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La paliza de ayer, 178 Armengol frente a 139 Gamarra, ha puesto en evidencia que Feijoo es un peso muerto para España y para su partido. ¿Habrían actuado igual Ayuso o Mazón? No lo creo. Feijoo ha sido incapaz de tomar la mano tendida de Abascal y ha permitido que el tercer partido del Congreso, el que tiene 33 diputados, se quede sin presencia en la Mesa. Ya por un gesto similar la Guardiolita de Extremadura, tuvo que rectificar pues estuvo a punto de dejar que la Presidencia de esa Comunidad cayera en manos del PSOE.
Feijoo no se ha dado cuenta de que en frente tiene a un PSOE al que se ve que le sobran la E y casi la O. Sánchez no tiene patria, talvez recordando lo que decía el Manifiesto Comunista “los trabajadores no tienen patria” lo cual sería correcto, si con ello se quisiera decir que la Humanidad es la patria de todos. Pero eso no quita que, como punto de apoyo para cooperar a la fraternidad mundial, todos tengamos una patria más chica o más grande.
Sin embargo, para Zapatero y ahora para Sánchez parece que las únicas patrias que existen en España son las patrias regionales y/o nacionalidades, que se citan en nuestra Constitución. Ambos parecen partidarios de eliminar el artículo 2 “la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles»
Feijoo ha demostrado que carece de visión de Estado. Los resultados del 28M fueron rotundos y pusieron de manifiesto que dos grandes Comunidades, Valencia y Baleares, no querían tener nada que ver con eso de los “países catalanes”, lo cual era un gesto de que podía empezar a recuperarse el sentimiento de patria española. Sn embargo, Feijoo titubeó, dejó entrever su malestar con el rápido acuerdo de gobierno de coalición en Valencia entre PP y VOX. Marcó distancias y silencios, pero tuvo que recoger de inmediato velas cuando vio el desastre que estuvo a punto de ocurrir en Extremadura.
Sánchez tuvo una reacción rápida. Se dio cuenta de que esperar a convocar elecciones generales a fin de año, con la casi totalidad de los gobiernos autonómicos en manos del centro derecha PP-VOX, podría dar lugar a un levantar alfombras, pues la sombra de los EREs es alargada, y a una crítica intensa de las políticas socialistas de creación de chiringuitos y de subvenciones partidistas a los medios de comunicación territoriales. Por ello convocó de inmediato para el 23J. Su jugada le salió bien pues vino acompañada por el alejamiento de Feijoo de VOX, que es su aliado natural según perciben la mayoría de votantes del PP.
Los estrategas del PP le vendieron a Feijoo la idea de que tenía que alejarse de la “extrema derecha” y poner énfasis en el voto útil al PP, a pesar de los claros mensajes de Luis del Pino que lo desaconsejaba. También le impulsaron a mantener la tensión del “gratis total” en Murcia. Como consecuencia VOX perdió, por muy pocos votos, escaños en algunas provincias en beneficio del PSOE, votos que habían ido al PP pero que por la ley D’Hondt le sobraron y no le sirvieron para obtener más diputados. El resultado fue que tras el 23J la suma PP-VOX, 166 escaños, quedó lejos de esa mayoría absoluta que se hubiese obtenido de haber seguido el voto la misma línea que el 28M.
A Feijoo lo único que se le ocurrió fue proponer a Sánchez, antes del 23J, que gobernara el partido más votado, ya que las encuestas le daban al PP más votos que al PSOE. Sánchez se negó a ello y dijo, con razón, que eso no había sido la norma en la historia de nuestra democracia. Los resultados son conocidos y las posibilidades de un nuevo gobierno Frankenstein muy claras, como demuestra los aplastante 178 votos de Armengol frente a los 139 de Gamarra.
