06/07/2024 22:25
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En una entrevista que me hizo la Opinión de Zamora predije que el gobierno social- comunista traería una hambruna y que esta daría paso a una dictadura de derechas. Muchos se rieron de mi e incluso me tildaron de majareta. Pero la verdad, viendo el nivel de nuestros conscriptos padres actuales sumado a su obcecación ideológica no era difícil adivinar lo que se nos venía encima. Hoy las colas del hambre se extienden ya por el país y lo peor asoma sus tenebrosas garras. Como si la profanación de la tumba de Franco hubiese abierto una caja de Pandora con plagas bíblicas dentro tenemos paro, pandemia, nevadas épicas y el lobo del hambre se deja ver. La culminación del errático camino que empezó a andar España desde la aprobación de la constitución del 78. ( con minúscula puesta adrede).
 
Gentes sabias como Don Blas Piñar o mi paisano, el ministro eficacia, Don Federico Silva Muñoz, delinearon con exactitud pasmosa los pasos que iría recorriendo el país hasta acabar desembocando en la presente catástrofe. Esos «avances ideológicos» que padecemos como el aborto, la eutanasia, o la actual corrupción de menores legal en las escuelas llamada educación sexual aparte de dejar sin alma el país, lo ha dejado sin habitantes en sus tres cuartas partes. La descohexión territorial que se deriva de ello es una amenaza más para nuestra querida unidad patria.
 
Pero lo peor es la falta de ilusión de nuestra juventud. Con un 50% de paro juvenil, es difícil enfocar las miradas hacia un proyecto sugestivo de vida en común. Nuestros mimados jóvenes no tienen ahora un país al cual amar y al cual dedicarle sus esfuerzos. La desidia se ha apoderado de ellos. El mal es moral y material. Una gangrena que hay que extirpar de raíz.  
 
Cuando se acabe la pensión del abuelo, ¿que va a ser de esa legión de parados? Parados jóvenes y mayores que ven la vida pasar sentados en el banco de la plaza. Hay que acabar con la falta de alimentos espirituales y materiales de estas personas con tantas posibilidades y a los que el nihilismo ha convertido en parásitos. Urge una educación completa en valores en las escuelas para que las gentes de España despierten del solanero sueño y miren hacia adelante. Hacia un nuevo amanecer.
 
Y cuanto antes mejor, hemos llegado ya demasiado lejos en nuestra decadencia. Despoblación, paro, miseria, independentismos, invasiones foráneas ¿que más nos queda por padecer? Llega el momento de ofrecerles el santo grial a los españoles, una patria y un destino. Por eso hay que asaltar el sistema educativo nacional, despojarlo de toda la cizaña y ponzoña vertido en el en estos «democráticos» años y llenarlo de un soplo vigoroso de amor a la patria y de persecución de altos ideales, materiales y espirituales.
 
Y el perro engordará y los parásitos y las pulgas saldrán corriendo. O es que de verdad necesitamos medio millón de políticos, a cada cual más nefasto, succionando de las ubres del estado?
 
Es hora llegar a los jóvenes y animarlos. Hacerles comprender que un país fuerte necesita del esfuerzo de sus jóvenes y mayores. Darle la batalla cultural a la izquierda y derrotarla de una vez. Es hora de nuevos cineastas, nuevos escritores y nuevos músicos que contagien optimismo y no el lastimero canto de los perdedores.