Mucho ha puesto en evidencia Dana que algo bueno, entre tanto malo, tenía que tener. Y lo que ha dejado en evidencia ha sido a un mando, el militar; y no me refiero sólo al que cito en el titular, aunque el Gral. Javier Marcos, jefe de la UME, haya sido el paradigma de todos los demás comenzando por el JEMAD, Almirante López Calderón, los jefes de Estado Mayor de los tres Ejércitos y los jefes de las unidades con sede en Valencia y Murcia, que hay varias; y eso como poco.
Es un hecho incuestionable, confesado por el propio Gral. Marcos en su día, que la UME no movió un dedo a la espera del requerimiento de Mazón, y que lo hizo siguiendo órdenes de Sánchez. Es un hecho probado que por eso no se vio un solo miembro de la UME en Valencia hasta varios días después. Que venga ahora este impresentable personaje a decir lo contrario, o sea, que desde el minuto uno la UME estuvo en Valencia, y que lo haga siguiendo también órdenes de Sánchez, sumándose así a la campaña de desinformación y confusión que tan siniestro individuo lleva a cabo para lavarse la cara, clama al cielo; bien que como algo bueno tenía que haber, nos muestra con toda claridad la calaña humana y militar del Gral. Marcos.
Pero es que como él e igual que él han actuado, es decir, no lo han hecho cruzándose de brazos, el JEMAD, Almirante López Calderón y los tres jefes de Estado Mayor de los tres Ejércitos, más los jefes de las varias unidades que tienen su sede en Valencia y Murcia, todos los cuales permanecieron pasivos ante la catástrofe humanitaria de parte del pueblo español al que han jurado voluntariamente defender y por lo que además vienen cobrando… de nuestros impuestos. Para más inri, a ninguno de ellos se le ha visto desde entonces, estando desaparecidos y no precisamente en combate. De nuevo ha quedado en evidencia la calaña humana y militar de todos ellos.
Y es que estos son los mandos y por ende las FFAA que tenemos desde hace décadas. Lo ocurrido nos muestra su cruda realidad. Lo que algunos, muchos, contemplan estupefactos ahora, lo venimos advirtiendo nosotros desde hace años a pesar de no ser creídos y de ser tachados de… lo que se pueden imaginar y aún más.
Las FFAA, sus mandos, no llegan a los escalones superiores sin haber sido, primero, convenientemente pulidos, y, segundo, tocados por la dedocracia –que impera frente a la meritocracia y la antigüedad–, a fin de que, lógicamente, colaboren sin escrúpulo alguno una vez toman posesión de sus altos cargos y más cuando se ven disfrutando de sus abundantes prebendas y quedan a la espera de una buena puerta giratoria para cuando les llegue la hora de irse a casa.
Nuestras FFAA se rigen desde hace mucho por una serie de mantras que ellas mismas han elaborado y se autoimponen de tal forma que quien en algún momento pretende saltárselas deja de salir en la foto.
La más importante, pues de ella derivan las demás, es la falsa interpretación que hacen del Art. 8º de la Constitución. No quieren asumir que, por estar en el Preámbulo, es mandato directo del pueblo soberano a ellas; ni al rey, ni a través del rey, ni al Gobierno, ni a través del Gobierno. A ellas, y por ellas al JEMAD, único y verdadero jefe ejecutivo de las FFAA. Y por estar donde está y encargarles todas las misiones que señala, hace de las FFAA garantía de que incluso proteger el orden constitucional sea responsabilidad de ellas cuando, como puede ocurrir –¿o lleva ocurriendo décadas?– el rey o el Gobierno de turno lo vulnere y ponga en riesgo, por ejemplo, la unidad de España; para qué decir también cuando lo que peligra es la vida de los españoles, por ejemplo, por amenaza interna como ha sido el caso de Dana. En lo aquí apuntado coincidía alguien tan poco sospechoso como el difunto Múgica Hergoz.
El otro mantra es que el rey es el jefe de las Fuerzas Armadas. Pues bien, lo es, pero sólo de forma virtual, protocolaria, como corresponde a su cargo de Jefe del Estado, pero no es su jefe ejecutivo, en absoluto. De ahí la prevalencia del Art. 8º, y de lo dicho, incluso sobre el rey, pues al estar en el Preámbulo, está muy por encima de la posterior designación del monarca como teórico jefe de ellas.
El siguiente mantra es considerar que las FFAA dependen absolutamente del “poder político”, o sea, del Gobierno y que sólo a él se deben. Lo dicho ha tenido mucho que ver en lo ocurrido, en la defección, en la deserción de sus obligaciones y misiones por parte de las FFAA con motivo de la Dana. Así, no se han movido hasta que no han recibido una orden del Gobierno, habiéndose convertido por ello en cómplices necesarios y voluntarios, y me atrevo a decir que entusiastas, del desastre, lo mismo que el Gobierno.
Por último, tres más. Uno, confundir obediencia y disciplina con sumisión; otro, neutralidad con inhibición; y el tercero, olvidar que si en la guerra, y por la Patria, hay que dar hasta la propia vida si fuera el caso, en la paz lo que hay que estar dispuesto es a dar el cargo, si fuera necesario. Como puede verse, estos tres mantras han sido también causa de la defección llevada a cabo por las FFAA.
PD.- El militar se debe a España, que es lo que importa (y por ella al pueblo español), que es la que nos tiene que sobrevivir y la que tenemos que entregar en herencia como en su día la recibimos, pero más grande y mejor, y ello por encima del rey, del Gobierno de turno y de cualquier otra consideración.
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FRANCISCO SON CHUSQUEROS, CHUSQUEROS DE POCA MONTA, UNA PENA, PENITA PENA