Getting your Trinity Audio player ready...
|
Este 15 de diciembre se cumplen 54 años de la muerte de Walt Disney, un ejemplo del cine con valores que ha pasado a la historia como el padre de la “fábrica de sueños”.
Walter Elias Disney nació en Chicago, Illinois, EEUU, el 5 de diciembre de 1901, siendo el cuarto de los cinco hijos que tuvieron sus padres, Elias y Flora Disney. Fue un productor de cine, director, dibujante, ilustrador, guionista y animador estadounidense, pionero de la industria de la animación en la que introdujo novedades en la producción de dibujos animados. Fue el fundador, junto con su hermano Roy O. Disney, de The Walt Disney Company, empresa que en la actualidad genera unos ingresos anuales de 30.000 millones de dólares, y el principal artífice de un estilo inconfundible de películas de dibujos animados. Esta empresa se fundó el 16 de octubre de 1923 como Disney Brothers Cartoon Studio. En 1929 cambió su nombre por el de Walt Disney Productions, Ltd. Y desde 1986 se denomina oficialmente The Walt Disney Company.
Su éxito lo confirman los 29 Óscar con los que ha sido galardonado Disney de un total de 59 nominaciones.
La ideología de Walt Disney, tal como se hace patente en sus películas, se basa sobre todo en la defensa de los valores del «american way of life» («el modo de vida americano»), en los que creía firmemente. La ideología subyacente en los filmes de Disney ha sido puesta de relieve, entre otros, por Ariel Dorfman y Armand Mattelart, en su conocido ensayo “Para leer al pato Donald” (1971).
Una cuestión muy discutida es la de las posibles simpatías de Disney por los regímenes fascistas europeos en los años previos a la Segunda Guerra Mundial, pues corrían rumores en aquellos tiempos de que Walt Disney guardaba cierta empatía con los regímenes fascistas de comienzos del siglo XX. Según algunas referencias, fue recibido en Roma por Mussolini en una o dos ocasiones durante la década de 1930. Concretamente, Alessandro Barbera, en su libro “Camerata Topolino: L’ideología di Walt Disney” (Roma, Stampa Alternativa, 2001), afirma que Disney fue recibido por Mussolini en dos ocasiones, en 1932 y en 1937. Por otro lado, Pierre Assouline, en su biografía de Hergé (Assouline, Pierre: Hergé. Barcelona, Destino, 1997; p. 109), hace referencia a una sola ocasión, que habría tenido lugar en 1935. Parece ser que Mussolini era un gran admirador de Mickey Mouse, y que los cómics de este personaje, llamado en Italia «Topolino» recibieron un trato privilegiado por parte del régimen fascista italiano.
También se ha argüido como prueba de su simpatía por el nacionalsocialismo la asistencia, en compañía del abogado de la empresa, Gunther Lessing, a mítines del German American Bund, organización estadounidense a favor del nacionalsocialismo alemán.
De igual modo se sabe que Disney fue uno de los pocos empresarios cinematográficos que recibieron abiertamente a la cineasta alemana Leni Riefenstahl, en su visita a Hollywood en 1938, cuando la mayor parte de la industria cinematográfica hollywoodiense le cerró sus puertas. Tras documentar Leni Riefensthal en los Juegos Olimpicos de Berlin en 1936 el éxito de atletas estadounidenses como Jesse Owens y Forrest Towns en el documental “Olympia”, la cineasta alemana esperaba establecerse también en el cine en los Estados Unidos. La revista norteamericana “Time” ya le había dedicado una portada en febrero de 1936 con el título «La Leni Riefenstahl de Hitler» (Hitler’s Leni Riefenstahl), la misma revista que nombró “Hombre del año” a Hitler en 1938. Sin embargo, cuando Leni Riefenstahl arribó a Nueva York el 4 de noviembre de 1938, con las cintas en su equipaje, al ser cuestionada por periodistas, defendió públicamente a Hitler. El 18 de noviembre de 1938 fue recibida por Henry Ford en Detroit, y la cinta del documental “Olympia” se exhibió en el Chicago Engineers’ Club dos días después. La Liga Anti-Nazi y el Comité de Artistas Cinematográficos pidieron el boicot de las películas olímpicas y se colgaron carteles contra Leni Riefenstahl en Hollywood. Entre los pocos que la recibieron estuvieron el director King Vidor y los productores Louis B. Mayer y Walt Disney, quien el 8 de diciembre de ese año le mostró la producción en curso de “Fantasía”, película que se estrenó dos años después, en 1940, y que representó un experimento audaz al mezclar la imaginación animada con la música clásica. Sin embargo, las reuniones no tuvieron éxito, por lo que Leni Riefenstahl regresó a Alemania en enero de 1939.
