2024 21:09
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Entre las principales funciones de todo Estado democrático y social se encuentran garantizar la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley y velar por la seguridad del conjunto de la población. Pues bien, desde la llegada de Pedro Sánchez al poder, en España estamos asistiendo a una situación realmente paradójica, ya que el Gobierno socialcomunista no hace otra cosa que contravenir ambos preceptos. De esta forma, la desigualdad ante la ley y la inseguridad ciudadana imperan a lo largo y ancho de todo el territorio nacional, amenazando con destruir los propios cimientos sobre los que se asienta el Estado de Derecho.

Todo ello obedece a la desmesurada ambición de poder de un político como P. Sánchez el cual, por un lado, adolece de una amoralidad maquiavélica, un egocentrismo patológico y una absoluta falta de escrúpulos, y, por otro lado, presenta unos resultados electorales tan paupérrimos que necesita del apoyo de comunistas e independentistas para mantenerse al frente del Gobierno de España. Conocedores de este escenario, tanto comunistas como independentistas han exigido a cambio de sus votos una serie de contraprestaciones cuya concreción traspasa sobradamente los límites marcados por la Constitución. Así, las demandas de este frente desquiciadamente antiespañol atentan contra la unidad de la nación española, contra el Estado de Derecho y contra la convivencia pacífica entre los españoles.

En cualquier caso, lo que está sucediendo en la actualidad no debe sorprender a nadie mínimamente informado, ya que tan solo supone la culminación de un proceso de destrucción nacional que comenzó a fraguarse en la pasada legislatura.

Así, plegándose sumisamente a los absurdos y pervertidos planteamientos de la izquierda populista, P. Sánchez, en lugar de castigar con la mayor severidad las agresiones sexuales, impulsó la aprobación de la llamada “ley del solo sí es sí”, la cual ha traído consigo que más de mil violadores y pederastas hayan visto reducidas sus condenas o hayan sido directamente puestos en libertad. De esta forma, con el argumento de que el consentimiento debía estar en el centro de la ley, como si no fuera precisamente la ausencia de consentimiento lo que siempre ha determinado la existencia de una agresión sexual, el Gobierno socialcomunista acudió en auxilio de esa manada de sádicos criminales que dedican su tiempo y esfuerzo a destruir psicológica y físicamente a mujeres indefensas, la mayoría de ellas en la flor de la vida, convirtiendo para siempre sus entrañables sonrisas en pesarosas lágrimas, al dejar en todas ellas su repugnante e indeleble huella.

No satisfecho del todo con poner en peligro a las mujeres, P. Sánchez también impulsó una “ley de la vivienda” que, en lugar de defender la propiedad privada, alentaba la “okupación” de viviendas mediante la protección de los “okupas” en detrimento de los legítimos intereses de sus propietarios. En consecuencia, son cada vez más las personas que ven como sus casas les son sustraídas por sujetos que en la mayoría de los casos son delincuentes dedicados al robo o al narcotráfico, viéndose obligados, si quieren recuperar con celeridad su vivienda, a recurrir a los servicios de empresas especializadas en la desocupación, dado que los jueces se ven incapacitados por mor de la citada ley para impartir justicia y proceder con rapidez al desalojo de los delincuentes. Por si ello no fuera suficiente lacra social, resulta que la “okupación” no tiene ninguna consecuencia penal, de tal forma que cuando los “okupas” finalmente son expulsados se van a otra vivienda con total impunidad, razón por la cual estamos asistiendo al imparable crecimiento de mafias dedicadas a la apropiación de viviendas ajenas con el objetivo de negociar su “okupación”, lo cual entra de lleno en el terreno de lo calamitoso.

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Sin embargo, no acaban aquí las siniestras políticas sanchistas, ya que el psicópata monclovita no solo debía rendir pleitesía a sus socios comunistas, sino que también está obligado a acatar servilmente las demandas, por deplorables que éstas puedan ser, de los partidos independentistas que le sostienen en el poder.

