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Estos días ha aparecido en los medios más o menos oficiales la noticia de un homenaje organizado por el nacionalismo vasco, tanto el del PNV, como el próximo al abertzalismo proetarra, a los “gudaris” muertos en los combates del monte “Saibigain” o Sabigán, en Vizcaya, en abril de 1937. En el citado homenaje, en el que han participado importantes dirigentes del PNV, se habló del “ejemplo” de lucha de los “gudaris” contra las “tropas enemigas invasoras” del “ejército franquista” y se pidió exhumar a los gudaris muertos en esa batalla y construirles una sepultura que les rinda tributo. Según la mitología nacionalista el 14 de abril de 1937, durante los combates, el comandante del batallón de gudaris “Sabino Arana Goiri” murió de un disparo en el corazón, en el momento en que colocaba la ikurriña en la cima del monte Saibigain, una estratégica cota que cambió de manos varias veces antes de quedar definitivamente en poder de los nacionales.

 Lo que han tenido buen cuidado de callar los nacionalistas vascos es que la “tropas invasoras” del ejército franquista que se enfrentaron a los “gudaris” en la campaña de Vizcaya, eran en su mayor parte requetés carlistas navarros (o sea, según los abertzales, vascos, en definitiva). Después de que Álava y, por supuesto, Navarra, se sumasen al Alzamiento desde el principio y de que Guipúzcoa fuese conquistada por los requetés navarros en el verano de 1936, sólo Vizcaya quedó en poder de los republicanos y en realidad, del PNV, que, gracias a la debilidad del gobierno central republicano de Largo Caballero, consiguió establecer un mini estado semi-independiente encabezado por el líder del PNV, José Antonio Aguirre. Un pseudo mini estado, con su propio ejército de “gudaris”, formado por decenas de miles soldados, en su mayor parte militantes de los partidos nacionalistas vascos, así como del resto de fuerzas del Frente Popular, y que hacía la guerra sin coordinarse con el ejército republicano del norte. En los combates de Sabigán tomaron parte también milicianos asturianos del Frente Popular.

 La ofensiva de Vizcaya del ejército nacional empezó el 30 de abril de 1937 y estuvo protagonizada por las 5 Brigadas de Navarra, verdaderas divisiones, que constituían una auténtica fuerza de élite. Eran las fuerzas formadas por aquellos miles de entusiastas voluntarios carlistas de Navarra y de las provincias vascas, organizadas en los primeros días de la Guerra, aunque también había en ellas voluntarios falangistas navarros y vascos, así como, en menor medida fuerzas nacionales militares del resto de España, ya que lógicamente el componente estrictamente navarro estaba disminuido por las grandes bajas sufridas y cada vez lo estaría más, aún cuando el sustrato carlista navarro siguió siendo mayoritario en las Brigadas.

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En los primeros días de abril de 1937, a pesar de tener que afrontar combates muy duros, las tropas nacionales ya consiguieron una importante penetración en el dispositivo republicano y separatista. La lucha se centró en los estratégicos sectores del monte Gorbea, Urquiola y sobre todo la localidad de Ochandiano, (Otxandio) cuya situación geográfica la convertía en un objetivo absolutamente clave desde el punto de vista táctico. En estos durísimos combates, librados los primeros días de abril de 1937, los gudaris sufrieron más de 2000 muertos. En un solo día, el 5 de abril murieron 876 gudaris. Las bajas requetés fueron considerables también, aunque mucho menores.

 La lucha de los nacionales por abrirse camino hacia Bilbao continuó los siguientes días y uno de los objetivos más importantes desde el punto de vista estratégico entonces fue el monte Saibigain, en el sector de Urquiola. El monte fue tomado por los nacionales, pero reconquistado por los republicanos, que atacaron con tanques y aviones, el día 12. El general García Valiño, el talentoso comandante que mandaba la 1ª Brigada de Navarra exigió que este punto clave fuese inmediatamente tomado de nuevo y el día 13 los Tercios de San Ignacio y Montejurra cumplen su misión y reconquistan la cumbre. Pero el día 14 los gudaris asaltan de nuevo Sabigán y lo retoman.

El enérgico García Valiño ordena de nuevo la recuperación inmediata de la línea Sabigán- Urquiola. Finalmente el día 15 la Primera de Navarra junto con fuerzas de la Tercera conquistan definitivamente la estratégica cumbre. Se había dado un paso muy importante hacia la liberación de Bilbao.

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Aunque hoy en día no reciban homenajes de las instituciones, ¡honor a los requetés caídos por Dios y por España en aquellas duras luchas por garantizar la españolidad de las tierras vascas! Como decían los mismos carlistas, a buen seguro ninguno de ellos es un héroe anónimo para Dios. Y los poderes humanos y mundanos que homenajeen a quien quieran.

Autor

Rafael María Molina
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