28/04/2024 09:01
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Dentro de ciclo festivo de invierno son muchas las costumbres y tradiciones festivas que se rememoran anualmente en España, algunas de ellas con una antigüedad que se pierde en los tiempos y que, sin embargo, han llegado vivas hasta nosotros.

Quizás sea el Carnaval, cuyo marco temporal se dilata más allá de sus días centrales, cuando ya en la lejanía se advierte la presencia de una inminente primavera, donde se concentran una buena parte de estas viejas costumbres y tradiciones de las que estamos hablando y a las que recurriremos, en más de una ocasión, en sus diferentes etapas a lo largo y ancho de los campos y los caminos de España para tratar de descubrir sus tradiciones más singulares.

Villanueva de la Vera es una localidad situada en la comarca cacereña de La Vera, cuyo Carnaval tiene como principal protagonista a un singular personaje: el Peropalo.

Este extraño personaje, de origen incierto, es la figura alrededor de la que giran una serie de ritos que van desde su confección hasta su muerte, a lo largo de los tres días centrales del Carnaval.

Como hemos señalado su origen es incierto y muy antiguo. Hay quien asegura que se trata de una parodia de los procesos seguidos por la Inquisición, mientras que para otros es el recuerdo del ajusticiamiento popular de un judío malhechor, que habitaba en los alrededores de Villanueva, que entre sus fechorías contaba con varias violaciones a mujeres de la comarca; incluso, otros señalan que representa a un recaudador de impuestos, muerto a manos de los habitantes del pueblo hartos ya los arbitrios, sin duda abusivos, impuestos por el Condado de Valverde.

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Desde el punto de vista antropológico, se trata de un conjunto de rituales mágicos, propios del ciclo invernal, con los que se intenta despertar a la naturaleza, aletargada a lo largo del invierno, para asistir a la eclosión de la primavera.

Tenga un origen u otro, lo cierto es que esta extraña figura, de la que tan solo cada año se salva la cabeza, se confecciona, la noche del sábado al domingo de Carnaval, por personas del pueblo dentro del mayor secreto, recitando unas misteriosas coplas acompasadas por el sonido de un tambor.

Desde la casa del “peropalero mayor” se le conduce, en la mañana del domingo de Carnaval a la plaza del pueblo, donde tiene lugar una ceremonia que se conoce con el nombre de la “judiá” que consiste en inclinar al muñeco hacia el suelo, mientras grupos de personas gritan y chocan entre sí.

Tras un paseo por las calles de la localidad se baila ante él la jota a ritmo de tambor. A eso de las seis de la tarde, con las primeras sombras de la noche, se le recoge y se le traslada a la casa encargada de su custodia hasta la mañana siguiente en que nuevamente es trasladado a la plaza para ser colocado, igual que el día anterior, en la denominada aguja, una especie de escalera que lo soporta, permaneciendo así durante toda la jornada del lunes.

El Martes de Carnaval en Valverde de la Vera

El martes es conducido al Ayuntamiento donde es sometido a juicio y condenado a muerte como autor de diversos delitos de carácter sexual. Tras la emisión del fallo, un joven vestido grotescamente, montado sobre un burro, pasea la sentencia por toda la villa

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Durante el resto de la jornada se suceden ceremonias de singular significado como la comitiva de los “calabaceros” que, vestidos con ropa estrafalaria, sujetan calabazas en unos largos palos. Igualmente, de la casa del Capitán, sale “el paseo”, una procesión que abren los tamborileros y en la que figuran el Capitán con la Bandera, los alabarderos y la Capitana que porta una zarza de la que cuelga un chorizo que quiere representar en el miembro viril del “Paropalo”; junto a ellos, figuran mujeres ataviadas con el vistoso y colorista traje regional de la comarca.

Una vez en la plaza, la Capitana realiza la ofrenda del chorizo y el Capitán, situado en el centro, realiza la jura de la bandera peropalera.

A las seis de la tarde, se sustituye el muñeco por otro decapitado y vestido con ropa diferente, se le mantea y, finalmente, es quemado públicamente en la plaza ante el regocijo popular.

Una fiesta de mucha tradición y significado que no deberíamos perdernos.

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