Hasta ahora Feijoo se mantiene en sus trece. Parece incapaz de explicar que el chantaje nacionalista rupturista se puede contrarrestar con un gran pacto político de los dos grandes partidos nacionales al cual se podrían sumar todos los partidos que se consideren nacionales y españoles (PP, PSOE, VOX, Sumar, UPN y CC), que en conjunto en estos momentos totalizan 324 escaños, es decir el 92% del Congreso de los Diputados. Bastaría con que acordaran que gobernara el partido o coalición nacional más votado y que el otro partido, o coalición nacional, se abstuviera en la investidura de presidente.
También parece incapaz de proponer a Sánchez un gobierno de concentración nacional PP-PSOE.
Ambas opciones están aún en las manos de Feijoo, pero no parece que vaya a planteárselas a Sánchez. Este, por su parte, no tiene inconveniente en conceder a los nacionalismos rupturistas todo lo que pidan con tal de que le invistan presidente. Es obviamente absurdo que el 92% de los diputados del Congreso, presuntamente nacionalistas españoles, se deje chantajear por el 8% de los diputados nacionalistas rupturistas.
Finalmente, si Feijoo no mueve ficha y sigue esperando un milagro, cabe una opción delicada y difícil para el partido de Abascal pero que dejaría claro que su prioridad es España. Consiste en que VOX ofrezca públicamente a Sánchez la abstención de sus 33 diputados, con lo cual el PSOE más Sumar totalizarían 153 diputados lo que permitiría que Sánchez fuera investido por mayoría simple, sin necesidad de contar con los votos de los nacionalistas rupturistas.
Entiendo que esta opción puede escandalizar a muchos, pero dejaría a Sánchez sin argumentos para tener que dar las concesiones que le están pidiendo los independentistas y filoetarras. Si a pesar de todo lo hiciera sería su plena responsabilidad, pero podría dar lugar a una cierta rebelión dentro del PSOE, y a posibles tomas de posición públicas por parte de Felipe González, que sigue siendo el referente del PSOE y que talvez se atreviera a hacer un último servicio a España.
Creo que somos muchos los que preferimos “una España roja a una España rota”. Los colores cambian con las elecciones, volver a coser una nación es mucho más difícil. Estoy convencido que muchos en VOX, y desde luego Abascal, valorarán esta posibilidad política. ¡Viva España!
Autor
- Administrador Civil del Estado.
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Partiendo de la base de que todo aquel que llega en politica no es estupido uno se pregunta que hay detras de lo que hace el PP con Feijoo y esa banda de saltacañitas que lo rodean.
Feijjo es, descaradamente, enemigo de VOX y lo demuestra a todas horas, es capaz de perder sus posibilidades de ser Presidente si con eso hace, supuestamente, daño a VOX.
Toda la campaña del PP ha ido encaminada a alagar al Psoe con sonrisas, palmaditas e ideas descabelladas mientras atacaba a VOX en toda la linea, resultado, se ha cagado su posibilidades de sentar los reales en Moncloa.
No contento con arruinar a su propio partido en el ultimo momento manda a VOX a hacer gárgaras y se queda con una representación menor que la que le correspondia y todo para conseguir que VOX no acceda a la mesa del Congreso y encima pretende que VOX lo apoye de cara a hacer valer su mayoría relativa para que SM lo apoye para ir a la investidura.
Dada la premisa de que Feijoo NO es estupido habra que preguntarse que busca con esa politica que destruye sus posibilidades de ser presidente mientras enfanga a España en una pendiente revolucionaria que dada bueno augura.
Y por ultimo, que VOX se de cuenta que con esa postura de apoyo al PP pierde votantes y militantes, porque si después de recibir escupitajo tras escupitajo aun apoya a Feijoo» por el bien de España», ya que sus votantes saben perfectamente que Feijoo es lo mismo que Sanchez y por tanto no hay «bien de España» que valga.
Ya va siendo hora de que los dirigentes de VOX decidan qué quieren hacer con su partido, es decir, que decidan si quieren que siga siendo un apéndice del PP (que no pierde ocasión para despreciarlo) o si quieren que se convierta en una alternativa real a la suma de los escaños de las izquierdas y pueda gobernar sin necesidad de contar con el apoyo del PP, que no es un partido de fiar.
En esa respuesta esta su futuro