Joseph Alois Ratzinger (Tauber): el apogeo del modernismo. Por Claire Gruié

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Gracias a la investigación de Gilad ben Aaron, estamos informados sobre las raíces hebreas de Ratzinger. Su abuela María Tauber nació de la hebrea Betty Tauber, descendiente del famoso “Maharal de Praga”. El ex Pontífice llevaba en su sangre una larga dinastía de 12 rabinos hechiceros, elevados maestros de Cábala quienes fueron acusados de sacrificios rituales en los siglos XVI-XVII. Hay que recalcar el esfuerzo desde hace 500 años por parte de las tribus hebreas (particularmente la de Neftali) por usurpar la sede de Pedro mediante su fariseísmo. Según el talmud, la Pascua es un patíbulo, la Iglesia cristiana una letrina, los cristianos son cerdos inmundos, vacas y asnos cuyo exterminio es un sacrificio necesario. Cuando Roma sea destruida, Israel será redimida por medio de su mesías cabalista.

No debe sorprender, por lo tanto el apoyo de Ratzinger a la reina de la masonería: la logia B´nai B ́ rith internacional, amablemente recibida en el Vaticano ni que el Pontifice visitase sinagogas, conversando con los rabinos del Comité Judío Internacional aun sabiendo que en el Talmud, Jesucristo es llamado: “ Hijo de la prostituta Pandira”, “tonto”, “demente”, “idólatra” y “mago”. Fue Benedicto XVI uno de los promotores del programa mundial del judaísmo de demoler la Iglesia de Cristo para sustituirla por la Iglesia Universal del Hombre-Dios y borrar el sacrificio de la Cruz de la faz de la tierra.

Ya en el año 1992, fue publicado el Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica con su logo internacional que no es otro que la imagen más idílica del dios Pan: el cornudo dios-pastor con su flauta que en el Medioevo era el arquetipo del Diablo y el dios de la perversión sexual. La representación del Baphomet es asimismo la del Dios Pan. El 24 de abril de 2005, en la plaza de San Pedro, Benedicto XVI rechazó la Tiara, haciéndola sustituir por una Mitra cabalística que tenía dibujado el Dios-Pan justo en su frente. En octubre de 2009, después de haber publicado el Número Especial de “Chiesa Viva” sobre el templo satánico de Padergnone en Italia, el sacerdote Don Luigi Villa sugirió al Ingeniero Franco Adessa indagar sobre el motivo de la presencia de la medalla de Benedicto XVI sobre la lápida de consagración del templo. Franco le sometió un estudio sobre la Mitra de la coronación de Benedicto XVI, que contenía gran parte de la simbología gnóstica-satánica impresa en aquel templo de Padergnone. Por añadidura, se puede observar en el tabernáculo del templo satánico de San Giovanni Rotondo dedicado al Padre Pío,el triángulo invertido de la triple trinidad masónica.

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En la otra mitra de Ratzinger usada en el Sínodo de los Obispos en 2009, se puede observar estrellas de 6 puntas (sello de Salomón) que simbolizan el alma judaica del Hombre-Dios y conchas cerradas que representan “ la muerte de la generación precedente” para llevar a cabo el plan modernista en la Iglesia.

Su Palio, usado en 2008 sustituye la salvación de las almas por una falsa “paz” con 6 cruces templarias rojas. Tres de ellas llevan una antorcha dorada puesta transversalmente con una luz azul al final que simboliza el ojo omnividente de Lucifer.

En cuanto al Blasón papal, representa el emblema heráldico del grado 30º de la Masonería del Rito Escocés Antiguo y Aceptado que prevé la adoración de Lucifer en los rasgos del Baphomet, el homicidio ritual, el pisotear la Tiara papal y la corona (como venganza de los templarios sobre Clemente V y Felipe el Hermoso) y la declaración de guerra abierta contra Adonai (Dios). En este grado, el iniciado caballero Kadosch del águila de dos cabezas negra + blanca (poder terrenal + poder espiritual) es introducido en la corte de su infernal majestad para ofrecerle incienso perfumado.