Disney ha sido tildado a veces de antisemita, argumentando que los judíos aparecen como personajes estereotipados y malévolos en algunos cortometrajes de la década de 1930 particularmente en “Los tres cerditos” (1933).
Sí está fuera de toda duda que Disney fue un ferviente anticomunista, en gran medida a causa de la huelga de animadores de 1941, que él atribuyó a maniobras de agitadores comunistas para ganar poder e influencia en Hollywood y la industria del cine. Según su declaración ante el Comité de Actividades Antiamericanas creado para luchar contra el comunismo procedente de la Unión Soviética, creía firmemente que el comunismo era una seria amenaza contra el modo de vida estadounidense. Por ello, después de la guerra, Walt Disney, defensor de los valores tradicionales de los EEUU, y anticomunista furibundo, prestó su apoyo al gobierno americano, esta vez para luchar contra el comunismo.
No se ha podido probar que militara en ningún partido político. Pero en 1944 donó una generosa cantidad de dinero a la candidatura de Thomas E. Dewey, candidato republicano a las elecciones de 1944 frente a Franklin D. Roosevelt. Durante los años 50, Disney apoyó económicamente al Partido Republicano, exactamente el 12 de noviembre de 1959 firmó un cheque por 1000 $ como una contribución a dicho partido. En 1946 fue uno de los miembros fundadores de la Alianza Cinematográfica para la Preservación de los Ideales Estadounidenses, una organización que defendía la forma de vida de Estados Unidos.
En 1954 hizo amistad con Wernher von Braun, el ingeniero aeroespacial alemán que había diseñado las bombas volantes V2 durante la II GM, nacionalizado estadounidense en 1955 con el fin de ser integrado en la NASA que él mismo impulsó. En 1955, Walt Disney se implicó en un episodio de la serie “Disneyland” titulado «El hombre en el espacio», que fue realizado en colaboración con el mencionado diseñador de cohetes de la NASA, Wernher von Braun.
Las convicciones religiosas de Disney son también poco conocidas. Fue bautizado como miembro de la iglesia congregacionalista (de hecho, se le puso el nombre de Walter en honor a un pastor de dicha iglesia, Walter Parr), pero no parece haber sido un hombre religioso, aunque sí respetaba profundamente la religión como garante de los valores tradicionales establecidos. Para un libro sobre la oración de Roland Gammon editado en 1963, “Faith is a Star”, Disney escribió un texto acerca de la importancia de los valores religiosos en la sociedad y en su propia vida, que es uno de los pocos documentos conocidos acerca de sus ideas religiosas.
El incansable Walt Disney trabajó hasta el último día de su vida. Murió de un cáncer de pulmón en Burbank, Los Ángeles, California, el 15 de diciembre de 1966, dejando atrás un legado que dura hasta nuestros días a pesar de que la compañía que hoy lleva su nombre bien poco tiene que ver con los valores que defendió Walt Disney.
Autor
Últimas entradas
- Actualidad26/12/2023Reinventando la historia. Magnicidio frustrado. Por Fernando Infante
- Destacados15/08/2023Lepanto. ¿Salvó España a Europa? Por Laus Hispaniae
- Actualidad15/08/2023Entrevista a Lourdes Cabezón López, Presidente del Círculo Cultural Hispanista de Madrid
- Actualidad15/08/2023Grande Marlaska condecora a exdirectora de la Guardia Civil