21/11/2024 19:34
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Nuestra bazofia vacunera, experimentando con cobayas humanas en Santander y Madrid, Janssen Pharmaceutica. Compañía farmacéutica belga filial de la corporación norteamericana Johnson & Johnson. Esta gentuza nos quiere vacunar. Les hablé el otro día de AstraZeneca. Corrupta y criminal. Memento. Las compras realizadas por la Ue. En España, también, Johnson & Johnson, la mami de Janssen. Muy corrupta y muy criminal.

Johnson & Johnson causa cáncer y destrozos diversos

Rememoremos, pues, algunos jalones. Lo que más les suena, seguramente. Participante activo del Evento 201, el pasado 18 de octubre. Ensayo general del teatro la falsa pandemia. Pero si, grosso modo, nos enfrentamos con una camorra asesina, la industria farmacéutica, con Johnson & Johnson los límites, difícilmente superables.

Todos son condenas.  Por estafadores. Por criminales. Veamos titulares. Reciente, junio de este año, 2020. Johnson & Johnson, condenado a pagar 2.100 millones en indemnizaciones por sus polvos de talco. Un grupo de mujeres demandó a la compañía alegando que el cáncer de ovarios que sufrieron provenía de su polvo de talco. ¿Alguien lo duda? Y, por supuesto, letales polvos de talco cancerígenos vinculados al atroz asbesto (amianto). Y  los «peculiares» y «súbitos» cánceres de pulmón surgidos de ello. Johnson & Johnson, condenado a pagar 325 millones de dólares a una mujer con cáncer por sus polvos de talco. Un jurado de Nueva York ha considerado que la enfermedad está vinculada al asbesto, de lo cual responsabilizó a los polvos de talco de la firma Johnson & Johnson, condenado a pagar 2.100 millones en indemnizaciones por sus polvos de talco.

Por supuesto, no solo es el talco. Son todos sus productos. El escandaloso caso de Gloria Ristesund. Utilizó durante cuatro décadas los productos de higiene femenina de Johnson & Johnson. Cáncer de ovarios. Titular. Johnson & Johnson pagará 38 millones a una mujer que sufrió cáncer tras utilizar sus productos.

En España, recientemente, enero. Otros asuntos. El Supremo condena a Johnson & Johnson por sus prótesis de cadera defectuosas. Otra, octubre del pasado año. Nueva condena récord a Johnson & Johnson: deberá indemnizar con 8.000 millones de dólares a un afectado por el Risperdal (droga antipsicótica). Y podríamos seguir con un inagotable suma y sigue de condenas.

Sobornos y Eprex

A este último respecto rememoremos las denuncias de un ex trabajador farmacéutico de Omnicare en Chicago, Bernard Lisitza, quien aseguró haber sido despedido tras criticar los sobornos por esta droga, Risperdal (para tratar los fantasmales trastornos bipolares y “esquizofrenias” varias) y otras prácticas indebidas en la empresa.

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Eso por no hablar del poco conocido caso del Eprex. En 2002, el Departamento de Justicia norteamericano y la FDA -organismo encargado del control de los medicamentos en Usa- decidieron investigar a nuestros colegas de J&J por problemas de salud originados por el citado Eprex, un fármaco que se usa para incrementar los niveles de glóbulos rojos en pacientes de diálisis así como para luchar contra la anemia inducida por la siniestra quimio. Por lo visto, más pacientes desarrollaban aplasia pura de serie roja tras tomarlo, enfermedad por la que el organismo malgasta su capacidad de generar glóbulos rojos de forma que el paciente depende de continuas transfusiones sanguíneas para sobrevivir.

Guerras y más sobornos

La yanqui Comisión de Seguridad y Comercio Bursatil, (U.S. Securities and Exchange Comission, conocida por sus siglas SEC) acusó a Johnson & Johnson de haber pagado millonarios sobornos para hacerse con 19 contratos dentro del denominado programa de la ONU Petróleo por alimentos. Un inaudito putiferio onusino. Y un gran negocio para tantos. FARMAFIA, no lo duden, las guerras – sobre todo Afganistán – dan muchos beneficios. Incluso superando a las petroleras. En corrupción y lucro. El hijo de Kofi Annan – Kojo, que no manco-, de por medio, turbador asunto de la guerra de Iraq en 2003.

También recaen en J&J cargos por haber pagado, desde 1998, y a través de sus empresas filiales, sobornos a matasanos de la sanidad estatal en Grecia para que seleccionarán los implantes quirúrgicos de J&J. A galenos y administradores de hospitales en Polonia para firmar contratos con la empresa. Y a médicos en Rumanía para que recetaran a sus pacientes sus productos. Honestamente, apreciados lectores de ECDE, ¿esto solo ocurre en Grecia, Polonia y Rumania?

Drogando a los ancianos hasta morir (¿les suena?)

Más. La Multinacional, según las denuncias, untaba a los médicos de estos tres países de diferentes maneras, incluidos pagos en efectivo y viajes «inapropiados». La SEC también había informado que «las filiales de J&J, sus empleados y sus agentes utilizaron fondos para sobornos, falsos contratos civiles con los médicos y empresas con sede en la Isla de Man para llevar a cabo los sobornos«. Vaya, vaya, la ínsulita, paradigma de todos los paraísos fiscales.

Johnson & Johnson habría logrado con sus sobornos, por ejemplo, que las residencias de ancianos recetaran a más pacientes un “medicamento novedoso” contra la esquizofrenia, así como otras drogas. Ancianos yonkarras, di que sí. El Risperdal, de nuevo, cómo no. Novedoso, juas. Con posterioridad se reveló que esta droga (muy) dura aumentaba espeluznantemente el riesgo de muerte entre los ancianos.

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Y drogando con heroína legal a medio mundo

En España crece cada día más el consumo de opioides pero no hay peligro de que se llegue a la horripilante crisis que sufre Usa, sobre todo Oklahoma, pozo sin fondo. De momento, no. Más de 7.000 personas han muerto en España entre 2010 y 2017 por sobredosis relacionadas con «medicamentos» vinculados al opio. En Usa el asunto roza la epidemia, ésta sí de verdad. Yonquis legales, con un par. Heroína legal y legalizada. Titular. Agosto del pasado año. Crisis de opioides: la «histórica» condena a Johnson & Johnson a pagar 572 millones de dólares  por su papel en la crisis de «analgésicos» en Estados Unidos.

Toda FARMAFIA está implicada en uno de los asuntos más turbios que quepa recordar (dentro de la ya de por sí turbia chusma con la que tratamos). Millones de estadounidenses se han convertido en adictos a los opioides por prescripción de sus médicos. La “fiebre” de los medicamentos milagrosos contra el dolor, durante décadas, arrastra todavía hoy sus devastadoras consecuencias. Y lo que te rondaré, morena. España, camino de ello. En nuestra patria ya tuvimos nuestro jaco ochentero, picolos y gallifantes varios forrándose y obteniendo, al alimón, suculentos beneficios políticos. España yonquirula, ahora por lo legal. Johnson & Johnson, criminales. También por lo legal. En fin.

Autor

Luys Coleto
Luys Coleto
Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.