Ratzinger siempre ha exaltado a los carismáticos, especialmente a los iniciadores de estos movimientos como Kiko Argüello (Camino neo-catecumenal) que rechazan el dogma de la transubstanciación. Fue fiel seguidor del teólogo catolico alemán Karl Rahner que tanto influyó en el Segundo Concilio Vaticano así como del jesuita masón Pierre Teilhard de Chardin que promovió el triunfo del evolucionismo en la Iglesia Católica. Afirmó que el rosacruz (homicida y suicida) Martin Lutero no erraba cuando sostenía que uno se salva solo por la fe. Tenía predilección por la laicidad del estado. Alabo a Nelson Mandela (masón grado 33-caballero de Malta que trabajó directamente con los Rockefeller). Llegó a preguntar a sus cardenales ¿Hoy es lícito todavía evangelizar? Participó en la distribución del Corán en la Fundación para el diálogo interreligioso e intercultural. Promovió las mezquitas: lugares de culto “que se alzan como joyas en la superficie de la tierra” donde se adora al “único verdadero Dios”. Pidió mediante su encíclica “Caritas in veritate” la elaboración de un nuevo orden mundial bajo la égida de la ONU.

Después de la muerte del Padre Don Luigi Villa en el 2012, Franco Adessa preparó una edición especial (128 páginas) con el título: “Benedicto XVI” que fue publicada y expedida a todo el clero de Italia el 25 de enero de 2013. El 11 de febrero de 2013, Benedicto XVI presentaba su dimisión. Pero alguien, conocía las verdaderas razones de esta dimisión, las había preparado con determinación en un plan de batalla, el último de su vida: “A estas alturas, saldremos con una Edición especial de modo que el Papa será obligado a irse!” había afirmado el Padre Don Luigi.

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El 15 de septiembre de 2012, el Tribunal internacional para los crímenes de la Iglesia y del Estado (ITCCS) emitió una citación judicial contra altas autoridades políticas y de la Iglesia católica, en relación con un genocidio de niños indígenas en Canadá. Para más inri, el 25 de febrero de 2013, llegaba al Vaticano una condena de Benedicto XVI a 25 años de prisión por el ITCCS y Mario Bergóglio respondía mediante un decreto donde se negaba a entregar al Papa emérito a la justicia. En mayo de 2013, Toos Nijenhuis, una mujer holandesa obligada durante años por su padre a participar en rituales satánicos, testimonió varias veces haber visto al Cardenal Ratzinger matar a una niña en un castillo francés en el otoño de 1987 (otro testigo ocular confirmó lo dicho). El relato acerca de la caza llevada por altos dignatarios cuenta que un grupo de niñas desnudas con un peso atado a una pierna eran dejadas en libertad en el bosque y, a continuación, una jauría de perros de caza las hacía dirigirse hacia un lugar prefijado del bosque donde llegaban los “caballeros” que las mataban a palos y quemaban después sus restos, luego de haberlos rociado con bencina. Toos Nijenhuis dio tres nombres: el Cardenal holandés Bernard Alfrink, el Cardenal Joseph Ratzinger y el príncipe Bernardo de Holanda, fundador del grupo Bilderberg.

Supremo Pontífice de la Masonería Universal, jefe de los iluminados de Baviera, Ratzinger continuó el trabajo de destrucción de la Iglesia Católica iniciado por los modernistas franceses desde finales del XIX (Ernest Renan, Alfred Loisy). Tal fue la preocupación que causaron al amado PIO X que tuvo que redactar la encíclica Pascendi Dominici gregis. Ahora se puede entender mejor la desconcertante actitud de Benedicto XVI en una fotografía haciendo el “signo de los cuernos” con ambas manos.