Así, ERC reclamó a P. Sánchez a cambio de su apoyo parlamentario que todos los condenados por sedición y malversación salieran de las cárceles donde cumplían pena por el “Golpe de Estado” del 1-O. Dado que el independentismo catalán está inmerso de lleno en un proceso autodestructivo derivado de un delirio paranoide, obviamente sus exigencias siempre resultan descabelladas y por ello absolutamente inaceptables para cualquier demócrata respetuoso del imperio de la ley. Sin embargo, durante su primera legislatura al frente del Gobierno de España P. Sánchez demostró que era cualquier cosa menos un político cumplidor de la palabra dada a los electores y defensor del Estado de Derecho, de tal forma que, cediendo ante el chantaje independentista, procedió a abolir el delito de sedición, a rebajar las penas por malversación de caudales públicos y a indultar a los golpistas catalanes, a pesar de que éstos no solo no se habían arrepentido de sus delitos sino que manifestaron a los cuatro vientos su firme voluntad de dar un nuevo “Golpe de Estado”. Ya en esta nueva legislatura, la extorsión a P. Sánchez por parte del golpismo catalán ha aumentado en intensidad, particularmente porque ahora también entra en la ecuación presidencial Junts, es decir, la formación política liderada por un prófugo con maneras de payaso como Carles Puigdemont. De esta forma P. Sánchez se ve en la necesidad, y así lo hará si las negociaciones llegan a buen puerto, de impulsar una “ley de amnistía” que supone eliminar la propia comisión de los delitos de sedición y malversación. De esta manera, P. Sánchez en representación del Poder Ejecutivo no solo usurpa las funciones del Poder Legislativo, destruyendo así el principio de separación de poderes que constituye uno de los pilares fundamentales de las democracias liberales, sino que también allana el camino para la ejecución impune de un nuevo “Golpe de Estado”, provocando en consecuencia la fractura de la nación española. A pesar de que todo lo expuesto es de una gravedad extrema por constituir un ataque frontal a la unidad de España y al orden constitucional, para P. Sánchez, encarcelado en su naturaleza narcisista, tan solo viene a significar la condición “sine qua non” requerida por el golpismo catalán para seguir disfrutando no del poder, que cada vez tiene menos por estar sometido a múltiples servidumbres, sino de las múltiples prebendas que a pesar de su precaria situación al frente del Gobierno de España tiene garantizadas, lo cual no deja de ser una triste recompensa para cualquier persona honorable.

Con ser escandalosamente lamentables las concesiones de P. Sánchez a los golpistas catalanes, aún le faltaba al psicópata monclovita avanzar un paso más en su camino de perversión, y este paso, probablemente el más diabólico de todos ellos, lo dio al iniciar un proceso de blanqueamiento de la banda terrorista ETA y de su brazo político Bildu. En este punto es necesario recordar que ETA asesinó a casi mil personas e hirió a muchas miles más, ETA asesinó a hombres, mujeres y niños, ETA asesinó a militares, policías, políticos, empresarios y trabajadores, ETA asesinó mediante bombas en casas cuarteles y centros comerciales, ETA asesinó haciendo saltar por los aires vehículos con sus propietarios dentro, ETA asesinó pegando tiros en la nuca a personas indefensas, ETA asesino durante el tardofranquismo, asesinó durante la transición con Adolfo Suarez al frente del Gobierno de España y asesinó durante la presidencia del socialista Felipe González, y todos estos asesinatos ETA los cometió sin mostrar la más mínima compasión ni el más mínimo remordimiento. Pues bien, después de tan descomunal masacre P. Sánchez, en el colmo de la abyección, nos vino a decir que el terrorista de ETA y actual líder de Bildu, Arnaldo Otegi, era un hombre de paz, P. Sánchez acercó a la inmensa mayoría de los presos de ETA a las cárceles del País Vasco para que inmediatamente fueran puestos en libertad, P. Sánchez permitió los homenajes a etarras en las calles del País Vasco y, como culmen de su magna vileza, P. Sánchez ha consentido hacerse con la bilduetarra Mertxe Aizpurúa la “foto de la vergüenza”, la cual viene a escenificar el monstruoso pacto contraído entre el populismo socialcomunista y el fanatismo abertzale, que solo puede consistir en la entrega por un puñado de votos del pueblo vasco a los terroristas de ETA.

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En definitiva, si es usted un violador, un okupa, un golpista o un terrorista y vive en la España que de manera indecente P. Sánchez está diseñando no tiene motivo de preocupación alguna, ya que está en un paraíso para delincuentes. En este contexto cobra especial relevancia el discurso pronunciado en la celebración de la Fiesta Nacional por el coronel Pérez de los Cobos, jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid, ya que en el mismo se señala que “nuestra lealtad tiene que ser con las leyes y con nuestra nación”, lo cual viene a significar que si queremos que España retome la senda de la unidad y la justicia resulta de vital importancia acabar de una vez por todas con el despotismo sanchista.

Autor

Rafael García Alonso
Rafael García Alonso
Rafael García Alonso.

Doctor en Medicina por la Universidad Complutense de Madrid, Especialista en Medicina Preventiva, Máster en Salud Pública y Máster en Psicología Médica.
Ha trabajado como Técnico de Salud Pública responsable de Programas y Cartera de Servicios en el ámbito de la Medicina Familiar y Comunitaria, llegando a desarrollar funciones de Asesor Técnico de la Subdirección General de Atención Primaria del Insalud. Actualmente desempeña labores asistenciales como Médico de Urgencias en el Servicio de Salud de la Comunidad de Madrid.
Ha impartido cursos de postgrado en relación con técnicas de investigación en la Escuela Nacional de Sanidad.
Autor del libro “Las Huellas de la evolución. Una historia en el límite del caos” y coautor del libro “Evaluación de Programas Sociales”, también ha publicado numerosos artículos de investigación clínica y planificación sanitaria en revistas de ámbito nacional e internacional.
Comenzó su andadura en El Correo de España y sigue haciéndolo en ÑTV España para defender la unidad de España y el Estado de Derecho ante la amenaza socialcomunista e independentista.
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Geppetto

Sanchez y el Psoe son la delincuencia
El resto se da por añadidura

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