16/05/2024 06:55

No pensemos sólo en los exabruptos delictivos de Pedro Sánchez y extrapolemos el caso de España a la condición generalizada de un Estado de Derecho en cualquier país del mundo con principios democráticos. En todo caso, Sánchez es una anomalía, un tumor maligno en cualquier convivencia y el tratamiento de extirpación sería obligado más allá de las necesidades de España en cualquier país. Pedro Sánchez como anomalía personal y política sería causa de alarma en cualquier nación occidental.

Cualesquiera sociedades democráticas, el respeto por la democracia y el Estado de Derecho son fundamentales para garantizar la justicia, la igualdad y el bienestar de sus ciudadanos. Sin embargo, en ocasiones nos encontramos con situaciones en las que un poder corrupto intenta socavar estos principios esenciales y debilitar las instituciones democráticas usando a la democracia para sus arteros fines. Ante esta amenaza, una rebelión civil del pueblo se convierte en una herramienta vital para la defensa de la verdadera democracia y el restablecimiento del Estado de Derecho. No sólo en España, en el mundo entero.

Una rebelión civil puede ser entendida como una respuesta masiva y organizada de la sociedad civil frente a un poder corrupto que busca subvertir las normas democráticas y los principios jurídicos. Es un acto de resistencia pacífica que busca restablecer la justicia, la transparencia y la rendición de cuentas en beneficio del bienestar colectivo.

La importancia de una rebelión civil radica en varios aspectos fundamentales:

1. Salvaguardia de la democracia: cuando un poder corrupto intenta socavar las bases de la democracia, los ciudadanos tienen el deber moral de defenderla. La rebelión civil se convierte en un mecanismo para preservar los valores democráticos, asegurando que el gobierno esté verdaderamente representado por y para el pueblo.

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2. Protección del Estado de Derecho: el Estado de Derecho es fundamental para garantizar la igualdad ante la ley y prevenir los abusos de poder. Una rebelión civil busca restaurar este principio básico, exigiendo que todos los actores políticos y sociales sean sometidos a las mismas normas y responsabilidades.

3. Lucha contra la corrupción: la corrupción es una amenaza para la estabilidad y el desarrollo de cualquier sociedad. Una rebelión civil del pueblo pone de manifiesto la necesidad de erradicar la corrupción en todas sus formas, exigiendo transparencia, rendición de cuentas y sanciones para aquellos que abusan de su poder en beneficio propio.

4. Defensa de los derechos humanos: en un contexto de poder corrupto, los derechos humanos suelen verse amenazados. Una rebelión civil busca proteger y promover los derechos fundamentales de todos los ciudadanos, asegurando que se respeten y se garanticen sin discriminación ni represión.

5. Fomento de la participación ciudadana: la rebelión civil inspira a los ciudadanos a tomar un papel activo en la defensa de sus derechos y en la construcción de una sociedad justa. Promueve la participación ciudadana, fortaleciendo así la democracia y generando un sentido de responsabilidad cívica en cada individuo.

Es importante destacar que una rebelión civil debe ser pacífica y respetuosa con los derechos humanos. La violencia solo perpetúa el ciclo de opresión y no contribuye a la construcción de una sociedad más justa. Además, es necesario contar con una estrategia clara y acciones concertadas para lograr resultados efectivos.

Así pues, una rebelión civil del pueblo frente a un poder corrupto que intenta socavar la democracia y el Estado de Derecho es de vital importancia para garantizar la justicia, la igualdad y el bienestar colectivo. Es un llamado a la acción de todos los ciudadanos comprometidos con la defensa de los valores democráticos y los derechos fundamentales. Solo a través de la unidad, la participación activa y la resistencia pacífica, se puede superar la amenaza de la corrupción y construir una sociedad más justa y equitativa para todos. Así como en todo el mundo civilizado ante una anomalía habría reacción contra la corrupción del poder, lo mismo en España; con el legítimo derecho y deber de plantar cara a la corrupción y al  intento de criminalizar el poder impunemente que es lo que pretende Pedro Sánchez. De ahí que la Rebelión Civil pacífica se haya convertido en una ineludible exigencia, como derecho de los ciudadanos frente a los delincuentes tras siglas políticas que asaltan España. En otro país, Sánchez estaría ya detenido.

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Editor ÑTV ESPAÑA
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